Siéntate y respira

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La joven no se lo creía, debía ser un puto chiste. ¿Embarazada? ¿Ella? No podía ser cierto, debía ser un puto chiste. Cogió la prueba y la miró por ella misma. Positivo. Joder.

No sabía si romper en llanto, si gritar, si llamar a Raúl. Se sentía muy cerca de la desesperación... Zulema lo notó.

-Qué ya pares de caminar, hostia. Vas a ser madre, tía, es que no es un cáncer o algo así. Venga, cálmate. Siéntate y respira, coño.

Las palabras de la morena la ubicaron en tiempo presente. Vale, estaba embarazada, y ella podría llevarlo adelante, ¿verdad?

-Me he cagao la vida, Zulema. Es que yo trabajo con el cuerpo y estaré gorda como un  puñetero globo en unos meses. Adiós dinero fácil, estaré nuevamente sirviendo tragos... Ni que hablar que el bebé va a consumir mí tiempo... Y mí energía.

-Escúchame, tía. Mira... Te entiendo ¿vale? Es que lo entiendo. Que no tendrás el mismo cuerpo, es cierto, ya... pero no será para siempre. Además, puedes seguir modelando para marcas de futuras madres y tal. Incluso yo sacaré una nueva sección de ropa, es que no quiero estar inflada como un globo y vestirme como la mierda... Así que trabajo tienes seguro. Podemos volver a mudarnos juntas, criar a nuestros niños que nacerán casi que al mismo tiempo y saldremos adelante. Serena, esto traerá felicidad a tu vida, igual que no has concebido con el tío que ganó el premio catalán del mejor padre de España, pero ¿qué más da? ¿Cuántos críos hay por ahí felices sin una figura paterna? Mírame. Respira. No es el fin del mundo, joder.

Serena asintió, dejando de caminar de un lado al otro.

-Vale, tienes razón.

-Venga, que eres un pedazo de mujer, tía, coge un turno con un especialista y bienvenida al mundo de las mamis.

-Tienes razón -sonrió.

Zulema tomó su mano.

-Tú puedes con esto, guapa.

-Crees que debería decirle a Raúl? Digo... con todo esto de su suegra y tal... Igual que no quiere saber nada con este niño.

Zulema se encogió de hombros.

-Esa es tu decisión. El tío va a enterarse tarde o temprano que tú estás preñada. Por fotos, comentarios, lo que sea... Pero se enterará... Y algo en él pues... quiero decir, el chaval no es un imbécil, hará cuentas en su mente y yo creo que te llamará si le interesa saber si su apellido seguirá una generación más o si otro te ha embarazao.

-Me siento fatal... me he cagao la vida, a mí, a Raúl, a Sara...

-No me jodas guapa que si al tío se le ha empinado la polla y no ha tenido las luces pa' ponerse un preservativo... Pues que la vida se la ha cagao él solito, ¿vale? Si no quiere decirle a su noviecita que anda metiendo la picha por ahí sin protección, pues me la pela, es su puto problema.

Ella tenía razón. Se sentía fatal, como si haberse quedado embarazada hubiera sido su culpa, pero por lo que recordaba, él tenía la misma responsabilidad sobre el hecho que ella.

Al menos no veía ya todo tan oscuro. Comenzaba a hacerse a la idea lentamente.

-Zule, y... Te mudarías conmigo de nuevo?

-Es mí cuarta mudanza en el año pero qué va, claro que sí... El problema es que necesito estar en Barcelona, o cerca de Barcelona... Si quisieras podrías mudarte tu conmigo. Tienes que conocer el piso, tía es un sueño.

-Pero me gusta mucho aquí... En Palma la vida es muy tranquila.

-Podríamos hacer base allí y viajar a Palma algunas semanas... ¿Qué te parece? En Barcelona tengo mí estudio, mis proveedores, mis clientes, todo mi mundo empresarial. Piénsatelo. Iré a por algo de comer. Yo que tú, me relajo un poco.

***

En Barcelona la vida de Raúl era bastante miserable. Extrañaba a Serena y le costaba no escribirle... A pesar de ello, acompañaba a su novia en este proceso, pero cuando ella dormía, no podía evitar entrar en las redes sociales a ver qué tal iba la vida de su ex amante.

Siempre aparecía bella. Subía historias muy divertidas con su gato, fotos de su casa en Palma de Mallorca... un ramo de flores que le había regalado un misterioso hombre... Y un puñetero tío le ponía like en todas las putas fotos, y en todas las putas fotos comentaba alguna gilipollez tirándole corazones. Un tal Miguel de los cojones. Joder.

Le molestaba. Le molestaba mogollón pero sabía que era egoísta. Él había decidido quedarse con Sara, y con esa decisión había liberado a la castaña. Ya no sentía lo mismo por la rubia, pero ella no se merecía ser abandonada en el peor momento de su vida. Decidió que antes de feliz debía ser buen tío y se quedó con ella.

Muchas veces sugirió acompañarla a Galicia a visitar a su madre, pero ella no quería. Prefería ir sola y la comprendía... Se había marchado una semana y él no paraba de pensar en Serena. Coño, quizás una llamada no lastimaría a nadie, ¿no?

***


Guapas! Estoy barajando ciertas posibilidades, pero me ayudarían sus comentarios! Gracias por leer y sus votos. ❤️ OS quiero.

Zule

Un invierno en Barcelona (Auronplay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora