Sus sentimientos

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Bebe Stevens PoV

Ese día tuve la prueba reina. La prueba del porqué Tweek se quedó junto a Craig. La prueba de que el azabache jamás hubiera lastimado a Tweek. La prueba de sus sentimientos.

Al llegar al 5to piso del hospital escuché musica, era un violín. Pensé que se trataba de sonido ambiental del sitio, pero no veía ni un sólo amplificador.

Busqué la habitación que me dijo Craig, la número 17. A medida que me acercaba ese violín sonaba con más fuerza, parecía salir de la habitación de Tweek.

Me quedé un tiempo por fuera, escuchando la música. Supe que era la habitación de Tweek casi al instante, pues escuché la voz grave de Craig cantarle al rubio.

Cada vez que incrementaba el ritmo de la canción su voz se cortaba más. Era apenas obvio que estaba reteniendo sus lágrimas y callando su llanto.

Era tal el sentimiento que Craig le puso a esa canción que hasta yo terminé llorando en el pasillo. Una enfermera pasó justo a mi lado, me preguntó que pasaba; le dije que estaba bien, no era de preocuparse, que siguiera en lo suyo. Y sonriente, se alejó de mí.

Luego fue un doctor. Saliendo de la habitación de en frente. Pensé que iba a regañar a Craig, sin embargo fue lo contrario, buscaba el origen de la música, le parecía hermoso lo que sus oídos escuchaban.

Entré a la habitación y lo vi, totalmente concentrado en su violín, cantándole con suavidad a su novio postrado en cama.

Craig estaba inspirado, no quise interrumpir. Me quedé de pié tras de él, no sabía si ya se había dado cuenta de que había alguien más ahí. Mi corazón empezó a latir fuerte, tenía un montón de emociones debido a lo que veía y escuchaba, el detalle del azabache era hermoso.

A medida que iba avanzando su voz se cortaba más, lo entendía, no era nada fácil lo que estaba viviendo.

Hubo un punto en que Craig detuvo su canción, mantuvo la melodía en el instrumento, pero detuvo su cantar. Pensé que ya había terminado, pero lo que vino después me dejó perpleja.

Craig hizo una nueva estrofa, esta vez en español, y dedicada únicamente a su rubio, Tweek. Logró encajar perfectamente en el ritmo, y enviar un mensaje lleno de sentimientos y amor.

Casi al final, cuando ya terminaba su estrofa, no pudo oponer más resistencia y empezó a llorar, no sin antes terminar la melodía que tocaba. Le puse un brazo en el hombro, para hacerle sentir mi apoyo y solidaridad, quise hacerle saber que a pesar de todo, no estaba sólo, podía contar conmigo en el momento de ayudar a Tweek.

Una vez finalizó todo empezó a llorar. Con delicadeza quité el violín de su mano y lo coloqué en el sofá, junto a su estuche. Acto seguido tomé a Craig en mis brazos, intenté calmarlo diciéndole incontables veces "todo estará bien".

Craig mostró ser alguien expresivo, sentimental, algo que jamás habría pensado de él en el día que llegó a la escuela y simplemente mostró una actitud un tanto arrogante. Era cierto, no debías juzgar un libro por su portada, pues de igual manera ese azabache ocultaba mucho tras lo poco que todos veíamos en él.

Dejé que Craig llorara unos minutos, así liberaría un montón de cosas y podría sentirse ligeramente mejor. Así fue, pasaron 10, 15 minutos quizás, el tiempo no me importaba, era lo de menos. Poco a poco él iba dejando de llorar, su respiración se normalizaba, y sus ojos dejaban de producir lágrimas.

Al cabo de aproximadamente 20 minutos todo se calmó allí. Estaba sentada junto a Craig, ya podíamos hablar con más calma de todo lo que había pasado. No sabía como empezar, tenía que entender que era más difícil para él que para mí; yo era su amiga, él era su novio, y aunque no lo conociéramos el mismo tiempo, Craig había empleado cada minuto en él.

