La foto en multimedia es de los vestidos de las hermanas Black. El vestido de la izquierda (el de la chica apoyada en un mueble con cajones) es el de Bellatrix, y el de la derecha (el de la chica que está en el exterior) es el de Narcissa.
Era 17 de julio.
Era el gran día de las hermanas Black.
El día de su boda.
Todo el mundo estaba en la Mansión Malfoy, toda la secta estaba de los nervios porque todo tenía que estar "perfecto", según las palabras de Narcissa Black, que no paraba de gritarle a todo el mundo: elfos domésticos, magos y brujas que habían contratado para la decoración y preparación, y a los miembros de la secta. Incluso llegó a gritarle a los niños (Sacharissa, Lynx, Lyra, Octans y Rowena). Aquello casi desemboca en una pelea entre ella y las respectivas madres (Severus, Remus, Corvus y Tamsin). Por suerte, los maridos y mujeres estaban ahí también (Sirius, Lucius, Cygnus, Morgana y Bellatrix), e impidieron que los nervios de Narcissa terminaran en una catástrofe el día de su unión.
Para medio día, todo estaba arreglado y listo, sin más incidentes, por suerte para Bellatrix, que solo quería tener la fiesta en paz. Aunque para lograrlo la pelinegra había tenido que aislar a Narcissa hasta el momento en el que debían dar la bienvenida a los invitados.
Habían decido que recibirían a los invitados juntas para después, ir a ponerse sus respectivos vestidos de novia. Una vez que los últimos detalles fuesen finiquitados empezaría la ceremonia. Bellatrix sería la primera en entrar, acompañada por Sirius. Mientras que Narcissa entraría varios minutos después acompañada por Regulus.
El lugar encargado de albergar la ceremonia, el jardín de la Mansión Malfoy, había sido llenado con sillas al aire libre y un altar algo improvisado donde les esperaba el Maestro de Ceremonia. Como Narcissa y Bellatrix Black no eran personajes importantes en el mundo político podían permitirse hacer una ceremonia más privada, aunque como eran parte de la familia sangre pura Black seguían estando obligadas a invitar a otras familias sangre pura.
El hermoso jardín de la mansión había sido decorado con narcisos de todos los colores posibles e imposibles contenidos en lindos y sobrios jarrones, cortesía de Severus y Corvus por petición de Bellatrix, en honor a su hermana y futura esposa. A un lado del altar, estaban dispuestos en varias filas los pavos reales albinos de Lucius, quien se había encargado de entrenarlos para que las bellas aves abrieran sus colas y cantaran en el momento del "Sí, quiero".
Los más cercanos a las novias, es decir, la secta, estaban sentados en las primeras filas. Mientras que los invitados de cortesía, por decirlo de alguna manera, estaban sentados en los asientos traseros.
En el momento en el que Bellatrix y Sirius salieron de la casa empezaron a cantar unos canarios que Morgana había capturado y entrenado solo para este día en especial. El pelo de Bellatrix estaba recogido en un moño alto, aunque lucía como si su pelo luchase contra las horquillas y las gomas de pelo que lo retenían, algunos mechones salvajes habían logrado soltarse y caían por ambos lados de su rostro. Esto, junto con su vestido, la hacían ver como la mujer sin límites que era. Sirius, a su lado, la llevaba al altar con una sonrisa orgullosa en sus labios. Feliz de ser él quien entregara a su prima el día de su boda, esta vez sí, con la persona a la que amaba.
Poco después de que Sirius dejara a Bellatrix en el altar, los canarios empezaron a entonar una canción distinta. Todo el mundo se giró para ver a Narcissa entrar del brazo de Regulus. Su vestido era más suave, y su peinado era una media coleta baja, que dejaba a la gran mayoría de su pelo suelto, con ligeras y delicadas ondulaciones a lo largo de todos sus mechones. Evocaba la imagen de una mujer tranquila y serena, a pesar de que había demostrado lo mucho que podía perder los nervios en días importantes. Regulus, al igual que su hermano mayor antes, también lucía muy orgulloso de llevar a una de sus primas al altar, en uno de los días más felices de su vida.
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Gemelos
FanfictionCuando dos niños, prácticamente idénticos, nacieron el 31 de julio de 1980 y una profecía fue revelada, el destino del Mundo Mágico quedó sellado por la errónea decisión de dos padres y un director. ...