Un invierno en Barcelona (Auronplay)

Ni puta idea

Antes del nuevo capítulo quiero agradecer a DalisbelRivero y su cooperación para con el capítulo anterior, este y la creación de su personaje. Gracias por el feedback, los votos y sobre todo haber participado de esta historia! Es tan maja la amiga de Raúl ❤️...

***

Luego del encuentro con Dalila, se despidió y mientras caminaba de vuelta a casa recibió un mensaje de Sara que le mostraba las capturas de pantalla de los vuelos que había cogido para Galicia en tres días. Supo que tendría que hacer algo y rápido.

Le había dicho a Sara que se encontraría con su amiga de toda la vida y le envío una foto con ella para mostrarle lo que habían bebido, en parte porque le servía de coartada y en parte porque a Sara le gustaba mucho Dalila y quería ver cómo se veía después de años sin verla.

Como tenía cubierta la salida, cambió su destino y aprovechó rápidamente para visitar a su amante. No iría a su casa, tendría que hablar con ella primero.

Llegó algo cansado de la caminata unos minutos después y le avisó a Serena que iría a visitarla, por lo que la joven ya lo estaba esperando cuando el catalán llegó a la puerta.

-Pero que tío más guapo, joder -dijo ella cruzando sus brazos alrededor de su cuello, besándolo suavemente en los labios-.

Raúl se estremeció. Sabía que iba a perder todos esos besos y posiblemente terminaran en la boca de otro tío, la abrazo intensamente y la besó, largo rato.

-Joder, macho que hace frío, ven, entra. -le dijo ella tomándolo de la mano. -Zule se ha ido unos días a Pamplona a visitar a su madre. Ven, tenemos la casa para nosotros.

La idea era tentadora... De hecho de las más tentadoras que había tenido desde que Sara le había dicho que estaba embarazada.

La siguió dentro, pensando que era la última vez que compartirían esa intimidad, esos besos, esos abrazos. Cuando el catalán le contara la verdad Serena lo mandaría a tomar por culo y con una excusa bien válida.
No quería perderla, no quería permitírselo. Aunque su mente quería gritar la mítica frase "tenemos que hablar" su corazón solo quería seguirla, besarla y vencer esa partida contra el tiempo.

-Quieres un café? -le preguntó sirviéndose a sí misma en una graciosa taza infantil de unicornios.

-Joder, tía pero qué madura tú eh...

-Tienes una remera de gatos hechiceros, catalán de los cojones. -le contestó frunciendo el ceño y fingiendo enojo.

-Creo que tienes razón. Quiero cafe, solo si tienes otra de esas tazas.

-Te daré en la de Zule, que es de un hipopótamo -le dijo la castaña sacándole la lengua en un gesto jovial.

-Qué lengua más traviesa, eh...

-No tienes ni idea, tío. -le dijo ella sirviéndole el café. Se lo acercó y lo besó en la boca, profundamente -No tienes ni puta idea.

-Joder, que me gustaría tener una idea...

-No creo que te interese... -replicó ella volviendo a su lugar, riendo. El joven le cogió la mano y la atrajo hacia su cuerpo.

-No tienes ni idea, tía -le respondió besándola nuevamente -No tienes ni idea lo que me gustaría saberlo.

Ella carcajeó en sus labios y beso su cuello, deslizando sus rápidas manos bajo su camiseta.

-Qué te gustaría saber? -preguntó besándolo, bajando por su clavícula como si fuera un camino.

El cerró los ojos, suspirando. Ya era tarde para su amigo el cerebro, su polla tenía el control de nuevo y lo habían mandado a dormir.

-Quiero... saber... que... tan traviesa es esa lengua.

La castaña lo tomó del cinturón y se deshizo de él.

-No estoy segura de si realmente quieres saberlo.

Besó su pecho, jugando con piel con unas manos rápidas y precisas.

El catalán tembló y comenzó a jugar con su pecho para devolverle la cortesía... y además porque la tía no llevaba sujetador y el estaba ya subido al tren pensando con la polla express.

Ella gimió ante su contacto y luego de deshacerse del pantalón bajó a demostrarle lo mucho que su lengua podía hacerlo flipar. Ambos cafés se enfriaron en la mesa y lo único que se percibía en la cocina eran los gemidos sonoros del catalán.

***

Sara no lo espero. Raúl había salido para las 3 de la tarde. Sabía que Raúl pasaría un buen rato con su amiga, pero luego de ver una foto de ellos en el instagram de Dalila, de hacía 7 horas le picó la curiosidad y le envió un mensaje a la castaña.

Sara: Hola, maja!! ❤️
Sara: Que bellos estáis en esa foto
Dal: Sarita! Gracias! Tu sabes Raúl que cuesta sacarle una foto
Sara: jaja sí! Pero ha quedado bien! Por dónde andais?
Dal: Ahora estoy regresando a casa de mis padres y tu? Raúl me ha contado la noticia. Felicitaciones.
Sara: Gracias, guapa. Que, no estás con Raúl? 🤨
Dal: Si, esta conmigo, va a saludar a mis padres y saldremos un rato a tomar unas cervezas
Sara: vale, me saludas a tus padres tía. A ver cuándo nos visitas en casa ❤️
Dal: lo hare Sarita! Cuando menos lo esperes ahi estare comiendome vuestra comida

Se quedó más tranquila, pero en su pecho reinaba la angustia y la intranquilidad. Estaba perdiendo cada vez más rápido a Raúl... La única carta que le quedaba era la de Galicia.