Brasil

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No fue hasta que Xavier le comento que Zulema era una sensación en el mundo hasta que entendió un mes después lo que realmente sucedía. Seguían hablando diariamente, con videollamadas de por medio, pero el trato ya no era el mismo.

-Joder, de verdad no has visto su instagram? Ha explotado. A Zulema le está yendo muy bien, ¿Sabes? Y Serena es la cara de su marca... Debo decirte que esta muy bien...

-Pero tío, que dices... ¿De qué hablas?

-Pues que medio mundo quiere ver a tu amante virtual en bragas. Ya le han adjudicado algunos romances en Brasil, eso siempre significa que lo estás haciendo bien.

-¿De qué romances hablas? -preguntó Raúl, asombrado.

-Hostia, tío, saca tu cabeza del juego de tronos y tu culo gordo del sillón y mira.

Cuando Xavier le mostró el móvil su boca se abrió y no volvió a la normalidad en varios minutos. Tenía razón. Serena era preciosa, pero las producciones eran increíbles.

Estaba más bronceada que nunca. Claro que sí estás en Brasil no te quedarás en casa mirando Netflix, irás a la playa todo el día.

Suspiró pensando en la cantidad de veces que debe haber salido con Zulema, y la cantidad de tíos que la deben haber acechado... Si es que ninguno realmente había llegado a concretar.

Joder, que no tenían exclusividad. Se estaban tomando un tiempo para arreglar las cosas y sobre todo, ver qué sentían el uno por el otro, pero a la distancia... Después de todo él aún seguía resolviendo temas con Sara.

Si bien la relación se había debilitado completamente y Raúl bien sabía ya lo que quería, le estaba resultando difícil dar el paso final. Serena no le preguntaba nada y... Él tampoco... lo que podría significar que pudo haber estado con varios tíos, mucho más apuestos que él. No había un mito con los brasileños después de todo?

-Pues sí, se ve bien -dijo al pasar tratando de restarle importancia.

-Tío, se ve más que bien... Venga hombre no jodas.

Xavi fue directo a su punto.

-A esto me refiero, colega.

Le mostró varias fotos, entre ellas algunas donde estaba en bikini en la playa y otras donde modelaba distintas prendas. Una punzada aguda de celos lo atravesó. Puta mierda de vida.

Bueno, quizás sí salía con otros tíos. ¿Cuánto faltaría para que se enamorara de alguien? El sabía que en esos mundos abundaban las fiestas, los encuentros... Y hasta las propuestas.

-Madre mía -murmuró Raúl, a lo que su amigo se rió.

-Joder, macho, ¿qué pasa?

-Ahora mismo debe estar con un tío famoso y apuesto empotrándola y yo la he perdido por gilipollas.

-Pensé que seguían hablando...

-Hostia, tío, sí... Hablamos. Todos los días... Pero ella está en el otro lado del mundo con varios tíos persiguiéndola y yo aquí jugando con el ordenador y tocándome los huevos mientras veo Narcos. -rió.

-Siempre puedes ir a visitarla.

-No puedo, tengo cosas que hacer aquí, le he dicho que la vería cuando volviera a España... Pensaba visitarla en algún sitio.

-Vale, Raúl te entiendo... Pero posiblemente le pierdas. Quiero decir, no sé si sus romances son reales, pero pronto conocerá más gente... Y luego quién sabe? Lee.

Le pasó el móvil. Si googleabas Serena Delacroix no solo aparecían fotos de ella sino que también noticias que la vinculaban con un jugador de fútbol brasileño, otra nota la vinculaba con un actor español que vacacionaba en Brasil y le tomaron varias fotos juntos y en otra nota mostraban fotos de la castaña saliendo de un bar con un tío rubio, alto y con el pecho más marcado que había visto en tu vida.

Un invierno en Barcelona (Auronplay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora