Serena no era muy alta, aunque los tacones que había elegido le regalaban unos centímetros. Unos zapatos rojos que hacían juego con el vestido carmesí que había elegido le estilizaban las piernas.
Tenia 30 años, pero a pesar de sentirse vieja para ciertas cosas, seguía disfrutando y cuidando su cuerpo, lo que le favorecía.
Al pasar frente algunos reflejos y verse, se sintió mejor. Vale, que realmente se veía muy bien... A pesar de sentirse una mierda, claro está. Sus ojos rasgados y un tanto misteriosos, no parecían haber llorando antes... su amiga con corrector y esa máscara de pestañas que tanto le encantaba, había hecho magia con su rostro.Encontraron un bar donde beber la segunda cerveza y entraron, llevándose con ellas las miradas del público masculino.
-Este parece un buen sitio -comentó Zulema dejando su chaqueta negra en el respaldo de una silla -Venga vamos a beber nuestras penas, monada.
Y así, la segunda cerveza, pasó casi tan desapercibida como la primera, mientras Serena le contaba como había descubierto a su novio desnudo en la cama con otra tía.
A unas mesas de distancia, un grupo de amigos las observaba con cierta atención.
-Que hijo de puta resultó ser, joder. ¿Sabes que? Deberíamos beber, bailar y olvidarnos de ese gilipollas por un rato.
Zulema se levantó a por otra bebida y camino sin detenerse delante del grupo que las observaba, llamando la atención de algunos.
-Joder, guapa ¿no? -le murmuró un chaval a su amigo.
-Parece que vinieron solas -respondió otro
Raúl, en cambio, solo había observado a la mujer de rojo. Le parecía algo exótica y llamativa, pero no comentó nada... se limitó a seguir hablando con los demás de otras tonterías. Salir no estaba entre sus cosas favoritas, pero su amigo cumplía años y ya podrías probar tú decirle que no podías ir con él a festejar.
Joder, le hubiera encantado estar ahora mismo en su casa y no en ese sitio con la música tan alta.
Serena observó a su alrededor y en la recorrida con sus ojos detecto al joven de cabello castaño que la miraba. Ambos cruzaron sus miradas y luego bajaron la vista rápidamente.
-Este sitio es un puto infierno Zulema. -se río Serena bebiendo su tercera cerveza cuando su amiga volvió.
La morena río y negó con la cabeza.
-Hostia, tía que Bad Bunny no es George Harrison, ¡venga ya!... ¿Qué quieres?
Ambas rieron y golpearon sus vasos a modo de brindis.
-Gracias por ser mí amiga, Zule, y siento no haberte escuchado cuando me dijiste que el imbécil de---
Su amiga la cortó.
-Serena, ya basta de nombrar al puto innombrable, hoy Lord Voldemort no tiene lugar en nuestras conversaciones, ¿vale? Aunque sea olvídalo por una noche.
-Vale -asintió y luego volvió a toparse con la mirada del hombre de cabello castaño. -Unos tíos por allí nos están clavando el ojo.
-¡Porque estamos buenas, niña! -rio Zulema -¿Te has fijado en alguno?
Serena negó con la cabeza y dio un trago largo, un tanto desesperado.
-No, pero hay un chaval que me está poniendo algo incómoda.
-Guapa, que es normal. Vuelves a estar en el mercado después de años. Relájate y disfruta un poco.
Veinte minutos después, y con la vista un poco más borrosa, Zulema volvió a levantarse para buscar la cuarta cerveza.
-Te me quedas ahí, monada, que vuelvo enseguida con un poco más de magia...
-¿Es que me quieres embriagar o qué? -rió alegre Serena, sintiendo ganas de bailar.
-Espera y verás. -dijo la morena guiñando un ojo y se alejó.
La cuarta cerveza pasó cómo si fuera un zumo.
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Un invierno en Barcelona (Auronplay)
RomanceLa historia de cómo Raúl encuentra el amor en el momento menos pensado, en el lugar menos pensado. Un romance de película, y mí primer historia aqui. Aclaro para las personas que lean que contiene lenguaje adulto y contenido un poco intenso :P Amiga...