Seis; Vacaciones

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—¿Quieres que te eche protector? —Le ofrecí a Nate, incorporándome en mi tumbona.

—Sí, por favor. —Me pidió él tumbado bocabajo.

Llevábamos ya algo más de una semana de vacaciones y aquel sitio era literalmente el paraíso. Sin duda, alejarnos del huracán mediático en el que nos encontrábamos metidos nos estaba viniendo de maravilla y aunque Liv me había avisado de que los paparazzi nos habían encontrado y habían publicado varias fotos nuestras ambos habíamos decidido ignorarlo.

Cogí el protector solar de la pequeña mesita que había entre nuestras tumbonas y me senté sobre él antes de echar un poco sobre mi mano y empezar a esparcirla por su ancha espalda.

—Estás moreno —comenté masajeando su bronceada piel.

—Ya iba siendo hora, un poco más y se acaba el verano —bromeó—. Pero tú también estás bastante morena. —Giró un poco la cabeza, mirándome de reojo.

—Ya, pero yo ya lo estaba antes. —Me encogí de hombros.

—Eso es verdad —Asintió antes de cerrar los ojos mientras yo continuaba masajeando su espalda—. Creo que al final me voy a dormir —admitió y yo reí.

—Pero si después de comer te has echado una siesta. —Le recordé.

—Estoy recuperando las horas de sueño que me perdí durante el rodaje. —Se excusó.

—Llevas haciendo eso desde que terminó —bromeé.

—Es que fueron muchas. —Se encogió de hombros como si nada y yo reí.

Justo entonces mi teléfono, situado sobre la mesita, empezó a sonar.

—¿Puedes cogerlo? —Le pedí a Nate—. Yo tengo las manos manchadas. —Me excusé.

—Claro —Alargó su mano hasta alcanzarlo y miró la pantalla—. Es Rick —Me dijo antes de descolgar y colocarse el teléfono sobre la oreja—. Esto no es justo Rick, nosotros no te molestamos durante tu luna de miel —bromeó haciéndome reír mientras yo me limpiaba las manos con una toalla—. Está bien, ahora te la paso.

Nate se volvió entregándome el teléfono y yo lo cogí rápidamente antes de levantarme.

—Hola —saludé animadamente a Rick—, ¿qué tal el viaje? —Le pregunté curiosa mientras me dirigía hacia el interior de la villa, sin duda necesitaba algo de agua.

—Genial, la verdad es que no teníamos ningunas ganas de volver —admitió haciéndome reír—. Oh y tenías razón, Venecia es muy bonita.

—Te lo dije. —Me encogí de hombros.

—Aunque yo me quedo con Florencia —admitió.

—Nunca he estado, pero me han dicho que es preciosa —comenté adentrándome en la cocina.

—Quizás Nate y tú podáis hacer la misma ruta que nosotros en vuestra luna de miel.

—Bueno, primero deja que pongamos una fecha para la boda que ni eso tenemos. —Esbocé una mueca con mis labios abriendo la nevera para sacar una pequeña botella de agua de ésta.

—Está bien —Rió—, pero bueno... no te llamaba para hablar de mi viaje.

—Lo sé —Asentí y sujeté el móvil entre mi hombro y mi oreja para poder abrir la botella—. Quieres hablar de la oferta de Justin y Scooter, ¿verdad? —Volví a coger mi iPhone con una mano antes de beber.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó sorprendido.

—Justin me llamó para comentármelo hace algo menos de dos semanas. Quería decírmelo para que fuese pensando en ello. —Le expliqué.

All These Years • jb [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora