Capítulo 35 (Editado)

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Todo el mundo miraba asombrado a los recién llegados. Todos menos los gemelos, los cuales se levantaron despacio y se acercaron a la secta.

-Hola.-dijo Fred, cogiendo la mano derecha de Draco y acercándola a sus labios para depositar un pequeño beso en ella.

-Bienvenidos.-continuó George, imitando la acción de su gemelo con el heredero Malfoy, quien se sonrojó ligeramente ante la acción de sus novios, pero mantuvo la compostura y les sonrió con algo de coquetería, dejando a todos los presentes con las bocas abiertas de la impresión.

Pues nadie se esperaba esa visita y muchos menos que los gemelos Weasley los recibieran de esa manera.

En ese momento los gemelos se giraron para mirar a los padres biológicos de su novio, sabiendo que ya no había peligro para Remus, Lucius les había dicho que no importaba si lo trataban de la misma manera en que lo habían estado haciendo en privado, en público. De hecho, incluso le estaban ahorrando a él tener que anunciar su matrimonio con Remus.

-Señores Malfoy, es un placer...-empezó Fred.

-... y un honor tenerlos hoy en nuestra fiesta de cumpleaños.-concluyó George, inclinándose los dos ante Remus y Lucius, que solo asintieron y les desearon un feliz cumpleaños a los dos gemelos. Diciendo que les darían su regalo más tarde.

Los bebés rieron con diversión al ver a los gemelos pelirrojos, pues ellos solían jugar con los rubios con frecuencia cuando visitaban a los Malfoy, los pelirrojos no tardaron en hacerles unas carañotas a los dos niños para hacerlos reír más. Luego los gemelos Weasley se giraron hacia las hermanas Black.

-Señoras Black, lo mismo para ustedes.-dijeron los dos a la vez. Recibiendo la misma respuesta de las hermanas Black que habían recibido del matrimonio Malfoy.

Fred y George repitieron la acción con las otras dos parejas de la secta y sus hijos.

-Esperamos no importunarlos mucho, señores Weasley.-dijo Lucius, soltando por un momento a su marido, dándole a Lynx para que lo sostuviera también, y acercándose a los patriarcas de la familia Weasley.-Realmente no tuvimos tiempo de hacerles saber nuestra asistencia a la fiesta ya que fuimos informados de ello hace relativamente poco.

-Está bien.-dijo Molly Weasley, con un tono verdaderamente mordaz, y una sonrisa demasiado forzada.-No importunan en lo absoluto, señor Malfoy, sin embargo, me temo que, dado a que no esperábamos su vista, no tenemos suficiente pastel para todos...

-Oh, no te preocupes por eso, Molly.-Sirius interrumpió a la pelirroja, acercándose y dejando a su embarazado marido agarrado al brazo de Regulus con firmeza.-Previmos que solo prepararías la suficiente comida para aquellos invitados que sabías con certeza que asistirían, así que hemos comido en casa, ya que Severus está embarazado y ahora es muy especial con la comida.

En ese instante, Draco se acercó con cuidado a los padres de sus novios y llamó su atención de manera educada y recatada, como todo un sangre pura.

-No quisiera molestarlos, señores Weasley.-empezó a decir Draco, mirando al suelo un momento, como armándose de valor, para luego alzar la mirada con seguridad y decir:-Pero si no les importa, mi regalo para Fred y George es una canción que he compuesto y escrito yo mismo. Así que, si me lo permiten, me gustaría tocarla para ellos ahora.

Molly miró al niño rubio suspicaz antes de asentir con resignación, no quería dar una mala imagen de su familia siendo descortés con dos de las familias más importantes de la sociedad mágica de Inglaterra.

-Pero antes de que empieces, querido.-dijo la pelirroja mayor, mirando otra vez a la entrada de la carpa, sacó su varita e hizo un movimiento, para que aparecieran las suficientes sillas para los nuevos invitados y miró con curiosidad a aquellos que no conocía.-Sentaros, y me gustaría saber el nombre de todos mis invitados.

GemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora