Quién es Auron?

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No llegaron a terminar la conversación... Ni a comenzarla. Raúl sintió que lo habían salvado, pero al mismo tiempo sabía que debía confesarle a Serena de la existencia de Sara... Y también sentía que debía terminar esa relación paralela que había construido. Basta de WhatsApp de madrugada... Y sobretodo de tomar vino y acostarse con otra mujer durante horas.

-¿Te apetece comer algo? Zulema debe haber cocinado algo delicioso.

-No tengo hambre la verdad... Creo que debería irme ya...

-Pues vale, lo que tú quieras entonces. -contestó ella, alcanzándole a Raúl el resto de su ropa.

Salieron a la cocina donde encontraron a Zulema y lo que Raúl temía. Xavier estaba muy ancho sentado allí en la mesa también.

Xavier observó fijamente a su amigo frunciendo el ceño algo confundido. No sabía que se había quedado a dormir... Con otra mujer que no era su novia.

-Auron, tío, que pinta traes...

Raúl palideció un poco. Hizo un gesto con la cabeza en modo de saludo pero sus ojos pedían un poco de piedad. Claramente al conocerse hace tantos años, su amigo comprendió el mensaje.

-Auron? Quién es Auron? -preguntó Serena.

-Auron es----

-Así me dicen algunas personas -contestó rápidamente Raúl. Si Serena sabía quién era él realmente llegaría rápidamente a Sara.

-Pues entonces Auron, ¿te quedas a comer? -preguntó Zulema divertida.

-Venga hombre, come con nosotros... ¿O es que ya has comido suficiente? -preguntó riendo mientras observaba a Serena. Raúl era un tío con suerte. Sara era bellísima y Serena no se quedaba atrás.

-Tengo algunas cosas que hacer, pero te llamo luego, Xavier. A ti... También Serena.

Serena lo acompañó a la puerta, un poco defraudada al ver que partiría. No quería ilusionarse ya que sabía que Raúl era un tío muy majo pero nunca se sabía que pasaría con él.

-La he pasado genial... De verdad. Ojalá no desaparezcas nuevamente.

-Tranquila -le contestó -te escribo a la noche. ¿Trabajas esta semana?

-Como siempre -replicó ella -La gente necesita comida italiana.

Se besaron una vez más y Raúl se marchó, sintiéndose feliz por un lado y miserable por otro. Estaba confundido. Sabía que adoraba a Sara, la estabilidad de una relación de años, su belleza y su amistad... Pero Serena lo tenía jugando a las escondidas para escribirle todas las madrugadas.

<<Joder con tanto lío, hombre. En qué coño te has metido Raúl? Pues, en uno adictivo y satisfactorio, claramente.>>


Un invierno en Barcelona (Auronplay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora