Una vieja amiga

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"Raúl, estoy en Barcelona, te apetece quedar?" Rezaba un mensaje. Como apetecer, le apetecía morir, pero Dalila, una vieja amiga venezolana de su infancia, le había contactado. Le alegró saber que la chavala estaba de visita, ni siquiera vivía en España y en el último tiempo se habían visto muy poco, quizás verla le haría bien...después de todo necesitaba hablar con alguien del puto infierno que estaba pasando.

Quedaron al día siguiente en un café en el centro de Barcelona y el catalán llegó primero, consiguió una mesa, y la espero. Hacía años que no la veía, así que quizás le costaría reconocerla.

No tuvo que buscarla demasiado, porque la joven se sentó frente a él, saludándolo.

-¡Hola Raulito! cuanto tiempo... tienes hasta barba.

El joven rió.

-...y tú has crecido como dos centímetros, eh.

Se veía igual, solo que ahora era una mujer, lejos de la jovencilla que había conocido hace ya muchos años. Siguieron en contacto virtual pero casi no se veían.

-Seras idiota... -contestó ella sonriendo.

-No se tú pero yo necesito unos litros de café... -le comentó el catalán esperando que los atendieran.

-Ya veo, pareciera que no pegaste un ojo -dijo, alzando una ceja y observándolo atentamente- Va, yo quiero un capuccino y tu creo que pedirás 5 shots de espresso.

-Que va, que me lo pongan por vena. Joder, no he dormido nada -negó el joven con la cabeza- qué te trae por Barcelona?

Cuando finalmente el camarero apareció, pidieron sus bebidas.

-Bueno ya sabes que mi familia todavia vive acá, he venido a pasar unas semanas visitando -le sonrió su amiga mientras lo miraba a los ojos- Vale, qué te tiene asi? Parece que no has estado follando lo suficiente, qué tienes?

-Ni me hables tía, que la he liado parda. -le contestó el catalán visiblemente perturbado.- Es que estoy metido en un lío de cojones. Follar no ha sido el problema... Le he puesto los cuernos a Sara, tía. La he cagado bien cagada.

Su amiga se sorprendió, sabía que el chaval era algo conflictivo, pero se lo veía realmente alterado. Algo grave debía estar sucediendo.

-Ya, ¿pero le has dicho? ¿Ella lo sabe?

-No, que va. No sabe nada... No sé lo he podido decir. Joder que no puedo ni mirarla a los ojos.

-Y cuanto tiempo has estado engañándola Raúl? Si no la quieres por qué carajos sigues con ella? porque no me vas a decir que la amas y andas metiendo la polla en otro lado, eso no es amor...

Eso él ya lo sabía. Amor lo que se dice amor no era.

-Pues... unos meses ya... -se detuvo a pensar mientras el camarero les acomodaba sus bebidas y se retiraba- mira, no me juzgues vale? he conocido una tía una noche, yo estaba puesto hasta el culo... Terminamos liados esa noche y pensé que no sucedería nada más, lo juro. La contacté luego de un tiempo y solo hablábamos por el puto WhatsApp, que yo no sabía que la iba a liar así. Seguimos hablando todas las noches, nos vimos, y pues luego se enteró la tía que yo tenía novia, nos separamos, luego volvimos, y así... El problema, te juro, que no es ese. La he dejado preñada, tía, ese es el puto problema... Ahí comenzó toda esta mierda.

-Madre santísima de todos los cielos Raúl! -exclamó su amiga- ¿y qué has pensado sobre eso? Tienes que hacerte cargo de ese niño o sino yo te corto las piernas.

-Que lo se, joder. Vale, espera que aún no termina mí historia... Me he enamorado hasta las trancas de mi amante, y cuando me enteré que la tía estaba embarazada, fui a buscarla. Volvimos, follamos, que te amo, que le diré a Sara, tú sabes, lo de siempre.
El detalle que olvidé comentar es que cuando intenté dejar a Sara la primera vez, la tía se enteró que su madre se había pillado un cáncer y le queda poco de vida... Y ahora, igualmente, fui decidido a dejarla, para poder hacerme cargo del niño... Y decirle la puta verdad, que estaba enamorado de otra tía... Y cuando iba a decirle toda la verdad... Pues me ha dicho que estaba embarazada también.

Un invierno en Barcelona (Auronplay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora