La verdad detrás del demonio

515 63 9
                                    

Craig Tucker PoV

Ese día mi vida cambiaría por completo. Desde una primer momento, y tras haber entrenado mis ojos tal y como decía el libro de Damien, pude ver aquello que estaba fuera mi vista anteriormente, Kenneth, y Stanley, no eran personas comunes y corrientes, no pensé que fuera posible, pero entre nosotros habían personas que ocultaban bastante.

En primer lugar estaba Kenneth, con quien llevaba un tiempo observandolo. Damien estaba en lo cierto al fijarse en ese chico, su aura que estaba en constante cambio era algo que aún no comprendía. En cuanto a Stanley, había algo muy extraño en él. Pude percibir que tenía algo extraño en él, era como si tuviera dos auras, pero la otra con una naturaleza distinta; obscura y pesada, tal y como la de Damien. Esto iba más allá de lo que pensaba, no tenía un conocimiento extenso acerca de cual sería el siguiente paso de Damien una vez que consiguiera lo que deseaba. Tenía miedo, no estaba tratando con alguien humano, pero de rehusarme sería peor para mí. Tampoco podía rechazar todo de un momento a otro, no podía salir del camino en que había entrado.

De todas formas, ¿que podría perder?, no había nada o nadie que me hiciera pensar dos veces las cosas. No en ese momento.

Estaba allí, en clase, pensé por un momento: todos estos son mis compañeros, pero de ellos ¿quien realmente me importa?. Mi amistad con Kenny es una fachada, con Token apenas y cruzo unas palabras al día, Clyde y Bebe nada más se relacionaron conmigo por Tweek. ¿Tweek? No, no era alguien indispensable, pero había sido el unico que me habló cuando llegué, me llevó a la biblioteca, me dió trabajo, no podía involucrarlo en algo que le haga mal. Él era en teoría mi amigo, mi unico amigo entre toda esta gente, quizás si me importaba, solamente quizás.

A lo largo de mi vida jamás logré relacionarme con mucha gente, quizás por mi actitud seria y cerrada, pero de alguna manera él rompió ese cascarón en mí sin hacer algo de lo que me percatara. No sólo eso, en este poco tiempo me ayudó incluso a conseguir trabajo. De alguna forma tenía que retribuir eso, y la forma indicada sería dejarlo fuera de todo este conflicto en caso de que estallara algo que pusiera las cosas de cabeza.

Volteé a mirar a donde estaba Tweek, curiosamente atrás mío no estaba su mejor amigo, el castaño, estaba Bebe, la chica con la que había visto la otra tarde. Clyde estaba donde había visto a la rubia en las clases pasadas. Más allá del cambio de puestos, había algo extraño entre esos 3. Primero, Tweek y Bebe estaban en completo silencio, ni siquiera habían hablado en todo el día. Segundo, sus caras. Tweek lucía desconcertado, una expresión neutra. Bebe parecía estar molesta, su rostro tenía una mueca algo forzada, los movimientos de su mano al escribir eran erraticos. Clyde por su parte había llegado en un estado deprimente a clases, con unos ojos que evidenciaban que había estado llorando y sin conciliar el sueño. Aunque Mackey le dejó presentar la prueba sin entregar la tarea, estaba seguro que no la hizo, estuvo más tiempo acostado sobre su mochila.

Tenía algo de curiosidad. Pero no podía despediciar el ultimo día de la semana. había que aprovechar y buscar a Pip, era el unico del que todavía no sabía absolutamente nada, y del que Damien me había advertido. Pero noté algo en Tweek, en especial, en su aura. Estaba más debil de lo normal, ese chico estaba mal. Tenía que hacer algo al respecto, dejarlo sólo sería lo peor, mucho más aun cuando era notable que sus dos amigos no parecía que quisieran estar con él. Debía hacer algo, pero sólo podría despues, era mi oportunidad para buscar a Pip y darle a Damien lo que él me había pedido. Así todo se terminaría el mismo día.

Me alistaba para irme en su busqueda, pero algo me lo impidió. Sentí un jalón de mi abrigo. Por un momento pensé que se había atorado en la madera de las mesas, o en algún clavo, nada más lejos de la realidad. Al darme la vuelta para ver que sucedía ví que era Tweek, sujetando timidamente mi abrigo, con su mirada baja y un pequeño temblor en su cuerpo.

Azabache de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora