Capitulo 25

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El tiempo, lo días, las semanas se han ido volando desde que vivo bajo el mismo techo que Nickolas, todos los días son muy amenos, el torbellino de cabellos rubios no deja que la palabra aburrimiento entre en este apartamento.

Debo aceptar que cuando su niñera regreso hace un par de días me sentí triste, me encanto cuidar de ella ya hasta habíamos creado una especia de rutina. Por las mañanas desayunábamos los tres juntos después ya que estábamos ella y yo a solas jugábamos a cuanta cosa se nos ocurriera.

Estoy sorprendida con mi imaginación, jamás creí tener tanta, esta hermosa pequeña me a enseñado a ser niña de nuevo y eso me a encantado.

Su juego favorito es en el que se pone todos esos hermosos y ostentosos vestidos que Caroline a echo para ella y los modela. Es toda una mini diva, camina como si estuviera en pasarela, como si el mundo fuera suyo, supongo que lo lleva en la sangre ya que su mala madre es recosida por ello en no se cuantos países.

Por las tardes Nickolas siempre viene a cenar con nosotras, después vemos un par de películas acurrucados en el sofá. Mi relación con el esta en modo "Neutral" ósea no avanzamos, los encuentro es la cocina son muy concurrentes pero solo platicamos, reímos, nos besamos, seguimos platicando, más besos y más besos pero de ahí no pasa.

Me gusta pasar ese tiempo con el, es ese tipo de persona con la que puedes hablar de todo y de nada a la vez y no quiero sonar urgida pero e estado considerando seriamente la idea de violarlo o mostrarle el trasero como dijo Zara.

Y hablando de esa loca, me a llamado esta tarde para pedirme que Nickolas y yo los acompañemos a cenar mañana por la noche, su tono era muy ansioso, aun que últimamente eso no me sorprende, con el embarazo es un mar de emociones.

Nathan es un encanto, la sobre protege hasta del sol, si por el fuera la metería en una caja de cristal y ni hablar de como alardea con eso de que ella lleva a su descendencia en el vientre, aunque dice estar seguro que es una niña, como lo sabe, no lo se, pero a el nadie lo entiende.

-Estas muy pensativa.- dice Nickolas trayéndome de regreso al mundo.

-Lo siento, estaba pensando en Zara.- digo mirando mi comida, Betty es una genio en la cocina, lo hace mejor que cualquiera, incluso mejor que Martha, el ama de llaves de Carlos, creo que en estas semanas e subido de peso simplemente no puedo resistirme a las delicias que prepara.

-¿Que hay con ella?.- pregunta dando un sorbo a su vaso de agua, me pierdo por un momento en el, esta relamiendo sus labios y se me han antojado más que la comida. -¿Jenn?.- vuelve a hablar, quito mi vista de sus labios y la poso en sus ojos.

-Oh.....si...amm...ella, me a llamado, quieren que vayamos a cenar los cuatro mañana por la noche.- digo obligándome a reaccionar.

Estoy muy boba últimamente, con lo que sea que el haga me distrae y ni se diga por las mañanas cuando llega de correr, el mirarlo agitado y sudando me provoca escalofríos, quisiera tocar todo su cuerpo mojado y lamerlo, lo se, suena asqueroso.

-¿Solo los cuatro?- asiento. -¿Tendremos una cita doble?.- sonríe y le giña un ojo a Lea, quien nos mira atentamente.

-Sonaba a que es algo impórtate y no es una cita, solo seremos nosotros por que Nail y Molly aun estan de luna de miel.- intento sonar obvia, le giño el ojo a la nena copeándole, ella enseguida voltea a ver a su padre, sabe que el va a responder.

-Tienes razón, aunque si ellos nos acompañaran seria una cita triple.- dice victorioso, mira a la niña y vuelve a giñarle el ojo, esta comienza a reír, es como si entendiera a la perfección lo que hemos hablado.

-¡Es una cita!.- grita ella riendo, Nickolas le hace segunda y también ríe, le extiende el puño y ella lo choca, solo ese acto me hace reír son adorables.

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