All These Years • jb [3]

Ochenta y uno; Reencuentro

—¿Te vas ya? —Le pregunté a Justin, al asomarme por la puerta del baño de su habitación.

Él asintió y escupió el enjuague bucal antes de responderme.

—Creía que seguías durmiendo —admitió.

—Me acabo de despertar. —Pasé una mano por mi pelo.

—Se te nota en la cara —Se burló arrancándome una pequeña sonrisa—. Hoy saldré algo más tarde que ayer, pero te avisaré en cuanto lo haga para que estés lista para irnos en cuanto llegue, ¿vale?

—De acuerdo —Asentí—. Supongo que prepararé la maleta después de desayunar.

—Yo lo tengo casi todo listo ya —Me aseguró—. ¿Tienes pensado hacer algo hoy? —Me preguntó curioso al salir del baño.

—Creo que haré algo de ejercicio, en Houston llevaba una rutina bastante marcada gracias a Tony y desde que he llegado a Los Ángeles no he hecho nada. —Esbocé una mueca.

—¿Y no te gusta más mi rutina? —Justin rodeó mi cintura y me atrajo hacia su cuerpo, haciéndome reír.

—Me encanta tu rutina, pero creo que sin ti no puedo practicarla, ¿no? —Alcé una ceja.

—Eso espero. —Esbozó una mueca y yo volví a reír.

—Puedes estar tranquilo, de momento me conformaré con la cinta de correr —bromeé.

—Perfecto —Apretó su agarre sobre mi cintura para acercarme más a su cuerpo y dejó un beso sobre mi cuello—. Yo mismo me encargaré de que cumplas nuestra rutina esta noche en Malibú —susurró en mi oído.

—Estaré deseándolo —susurré también antes de unir nuestros labios.

Al separarnos Justin soltó un suspiro y apoyó su frente contra la mía.

—Será mejor que me vaya ya o terminaré llegando tarde otra vez. —Me aseguró arrancándome una nueva carcajada.

—Anda, nos vemos luego. —Le di un último beso antes de apartarme de él.

—Adiós, preciosa. —Me guiñó un ojo.

___

Solté un suspiro a la vez que me sentaba en uno de los taburetes de la cocina. Había estado un buen rato tomando el sol y refrescándome un poco en la piscina, pero hacía un rato que había recibido un mensaje de Justin avisándome de que no tardaría en llegar, así que comería algo de fruta y subiría para darme una ducha y así estar lista cuando él llegase.

Cogí unas fresas y empecé a trocearlas para poder mezclarlas con un par de kiwis, pero antes de que pudiese ponerlas en el bol los ladridos de Esther y Milo llamaron mi atención, aunque cuando escuché la puerta de la entrada supuse que se habían puesto así porque Justin acababa de llegar. Limpié rápidamente mis manos y me dirigí hacia la entrada.

—No sabía que ibas a tardar tan poco —confesé—. Aún tengo que cambiarme, pero... —Me callé de golpe y me detuve en seco al llegar al recibidor y ver a un chico que no conocía absolutamente de nada siendo rodeado por Esther y Milo— ¿Quién eres? —Di un par de pasos hacia atrás.

—Pues...

—¿Blair? —Una chica apareció detrás de él, al parecer bastante sorprendida de verme.

Mi ceño se frunció aún más porque tampoco creía conocerla, pero tras varios segundos escrutando su rostro suavicé mi expresión.

—¿Jazzy? —pregunté ahora también sorprendida.

Ella asintió y sin más se acercó a mí para abrazarme con todas sus fuerzas.

—Dios, no tenía ni idea de que estabas aquí —confesó separándose un poco de mí para mirarme.