Capitulo 44

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JOEL


Eran hojas, muchas hojas. Restregué mis ojos, la falta de lentes me hacía mucho más difícil la tarea de leer, me acerqué mas las letras. Parecían impresiones, capturas de una página Web. Pero detrás de esa primera página, había una engrapada.

CONTRATO

Yo, Zabdiel de Jesus, me comprometo a pagarle a Christopher Velez la cantidad deseada con tal de que cumpla todas, y cada una de mis peticiones.

1. Enamorar al cuatro ojos de Joel Pimentel.

2. Hacer todo lo posible por sacar cada uno de sus secretos y exponerlos en la página web para el disfrute de todos.

3. Las únicas personas que puedan entrar serán: Zabdiel, Riki, Jack, Alan, Ana, y por obviedad el creador, Christopher.

4. En la página Web subirás los informes del día a día de tus progresos con el trabajo.

5. Por cada beso que se den, pagaré recargos por la tortura.

Yo, Christopher Velez, me comprometo a enamorarlo en fecha límite un mes. Una vez que el noviazgo sea oficial, haré lo que diga Zabdiel sea lo que sea. Exijo el doble de la paga si me obligan a besarle de lengua. JAJAJA

Todas mis fuerzas se desplomaron en un instante. El ardor en mi garganta, el dolor en mis ojos. La rabia crecía más dentro de mi, incrementando el nudo en mí estómago.

¡Pero si era un completo idiota!

Me había engañado desde un inicio, todo fue por un estúpido contrato. Estruje el papel entre mis dedos, y bajé la mirada a las hojas restantes. Tomé la siguiente.

Informe No. 1: [El campamento nerd]
¡Ya vamos de regreso! Por fin mi tortura de cinco días ha llegado al final. Ahora mismo duerme recargado en mi hombro, es tan molesto. Sus estúpidas y anticuadas gafas me lastiman.

Aparte tuve que compartirle un auricular, ¡Qué asqueroso! Luego les digo en el CoffeeCafe.

Me reí de mi estupidez. Lo que conocí en ese campamento resultó una mentira después de todo. Yo nunca le pedí un auricular, él se recostó primero en mí hombro.

Pre-Informe [Primer encuentro]

Es tan torpe. No creo soportar tanto con él, si lo hago el mes entero favor de premiarme, o al menos una fiesta, con lo que me gusta el vino... Lo único que tenía planeado era un roce de hombros, y el muy menso se cayó. Tuve que levantarlo, y poner sus feas gafas en su rostro. ¡Ugh! A parte le sonreí, he de decir que sirvió de algo, progresé más de lo esperado.

Como sea deséame suerte para la próxima.

Lancé una sonrisa amarga. Espero le hayan pagado todo lo que sufrió a mi lado. Quizá le hagan una fiesta por estar casi tres meses conmigo.

¡Noticia!

Logré convencer al director de que me metiera al campamento ese. Ahí podré seguir más rápido con él. Le diré que es por castigo. Después de todo, no será una mentira del todo si tengo que estar con él cinco días enteros.

Hasta eso fue mentira.

Ya no pude leer más. Era totalmente destructivo cada cosa escrita ahí. Donde se burlaban de mi, donde conocía cada verdadera cosa de él. Al final me enamoré de una mentira Zabdiel tuvo razón después de todo, me hundió en el más profundo abismo. No hice nada para evitarlo, porque sabía que en realidad no podría. Pero a cada segundo que pasaba, cada lágrima que salía, traicionera me recordaba cada momento que viví con él, cada cosa, secreto que le mostré, cada mentira que me dijo.

Bajo la lluvia de esa tarde en el bosque. En la cabaña, cada pregunta, cada respuesta que me daba.

Su color favorito no era el azul.

Quizá le guste el vino, a pesar de que no sea de los que les gusta tomar.

¿Alguna vez no mintió?


[...]

CHRIS

No debía rendirme, tenía que luchar por él. Él merecía eso y más. No me interesaba que fuera de madrugada, encontraría la forma de llegar lo más rápido posible con él. Dejé mis cosas, esas ahora no tenían valor para mi, si tenía que escaparme lo haría.

[...]

JOEL

Las destroce. Las rompí, las pisoteé, creyendo absurdamente que con eso también rompía mis sentimientos. Lo odiaba, me odiaba. Sentía tanta rabia, enojo, frustración por mi. Tanto que había tomado mis precauciones para no salir lastimado, caí tan fácil en él, en su sonrisa, boca y ojos encantadores.

Era tan fácil de destrozar, era patético. Y aún así, seguía teniendo la tonta necesidad de tenerlo aquí, porque lo odiaba. Odiaba que me hubiera robado mi primer beso, mis pensamientos para obligarme a tenerlo siempre en mi mente. Lo odiaba porque me hizo leerle, cantarle, porque me obligó a abrirle las puertas de mí confianza con una facilidad absurda. Lo odiaba porque me hizo amarle.

Le odio tanto, de la misma manera que lo amo.

No podía perder la cabeza.

No ahora, no debía seguir llorando por él. No debía seguir dándoselas, no las merecía. Las limpié de golpe en mis mejillas, tomé los lentes transparentes que tanto había cuidado, los aventé.

Cerré las cortinas para no ver el cielo que alguna vez vimos.

[...]

CHRIS

Lo logré, darle dinero a uno de conductores del bus fue fácil. La seguridad en el campamento era basura, escapar fue demasiado fácil, aunque tardado. Ahora estaba camino de vuelta a Woodside, utilicé todo el dinero que Zabdiel me había dado. Para que ahora ese chofer me llevara de regreso. Pero era de noche y la lluvia comenzaba de nuevo a caer, por lo que no podía ir tan rápido como hubiese querido. Eso no me ayudaba en nada, debía de llegar con Joel, decirle que lo amo. Pedirle perdón, de todas las formas posibles. Sabía que no me perdonaría de la noche a la mañana, pero en cuanto antes iniciara sería mucho mejor a no hacer nada y seguir perdiendo el tiempo.

Como si no nos hubieramos amado || VirgatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora