Capitulo 7

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Despues de haber acomodado su ropa Joel caminaba inseguro hacia Christopher, se sentó en su escritorio frente al castaño que había acomodado el mueble para quedar uno enfrente del otro.

—Primera pregunta, ¿color favorito?— se podía ver a leguas el entusiasmo que a Christopher le llevaba preguntar eso, el menor río de forma divertida

—¿En serio eso es lo primero que preguntarás?— cuestionó aún entre risas, por un instante Christopher se sintió torpe e idiota al preguntar eso, después de todo, cada que iniciaba ese cuestionario que tenía tan bien grabado en su mente, las reacciones recibidas siempre eran las mismas, totalmente opuestas a la que acababa de ver en Joel.

—Pues... es algo básico y...—se encontraba incómodo, nada como esto había sucedido antes y la improvisación no era lo suyo, Joel al notar la reacción del otro por su comentario, intento reponerlo.

—Tienes razón, lo siento no estoy acostumbrado a éstas cosas —dijo sonriendo para quitarle importancia —Pues diria que el negro ¿Y el tuyo?— El más alto sonrió ante esto, y motivado de la nada por alguna extraña razón, contestó con genuina alegría.

—Rojo, pero el negro también es un buen color— se miraron por un segundo sonriéndose y examinándose, cuando Christopher estaba a punto de formular la siguiente pregunta, se quedó callado, decidió olvidar su guión, el que siempre usaba y cambiarlo, cambiarlo por Joel, sonrió por lo extraño de sus pensamientos y pensando en lo curioso que le resultaba cambiar sus planes.

Joel lo miro con extrañeza decidiendo si hablar o no.

—¿Tu libro favorito?— preguntó Christopher tratando de no sonreír, pero al mismo tiempo confundido por lo extraño que le resultó preguntar eso por primera vez en su vida, en definitiva, era la primera vez que Christopher preguntaba algo así a alguien que estaba conociendo.

—Emmh, no lo sé, es difícil esa pregunta...— Joel apretó sus labios haciendo un puchero, miró un momento la mesa, luego el techo y sonrió de forma divertida —vaya, creo que no me había detenido a pensar en ello y no me puedo decidir...—  Christopher sonrió.

—Entonces el primer libro que leiste—

—Oh, Cumbres Borrascosas de Emily Brount—

El azabache se quedó pensando incómodo, no comprendía del todo lo que dijo Joel, y no había anticipado como reaccionar a esa respuesta. Él no sabía nada de literatura.

—Emmh que bien... supongo— sonrió de forma sutil y forzada. Después se sintió estúpido por su brillante respuesta, el menor se empezó a carcajear y Chris se sintió aún más torpe.

—Lo siento...— apenas pudo decir Joel y trató con todas sus ganas de calmarse  —es que fue tan graciosa tu cara— dijo aún tratando de calmarse.

Nunca nadie antes se había reído de Christopher, y ahora se estaban burlando deliberadamente de él. El mayor hizo un esfuerzo sobrehumano para no parecer afectado y esconder su orgullo herido.

Pero lo que en verdad le molestaba no era que se estuvieran riendo de él, sino que por su cabeza pensó de una forma inconsciente que si era Joel estaba bien, eso le molestaba

—De acuerdo, sé que no fue una respuesta muy interesante...— empezó Christopher, Joel le miró incrédulo.

—¿Interesante?— de nuevo Joel comenzó a reír confundiendo más al mayor. Cuando se hubo calmado se disculpó.

Sin embargo, lo incómodo que se sintió Christopher se quedó en él. Trató de formular otra pregunta, y regresando a ese cuestionario grabado en su mente, continuó.

—¿Gatos o perros?— Joel torció los ojos con disimulo, y sus labios formaron una sonrisa divertida.

—Gatos, amo su ronroneo y sus patitas suavecitas— en medio de su descripción, recordó la frescura y elegancia de un gato, y mirando algún punto perdido en el espacio, empezó a hacer muecas deternura ante la imagen en su mente de un gato —son tan lindos los gatos— finalizó, el mayor, quien estuvo observando atentamente sus movimientos, se sintió, de nuevo, enternecido por la simpleza de Joel.

—Yo prefiero a los perros— soltó Christopher —pienso que son más fieles y adorables. ¿Ya has visto un gato mojado? Son espeluznantes…— Joel alzó una ceja desafiante. Christopher lo estaba molestando, eso lo sabía y parecería disfrutarlo. El castaño se cruzo de brazos, observando de soslayo al menor y haciendo una lista de las virtudes de los perros y los defectos de los gatos.

—Lo de los perros es lo más típico que escucha uno sobre ellos— contraatacó Joel —además de que ladran y ladran sin importar qué, son realmente molestos—  Joel se recargo sobre su silla y, con intenciones desafiantes, se cruzó de brazos. A Christopher le causó gracia esto último, por lo que terminó cediendo.

—Bien, bien, lo que tú digas y ordenes— no obstante, ninguno pareció dar tregua alguna a la pequeña lucha de mirada retativas que se ofrecían. Un momento después, los dos se estaban riendo.

—Bien— continuó Christopher —¿comida favorita?—

—Arroz blanco con huevos estrellados— contestó de forma distraída.

Christopher entornó un poco los ojos. Pensaba que era una broma, pero el otro no daba indicio alguno de estar en broma.

—¿Qué?— preguntó Joel —¿Tiene algo de raro?— en verdad estaba intrigado por la reacción del otro.

—Bueno es que...—el castaño trataba encontrar una respuesta diferente a la verdadera —es una comida muy simple y...—lo que no quería decir era algo en realidad insignificante, sin embargo más que la coincidencia de gustos, estaba el que Christopher jamás había congeniado con alguien un mismo punto de vista, por mínimo que fuera. Y analizando la situación, no era algo con importancia. Una vez más, se sintió un tanto torpe.

—Lo sé— acotó Joel — pero a veces lo simple puede ser lo mejor —

Ante esta inesperada respuesta, Christopher lo miró a los ojos, estudiando la mirada ajena, que ante el movimiento brusco del contrario le devolvió la imagen de sus ojos cafés, cuando Christopher estaba apunto de declarar la verdad, unas alarmas se empezaron a escuchar, anunciando asi que la hora de salir había llegado.

Se sonrieron una vez más, y juntos se levantaron para dirigirse a la explanada.

—¿Y tu figura pública favorita?— preguntó por último Christopher.

—La verdad es que no conozco mucho de eso —sonrió apenado, esperando que al azabache no le pareciera demasiado extraña esa respuesta.

—Oh ya veo...— dijo Christopher, y luego prosiguió —pues yo sigo a Laura Pausini—

Esa fue un comentario que salió de manera inconsciente de Christopher, ya que él en realidad no le iba diciendo eso a todo el mundo.

Cayendo en lo que acababa de revelar, se volteó hacia otro lado,esperando escuchar en cualquier momento la burla por parte del menor.

Sin embargo, lo que recibió no fue para nada eso.

—¡Oh sí! He escuchado sobre ella, y creo que es una muy buena persona además de excelente cantante— concluyó Joel, y con una sonrisa amable se retiró de la cabaña.

Por milésima vez desde que hubiera conocido a Joel, éste lo dejo pasmado. Siempre le daba reacciones imprevisibles a lo que él pensaba.

Y por ese momento pensó que tal vez, sólo tal vez, las cosas con Joel podrían ser  totalmente diferentes.

Como si no nos hubieramos amado || VirgatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora