Capitulo 48 ||Final||

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JOEL


La suave brisa acariciaba mi rostro, el frío calaba mi cuerpo por entero, y la premura del anochecer me abrumaba. Aún no podía procesar lo ocurrido en los últimos días, era demasiado, tan simple, y ocurrió tan rápido.

Mi madre ganó su demanda, venció a mi padre, le acusó de los movimientos ilegales que realizó para obtener mi custodia además de otras cosas que ella supo investigar bien con el dinero de sus padres. Pero nos tuvimos que ir antes de que llegara la policía, antes de que él llegara. Mi padre había salido ese día a la ciudad, y desde la última noche que vi a Chris le dije a mi madre la decisión que había tomado respecto a irme con ella, no quiso perder tiempo y a la mañana siguiente nos fuimos. No pude ver a mi padre una vez más, no habría querido tampoco.

Sin embargo, aunque salimos de Woodside demasiado rápido, seguíamos en la ciudad, a la mañana siguiente tomaríamos un autobús para otra ciudad colindante en donde iríamos al aeropuerto.

Nos tuvimos que alojar por una noche en un hotel, y ahora mismo agradecía que el cielo nocturno fuera cubierto por la nubles de los grises.

Aún no podía hablar del todo bien con mi madre, no salía una conversación natural y a pesar de que preguntó lo que me pasaba, comprendió que por el momento no quería ni podía hablar del tema.

Suspiré, el nudo en mi pecho se negaba a desaparecer, me seguían atormentado esas palabras que resonaban en mi cabeza, las últimas que escuché de él: Te amo.

Una sonrisa amarga salió de mis labios, debía ser masoquista o algo así.

El constante y fuerte viento arrastró a las pesadas nubes que cubrían el rostro de la luna. La vi, brillante, como en ese día. Tenía que dejar de pensar en ello, en él, en su sonrisa, en sus ojos, en sus palabras. Tenía que seguir, lo haría, no dejaría que nada consiguiera de nuevo el poder para destrozarme de esta forma. No me rendiré de nuevo.

Al pie de la ventana, bajo ese cielo, las palabras salieron de mi boca, ya no las reprimiría de nuevo a unas cuatro paredes, ya no las guardaría para las hojas de esas libretas.

"Como olvidar el dia que nos conocimos
El primer beso después de tanto rogar
Las piedras que no aventaron el camino
Y como todo lo pudimos superar"

Un aplauso resonó en el pequeño cuarto cortando mis palabras, giré y la vi. Mi madre me observaba desde el marco de la puerta.

—Cantas hermoso— Me dijo y se acercó a rodearme en sus brazos. Él me había dicho lo mismo —¿Qué quieres para cenar?— preguntó alejándose de mí.

—Lo que sea está bien— respondí regresando los ojos a la ventana. Escuché el suspiro pesado que lanzó ante mi escueta voz.

—Espero que cuando te sientas mejor por lo que sea que te suceda, tengas la confianza suficiente para decírmelo— Me dijo como último planteándome un peso en la mejilla. Y al ver el hermoso cielo nocturno, me pregunté si ese día podría llegar.

[...]

CHRIS

No podía ser verdad. Esto no podía estar sucediendo, esto no podía... la fuerza en mis piernas flaqueó. ¿Por qué no había ningún libro? ¿Donde estaban todas sus cosas? Esta debía ser una cruel broma.

En un impulso frenético y desconocido, me impulsé hacia su armario, lo abrí de golpe encontrando una sola caja. Me arrodillé ante ella abriendola de golpe, habían muchas hojas rotas, además... sus lentes, los que le regalé. Junté las hojas, y pude ver de qué se trataba. El enojo y la frustración se arremolinaron dentro de mi, Joel debió haber leído esto, rompí el corazón de la única persona que he amado desde el momento en el que hice ese maldito contrato, y al mismo tiempo me condené.

Como si no nos hubieramos amado || VirgatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora