Capitulo32

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Entro al hospital como alma que lleva el diablo, en todo el maldito camino no e dejado de imaginarme los peores escenarios el miedo no a abandonado mi cuerpo, ¿por que soy así? por que nunca puedo pensar que no es algo grave, maldición.

Carlos ha venido con migo se negó a dejarme sola, según el parezco una persona inestable mentalmente, no se si eso es un insulto. Al adentrarnos mas en el hospital logro ver la figura de Nickolas. Nos acercamos a el.

-¿Cómo esta?¿Han dicho algo?¿Puedo verla?.- sueno tan desesperada como me siento.

-Mi amor, tranquila, Nathan esta hablando con el medico que la recibió.- dice frotando mi brazo, asiento mientras que involuntariamente en mis labios se forma ese puchero que hacen los bebes cuando quieren llorar.

Nick me mira hasta que pongo mis ojos en los suyos, me abraza. Clavo mi rostro en su pecho sin resistirme dejo salir mis lagrimas, Zara es tan importante para mi que el solo imaginar que esta en peligro mi corazón se quiebra.

-Shhh..tranquila, ella estará bien, es fuerte y ruda tanto que hasta la muerte le tiene miedo.-

-No digas eso tonto.- sollozo.

-Iré a traerte una botella de agua.- dice Carlos, olvide que estaba ahí.

-Gracias.- responde Nickolas por mi, el asiente y se aleja.

Me despego del pecho de Nickolas para poder verlo.

-Necesito verla, quiero verla ahora.- limpio mis lagrimas con brusquedad importándome un carajo el desastre que hago con mi maquillaje.

A regañadientes me lleva hasta su habitación, el no quería por que no nos han dado autorización de entrar pero eso a mi me viene valiendo medio pepino, tengo que ver a mi amiga con o sin sus estúpidos permisos.

Abro la puerta con cuidado de igual modo la cierro, desde donde estoy parada la veo. Una sabana blanca cubre la mitad de su cuerpo, puedo ver su vientre ligeramente abultado, me acerco hasta llegar a su lado, mis lagrimas salen sin parar de solo verla así con tantas maquinas a su alrededor, tiene raspones, moretones y cortadas por todos lados, su cabeza esta envuelta con vendas y su labio esta roto. Algo dentro de mi duele.

Tomo su mano, se siente igual de cálida que la ultima vez que la sostuve, ese día en el que ella me dijo que no quería verme. Cubro mi boca para no hacer ruido.

-Zara, lo siento de verdad lo siento, no quise ocultarte algo tan importante, tienes que abrir esos hermosos ojos para que puedas perdonarme.- hago una pausa por mi el llanto.

-Recuerdas que en el primer año en el que nos conocimos, tu tenias esa falda de lápiz beige que a mi tanto me gusto y te dije que no se te miraba bien solo para que me la regalaras y cuando no soporte la mentira termine confesandotelo todo, te molestaste tanto que quisiste patearme el culo.- lloro y río al mismo tiempo que limpio mi nariz.

-Es igual ahora, por favor despierta y dejare que me patees el culo y si quieres ya no te molesto nunca más ni con llamadas ni regalos aunque se que te comiste los chocolates, hazlo por Nathan el te necesita.-

En ese momento la puerta se abre dejándome ver a un Nathan sumamente triste, sus ojos estas rojos, su cabello despeinado y su ropa desaliñada, enseguida me acerco a abrazarlo. Llora, llora sin importarle que yo lo vea o lo escuche y yo lo hago junto con el.

-¿Qué ha dicho el medico?.- pregunto cuando nos separamos.

-El golpe en la cabeza fue muy fuerte, su cerebro esta hinchado.- limpia sus lagrimas. -Tenemos que esperar a que la hinchazón disminuya para que puedan hacerle una sarta de exámenes, por fortuna la bebe esta bien, Zara, ella, cubrió su vientre con ambas manos para protegerla.- las lagrimas salen de sus ojos sin que el pueda evitarlo, me destroza verlo de este modo.

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