–Entonces... ¿Que piensas? —Preguntó él, rompiendo el silencio.

–Fue hermoso lo que hiciste para Tweek —Respondí tímida.

–Ojalá lo haya escuchado... Bebe, estoy preocupado por Tweek, ya se cumplieron las semanas que habían dicho, y no ha vuelto a mostrar alguna señal.

–Un coma es difícil Craig, no tengo mucho conocimiento, pero no es como en las telenovelas, que un día despiertan milagrosamente, es un proceso lento.

–Es lento, ¡lo sé! no es tan fácil, pero... esperaba tenerlo despierto antes. No sabes lo jodido que es estar sólo.

–Lo sé. A diferencia tuya no perdí un novio por unos meses, perdí a mi mejor amigo para siempre. Clyde era, como un hermano para mí, algo incluso más allá, era prácticamente mi luz guía, y mira, se fue antes de que me diera cuenta.

–Bebe, yo... Lamento lo que pasó con Clyde, hubiera preferido morir yo antes que él.

–No digas eso, tú tienes un deber con él —Dije mirando a Tweek— Clyde en cambio... Él estaba candado de todo, cambió mucho cuando decidió alejarse de Tweek: cambió su peinado, su ropa, su actitud, en el fondo no se hallaba, había perdido alguien importante en su vida. Lo único bueno que puedo sacar de todo esto es que él está con su mamá allí arriba.

–Ya veo... Sin embargo, no conocí mucho a Clyde, pero sí noté ese cambio... Fue mi culpa.

–Te equivocas, no fue tú culpa. Es más culpa de Kyle, o incluso de Tweek, ¿no sabías lo que pasó?

–No exactamente.

–Verás. Tweek y Kyle eran novios, sin embargo terminaron mal, Kyle no quería ni verlo al final, lo rechazó muchas veces, y el rubio se rompió. Clyde lo apoyó demasido en ese tiempo, tanto que empezó a sentir cosas por él. Tweek cada día se despegaba más del recuerdo, y Clyde veía posibilidades con él, pero una noche después del trabajo...

–¿Qué pasó?

–Esto es intimidad... No debería decirlo.

–Anda, dime, ¿qué pasó?

–Bien —Suspiré— Esa noche la pasamos genial, fue el día que los 4 comimos pizza. Clyde sabía que Tweek siempre llegaba estresado y cansado a casa, así que le compró unos cupcakes y se los llevó.

Cuando llegamos a su casa, Clyde abrió la puerta, estaba a medio cerrar, y en las escaleras de esa casa vio a Tweek y Kyle en una situación un tanto íntima.

–No... ¿en serio? ¡mierda!

–Sí. Craig, no le digas que te dije eso.

–No, tranquila. Aunque, sí sabía que él y Kyle sostuvieron algo, tuvimos una conversación de eso pero, por alguna maldita razón no recuerdo nada...

–Entiendo. Craig, ¿te puedo pedir un favor?

–Claro, ¿que es?

–Tweek, quiero que lo hagas feliz como... como Clyde no pudo, y hubiera querido.

–Lo haré, él merece todo, es el chico que amo.

–Me gusta oir eso, almenos tú si tienes posibilidades con quien amas. Creo que ya me voy, tenía un espacio libre, tengo que hacer algo en casa. Nos vemos la próxima semana.

–De acuerdo, cuidate Bebe.

Miré con desdén a Tweek, deseando que despertara lo más pronto posible.

Salí con lentitud y cabeza baja. Tomé la puerta de la habitación con debilidad, estaba intentando resistir lo más que pudiera para no hacer escándalo junto a Craig.

Abrí esa puerta, me puse de pié fuera, cerré la puerta, me quedé estática.

Quise avanzar pero mis piernas no respondían. Recaí sobre la pared del pasillo, solté las lágrimas que intenté aguantar esos minutos anteriores.

–Clyde... idiota.

Azabache de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora