Capitulo 21

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Era una locura, por completo, absolutamente.

Christopher se había cambiado a todas y cada una de las clases de Joel, lo cual resultaba increíblemente distractor. Podía sentir la quemadura de la mirada de aquellos ojos mieles atravesándolo cada segundo, cada minuto en cada clase.

Resultaba asombroso el poder que Chris comenzaba a ejercer sobre él desde simples cosas, desde pequeñeces igualando a enormes acciones. Trataba de ignorarlo la mayoría de las ocasiones, pero era difícil, constando que lo tenía a su lado todo el tiempo y que las indiscretas miradas de los demás no cesaban. Hasta que por fin llegó la hora del almuerzo, fue que se libró un poco de Christopher, ya que apenas tocaron la campana, salió como bala para quién sabe dónde.

Sin embargo y contrario a lo que esperaba Joel, eso no impidió que los cuchicheos chismosos a sus espaldas, junto con las miradas inquisidoras, pararan. Podria decir que hasta aumentaron considerablemente, y Joel, quien era fanático del pasar desapercibido y no hacerse notar, no sabía manejar tal situación.

Lo único que podía hacer era, mantener la cabeza gacha, tratar de concentrarse en la música de sus audífonos, aunque al parecer las voces se metían hasta por debajo de estos, y acomodarse constantemente el puente de los lentes. Era insoportable para él ser el centro de atención en una situación como esa.

Una vez llegó al comedor todo empeoró, lo veían y hablaban de manera frenética, por un momento tuvo ganas de salir corriendo y no regresar por un buen tiempo a la escuela, pero alguien, la misma persona que había iniciado todo, le abrazo por sobre los hombros con un solo brazo y le obligó a quedarse. Le obligó a caminar entre la multitud, le obligó a tratar de actuar natural, y le obligó a intentar pasar desapercibidas las miradas incrédulas y asesinas de Ana, Janet, Riki, Jack y... Zabdiel.

Juntos fueron a donde la comida, cogieron un par de charolas, y se dirigieron a la mesa donde normalmente Joel se reunía con sus amigos. Y aun cuando el rizado no podía ver al castaño, juraría que tenía una de esas caras encantadoras y tiernas.

Ante un par de ojos demasiado sorprendidos, con la mandíbula hasta por debajo del suelo, se sentaron y colocaron sus alimentos sobre la mesa. A pesar de que Joel sabía que ahora tendría que estar un poco menos incómodo, por sus amigos, él simplemente no podía verlos, no podía levantar la mirada.

-¿¡Qué está pasando aquí!?- chillo por fín Yoandri, una vez salió de su trance.

-¡Lo mismo pregunto!- exclamó Johann acomodándose el puente de sus lentes sin cerrar la boca.

Ambos amigos mirando con curiosidad, sorpresa e incredulidad a Christopher sentado en su mesa.

Después de un corto e incómodo silencio, Christopher estuvo a punto de ser quien rompiera el hielo, pero Joel se le adelantó.

-Él también fue al campamento- dijo el rizado tratando de ver con serenidad a sus amigos -nos hicimos cercanos ahí...-

-Ahora somos amigos- agregó Christopher, sorprendiendo a los presentes -muy buenos amigos y me gustaría, si no les molesta, que de ahora en adelante pudiera comer aquí, con ustedes-

Las mejillas de Joel se sintieron enrojecer, y volvió a bajar la cabeza para evitar preguntas.

-¿¡Qué!?- preguntaron al unísono Yoandri y Johann -¿En serio? ¿Con nosotros?- continuaron.

-¿Les molesta?- preguntó preocupado el ojimiel.

-¡No!- replicó Yoandri -pero es que resulta sorprendente. Nunca hubiésemos imaginado algo como esto... ¿Cierto Johann?-

-Cierto-

-Entonces...¿Les parece bien?- cuestionó Christopher por último sólo para confirmar

Como si no nos hubieramos amado || VirgatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora