Como si no nos hubieramos amado || Virgato

Capitulo 3

Salí de mi clase de química para dirigirme a la cafetería donde me encontraría con Yoandri y Johann.
Ya habían pasado dos semanas desde mi desagradable incidente con el imbécil de Zabdiel y a pesar de eso, a veces sentía que unos ojos me golpeaban con la mirada.

¿Realmente debería esperar un tipo de venganza por parte de Zabdiel?

Aún cuando no lo entendía muy bien, digo, no nos castigaron, ni tuvo consecuencias, claro, quitando el hecho de que lo golpeé ahí abajo... ¿tan rencoroso era?

Resoplé fastidiado por la irritación que el tema me provocaba, tenia que cambiar el tema de mi, con ello era suficiente, tal vez si hacía como que nada hubiera sucedido, Zabdiel también se olvidaría.

Dejando de lado el hecho de que realmente sigo descolocado por la noticia de que el chico más popular y nice, de la escuela fuera gay.

Llegué a la cafetería y me deslizé hasta la zona donde debía escoger mi comida,  no era del todo buena pero algo tenía que comer.

Con mi bandeja, empecé a servirme de las enormes cacerolas de lo más apetecible del menú; mientras llenaba mi plato, sentí una mirada sobre mí, pero esta vez no eran de las que me querían matar, de eso estaba seguro, se sentía más bien como si... alguien me estuviera vigilando.

Como si prestaran atención a lo que hacía, cuando hube terminado, busqué con la mirada sobre la pequeña multitud, a mis amigos.

Estaban al fondo, como siempre, sentados en una animada plática, ellos no me habían estado observando.

Una vez me hube sentado, y después de saludar, se me quedaron viendo. ¿Qué? ¿Ahora todos prestaban excesiva atención a lo que haría?

—¿Qué?— les pregunté irritado, un humor que era ya habitual en mí desde hace 15 días...

—Nada, nada— respondieron apurados al unísono.

—Bien—

Sin embargo, sus miradas suspicaces seguían acosándome, sin mencionar, que se daban pinchazos tan obvios por abajo, y susurraban casi gritando palabras clave.

—Si quieren decirme algo, háganlo ahora— dije tratando no sonar tan de mal humor, ya que analizando como los venía cortando y tratando en los últimos días, era comprensible el que quisieran hablar conmigo.

—Bueno, lo que queremos decirte es...— empezó Yoandri dejando sus palabras al aire tras lanzarle una mirada de ayuda a Johann.

—Lo que queríamos preguntarte es... ¿Qué te sucede?— me cuestionó Johann con tono preocupado, de la misma forma me observaba Yoandri, como tratando de descifrarme, una punzada de culpa me atravesó.

Era cierto, desde lo ocurrido con el cobarde homófobo, mi estado de ánimo había decaído, de sarcástico-animado con mis amigos, a la persona más callada e irritable de todo Woodside. Sabía que les debía una buena explicación, el único problema es que no me sentía capaz de llegar y decirles

"¡Hey! Johann, Yoandri, ¿recuerdan el lunes de hace dos semanas? ¿Sí? Pues, después de gimnasia, Zabdiel, el chico que destila heterosexualidad por los poros, intentó violarme en las duchas..."

No, no podía.

—Oh, eso... ¿por qué lo preguntan?— les dije inocente. Tenía que ganar tiempo en lo que pensaba en una excusa creíble.

—¿Por qué?— incrédulo, Yoandri empezó a recitar —has estado de pésimo humor las últimas semanas, casi no hablas, y cuando lo haces, eres cortante, parece que estas en otro lugar, te ves deprimido, por no decir que la semana pasada cuando te sorprendía con mis abrazos te ponías realmente rígido, ¡Juraría que te veías asustado! Poco mas y me golpeabas—