Capitulo 22

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A la mañana siguiente se despertó y alistó como siempre, sin embargo había algo diferente. Se sentía distinto, con más energía y ánimo, incluso el día se veía de otra forma, más luminoso y resplandeciente. Ni siquiera le importó demasiado el encontrarse con su padre en el comedor y que éste le dedicara la indiferente mirada de todas las mañanas. Al parecer, por fín, se había acostumbrado a eso, y no sabía si alegrarse o empezar a preocuparse.

Al salir, aspiró todo el aroma que le proporcionaba un nuevo día, el olor de los árboles, el sonido de los pájaros, el...

-¡Buenos días!- De nuevo apareció un encantador monstruo sonriente intentando matarlo del susto.

-¡Maldición, Christopher! En serio, lo que quieres es matarme- bromeó Joel acomodando sus lentes.

-Wah, lo siento- un apenado Christopher le sonrió de medió lado llevando su mano a la nuca, ocultando su nerviosismo.

-Sí, bueno, lo que tú digas- dijo Joel retomando su rumbo, y al mismo tiempo, ocultando una tímida sonrisa -Y qué, ¿de ahora en adelante vendrás por mí?- cuestionó burlón.

-Sip- respondió alegre el castaño.

Joel pasó saliva con dificultad, y sus ya de por sí sudorosas manos empezaron a tiritar de inquietud. A esas alturas ya debía estar acostumbrado a tales contestaciones directas, pero justo en ese momento comenzaba a creer que eso, para su mala suerte, nunca sucedería. Y no obstante, pensaba que esa situación de ellos dos juntos caminando naturalmente hacía la escuela, le parecia tan cómodo como reconfortante y familiar, amigable.

-Me queda de camino- prosiguió Christopher igualando el nivel de la caminata con Joel. El rizado rió con incrédulo.

-¿En serio? Creí que vivías por la ladera, en teoría al otro extremo de aquí- dijo Joel disfrutando de la reacción incómoda de Christopher.

-Eh...- Se podía notar a leguas que el castaño estaba en aprietos y aparte incapaz, o tal vez sin siquiera saber qué responder -... y ¿Cómo dormiste?- Joel lanzó una risotada divertida adelantándose en el paso.

-Sí, muy bien ¿Y tú?-

-Más o menos, mi hermana es como una mosca. Sólo vive para molestarme-

-¿Tienes una hermana?-

-Ojalá sólo fuera una, ¡Tengo dos! ¿Lo puedes creer? ¡Dos!- mencionó Christopher con una cómica euforia.

-¡Oh que tortura!- concordó Joel teatralmente.

-¡Sí! Y no es lo peor, entre mi abuelita, mi mamá y mis hermanas son una tormenta de dramas-

-¿Sólo vives con mujeres?-

-Bueno... también está mi sobrino, pero el sólo tiene cuatro años y me traiciona con facilidad. Mi padre llega hasta lo noche y esas cuatro mujeres son demasiado para nosotros- dijo Christopher con actuada fatigación -Mi papá ya viene cansado del trabajo, y yo de toda una tarde con ellas-

-Lo dices así, pero de alguna forma suena a que tienes un hogar cálido y unido, ¿No?- dijo Joel un tanto nostálgico cosa que supo ocultar.

-Mmm, sí. De hecho sí, así es- agregó Christopher al tiempo que una gran sonrisa se dibujaba en sus labios y ojos -Eres excepcional- agregó.

-¿Qué?- Cuestionó el rizado confundido por el elogio y el repentino cambio de tema.

-Es que, tú me haces ver todo lo bueno que rodea mi vida y me haces sentir feliz de la nada. Tienes un talento para decir las palabras exactas, y dar calidez a las personas- finalizó Christopher junto a una sutil sonrisa.

Como si no nos hubieramos amado || VirgatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora