Una extraña presencia

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–B-basta... N-no agu- ¡A-ahhh!

–¿Te duele, no es así? Lo haré despacio.

–N-no, pero se siente... raro. N-no me gusta.

–Tambien me siento así, no pasa nada, Tweek.

–C-craig, de-detente, por fa... !Agh!

–Si no te relajas te dolerá más... No te lastimaré, lo prometo.

–¡A-ahhh! —grité asustado al escuchar la alarma de mi reloj— ¿Q-que mierda estaba soñando? maldita sea, n-no soñaba con eso d-desde... —me levanté, con algo de pereza como es habitual, sin embargo me llevé una extraña sorpresa, una en mi entrepierna.

¿Que demonios significaba eso? Ya había tenido sueños húmedos, pero jamás así, y bueno, menos esperaba tenerlo con alguien que recién conozco, aunque eso ya era mucho decir, sólo hablamos, ni siquiera lo conocía... Esto era culpa de las insinuaciones de Clyde, no había otra explicación.

–Ahora tendré un plan para después de clases, lavar estas sabanas sucias y mis ropa interior. Por ahora tengo que desayunar, estoy a minutos de salir a la escuela.

Tomé unos boxers limpios de mi cajón, me puse mi ropa, y me fui a comer, hice todo lo más rápido posible, hoy iba a ir a la escuela caminando junto a Clyde.

En lo que fui a lavarme los dientes bajaron mis padres, a esta hora ellos estarían rumbo a la cafetería, pero por alguna razón salieron màs tarde de lo habitual.

–Buenos días hijo —me dijo papá desde la sala— Hoy llegaremos algo tarde, vamos a ver la nueva franquicia del centro.

–B-buenos días papá —solté tímidamente— ¿H-hoy quedo a cargo d-de la de la de aquí entonces?

–Así es, Tweek. Mira, sé que no te gusta mucho hacer eso, pero tranquilo, hablamos con Kevin, él te ayudará. Por cierto, alguien te espera afuera.

–E-entiendo. A-ah, papá, dile que pase, d-debe ser Clyde.

–Claro. Ya lo hago seguir.

Mi padre fue al recibidor y le abrió al castaño, una brisa fuerte entró por el espacio de la puerta, no me había dado cuenta, pero había una lluvia torrencial afuera. Vaya madrugada.

–S-señor Tweak, buenos días —dijo Clyde mientras tiritaba del frio. Secó sus botas en el tapete de la entrada y tomó calor— Mal clima hoy, ¿no es así?

–Así parece, si la lluvia está así podemos acercarlos en la camioneta. ¿Te parece Tweek?

–N-no, p-podemos ir con pa-paraguas, no tienen por qué molestarse —dije, aún en el baño.

–No creo que baste con un paraguas, además no quiero que tú o Clyde se resfrien. Alistense y en unos 5 minutos nos vamos.

–N-no hace falta papá —Salí del baño, y me di cuenta que si necesitaría esa ayuda. Clyde estaba totalmente empapado.

Tuve que buscar una chaqueta y una bufanda, con una lluvia así podría agarrar un resfriado si usaba mi vestimenta de siempre. Una camiseta y unos jeans no ayudaban mucho.

Busqué unas toallas en el baño, las saqué y se las pasé a Clyde para que se secara.  Solo se las pasó por su cabeza y sobre su chaqueta.

–¿E-eres un tonto, como n-no llevas un paraguas?

Azabache de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora