Capitulo38

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NICKOLAS♡:

Hace una hora que llegamos a la clínica, Jenn a pedido que sea la doctora Moretti quien la atienda, no se si se deba a que es amiga de su hermana y la verdad no me importa solo quiero que ella y mi hijo estén bien.

Nuestros amigos han venido con nosotros a pesar que les dije que no lo hicieran, Sebastien y yo estamos como mensos caminando de un lado a otro, la hija de Nathan no a dejado de llorar en los últimos treinta minutos y eso me esta poniendo más nervioso.

Isaac y Carlos no dejan de acosar a las estudiantes de enfermería y Nail llevo a su esposa a la maquina por golosinas, ella y Jenn son iguales en ese sentido, quiere estar comiendo dulces todo el día. En una ocasión me hizo comprar una bolsa enorme de ositos de goma pero a la señora solo le gustan los rojos así que me hizo comer el resto de los colores, ahora soy adicto a ellos por su culpa.

Detengo mis pasos cuando veo entrar a la doctora, ella viene muy tranquila mientras yo me estoy volviendo loco. Me ve y sonriendo se acerca a mi.

-Así que el bebé quiere salir antes.- dice queriendo sonar graciosa, no sonrió solo asiento con la cabeza. -Bien, vayamos a ver a su esposa.-

-De acuerdo.- hago un ademan para que ella pase primero, antes de seguirla algo me golpe.

-Dile a Jenn que no me iré hasta que vea a ese lindo bebé.- niego con la cabeza y recojo la sonaja que me a lanzado, es cosa seria esa mujer.

Le doy a Nathan la sonaja de su hija y rápido avanzo para alcanzar a la doctora, en mi mente solo ronda una pregunta ¿Qué tan malo puede ser esto?, digo no es el primer bebé prematuro del mundo y tampoco será el ultimo, supongo que solo necesitara mas cuidado de lo normal.

Entramos a la habitación y lo primero que noto es su cara de dolor, la enfermera esta poniendo algo en su intravenosa, le hace una seña a la doctora para que se acerque, aprovecho ese momento para acercarme lo suficiente a Jenn y tomar su mano. Literalmente esta congelada eso solo quiere decir que sus nervios estan a tope.

-¿Qué tan malo es?¿Duele mucho?.- pregunto en voz baja.

-No, estoy bien, muy bien.- dice queriendo sonar convincente pero es que ella aun no entiende que es malísima mintiendo.

-Ni tu te crees eso mi amor, dime la verdad.- me mira de reojo y sonríe.

-Es como cuando te levantas de la cama muy a gusto y de repente te golpeas el dedo chiquito del pie.-

-Es malo entonces.- digo riendo, ella también ríe.

La doctora se acerca a nosotros revisando unos papeles en una tablilla, Jenn aprieta mi mano con fuerza haciendo que mis dedos truenen, mierda, soy fuerte pero tal parece que una mujer apunto de dar a luz es mas fuerte que cualquier hombre. Por su cara me doy cuenta que su dolor va en aumento, me siento como estúpido por no poder hacer nada.

-De acuerdo señores esto es lo que va a suceder, voy a revisarte.- se dirige a mi esposa. -Revisare cuan dilatada estas, sabiendo eso lo demás será rápido, en este momento estan preparando la incubadora para cuando el bebé nazca ponerlo de inmediato ahí.

-¿Cree que sea peligroso?.- pregunto con cierto temor a su respuesta.

-Todo tiene su riesgo señor Burkhardt, su hijo necesitara oxigeno ya que sus pulmones no han dado su ultimo desarrollo, pero no se asuste esto podría decirse que es más normal de lo que se imagina.

-Ok.- es todo lo que logro decir.

Me siento como papá primerizo, asustado y nervioso, cuando Lea nació todo fue muy diferente, Oriana no quería sentir dolor lo cual es estúpido por que ninguna mujer embarazada se libra de el. Ella decidió programarse una cesaría así que fue muy tranquilo, entro y salió a alas horas ya con la bebé, no hubo gritos. Después se fue tan rápido que ni siquiera tuve que cuidarla.

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