Capitulo 8

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Passion Whine - Farruko ft Sean Paul

Cuando estoy terminando de ayudarle a la señora Caroline con sus cosas, me doy cuenta que ya es demasiado tarde, el vuelo de mi amiga llega en veinte minutos.

Salgo casi volando de el hotel, tuve que pedirle a un encargado que me hiciera el favor de meter mi equipaje a la habitación.

Al salir de este, subí rápidamente a un taxi, en todo el camino no eh podido dejar de pensar en Nickolas, jamás imagine que me lo toparia aquí, se que su madre es importante pero no creí que el asistiera a las fiestas.

No puedo negar que estoy emocionada, ese hombre me gusta, me gusta verlo, me gusta cuando me sonríe, cuando me habla, cuando me mira, en resumen todo me gusta de el y eso en parte me asusta.

El taxista me saca de mis lujuriosos pensamientos al decirme que hemos llegado, le pago y bajo de el auto. Entro como rayo al aeropuerto por que mi reloj dicta que el vuelo aterrizo hace más de diez minutos.

Busco por todos lados con la mirada a la rubia loca, no la encuentro. Me dirijo al mostrador para pedir información cuando la veo, esta parada junto a un cesto de basura con una cara de preocupación que ea imposible no reírte, se mira super indefensa e infantil.

-¡Hey flojonaza!.- le grito agitando mi mano en el aire, la rubia al verme se le ilumina el rostro y corre a abrazarme.

-Eres una maldita, voy a patearte ese enorme culo.- dice aun abrazándome. -Casi entro en pánico la vieja del mostrador solo habla español y yo no entendía una mierda, iba a comenzar a llorar.- me carcajeo y ella enseguida comienza a reír aunque sigue actuando como niña.

-No seas infantil Zara, te dije que vendría por ti.- digo mientras nos dirigimos a la salida.

Tomamos otro taxi de regreso al hotel, la rubia no deja de gritar por todo el trayecto, lleva la cabeza fuera de la ventana como perrito observando todo, no la culpo ahora que si estoy viendo el camino no me queda duda, este lugar es demaciado hermoso.

Al llegar al hotel grita aun más fuerte, juro que casi me a dejado sorda, me coloca un brazo en el cuello y así abrazadas avanzamos.

Entramos al ascensor, subimos a nuestra habitación en el piso seis. Al abrir la puerta, nos volteamos a ver emocionadas, corremos hacia dentro. La habitación es sencilla pero sumamente hermosa, tiene tonos claros, dos camas grandes, un baño de infarto y un lindo balcón.

Revisamos toso como si fuéramos unas ladronas buscando cosas de valor.

Cuando por fin terminamos de husmear por todos lados, nos aventamos en una de las camas mirando el techo

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Cuando por fin terminamos de husmear por todos lados, nos aventamos en una de las camas mirando el techo.

-Nickolas esta aquí.- digo atrayendo la atención de mi amiga, quien brinca como resorte y se pone de rodillas.

-No jodas.- abre los ojos como platos. -Le has de gusta demaciado como para que venga hasta aquí a verte.- mueve sus cejas.

-No lo creo, le dijo a su madre que la extrañaba y que por eso vino a verla.- contesto mirando mis uñas para restarle importancia, aunque el solo pensar que tal vez eso pueda ser cierto hace que me duela el estomago.

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