All These Years • jb [3]

Cincuenta y dos; No me apartes

—Qué guapa. —Me halagó Faith cuando entré a la cocina.

—Gracias. —Sonreí algo tímida.

Llevaba una simple camiseta negra de manga larga que había metido por debajo de unos pantalones estilo mom. Tanto mi cinturón como mis botines combinaban con la camiseta. Además, debía admitir que hoy me había esmerado algo más de lo habitual en mi maquillaje, cubriendo mis párpados con sombras en tonos terracota y dándole algo de color a mis labios con un pintalabios rojo.

—¿Quieres? —Faith me ofreció el paquete de galletas que estaba devorando cuando abrí la nevera para sacar una botella de agua.

—No, gracias —Negué con la cabeza—. Justin me ha dicho que pasaría por Starbucks antes de venir a por mí.

—Qué suerte —murmuró y yo reí antes de beber un poco de agua.

—Si lo llego a saber le digo que te traiga algo —admití volviendo a guardar la pequeña botella.

—Nah, tranquila —Negó con la cabeza—. Así que... ¿hoy piensas hablar con Justin sobre lo vuestro? —Se interesó.

—Eso pretendo —Asentí acercándome a ella—. Lo de enseñarle las canciones es solo una excusa, en realidad —confesé.

—¿Y qué mejor sitio para hablar de vuestra relación que vuestro antiguo nidito de amor? —Faith parpadeó varias veces, haciéndome reír.

—Quería que estuviésemos tranquilos y ese fue el mejor sitio que se me ocurrió. —Me encogió de hombros.

—¿Y ya sabes qué le vas a decir?

—Empiezas a parecerte a Liv con tantas preguntas —bromeé.

—Bueno, ya que ella no está aquí alguien tendrá que hacerlas. —Se justificó antes de beber un poco de su café.

—Tranquila, ya se ha encargado de hacerlas por teléfono. —Rodé los ojos y Faith rió.

—Oye, no has respondido a mi pregunta. —Me recordó.

—Bueno, tengo más o menos claro lo que le quiero decir, pero probablemente todo eso se vaya a la mierda cuando tenga que soltarlo —Esbocé una mueca y Faith rió una vez más—, así que probablemente la mayoría será improvisado.

—Bueno, quizás sea mejor, así dirás lo que realmente sientes y no un discursito que te has aprendido de memoria.

—Supongo que en eso tienes razón.

El ruido del timbre interrumpió nuestra conversación y ambas miramos hacia el pasillo.

—Supongo que será Justin —dijo Faith, a lo que yo asentí—. ¿Debería esperarte esta noche o...? —Enarcó una ceja.

—Te mantendré informada, ¿vale? —Le aseguré tras colocar bien la tira de mi bolso sobre mi hombro y acercarme a ella para despedirme con un beso en la mejilla.

—De acuerdo, ¡suerte! —Me deseó cuando estaba ya saliendo de la cocina.

—¡Gracias! —Le respondí.

Me encaminé hacia la entrada de la casa y cuando abrí la puerta vi a Justin frente a ésta, vestido con una camiseta blanca de manga corta y unos jeans algo ajustados.

—Hola. —Le saludé con una sonrisa.

—Hey. —Él sonrió también y sin que me lo esperase se acercó a mí para besarme.

Cuando nos separamos unos centímetros segundos después mordí mi labio inferior y paseé mis dedos por su nuca.

—¿Sabes que Faith está dentro y podría habernos visto? —Enarqué una ceja.