Destrozos de un amor no correspondido

533 64 24
                                    

Tweek Tweak PoV

Beba tenía razón. No era mi culpa por lo que hice con Kyle, era mi culpa por haber arrastrado a Clyde conmigo sin darle la importancia que se merecía. No era igual a lo que Kyle hizo conmigo, era peor, lastimé a mi amigo, mi único amigo real, el que estuvo ahí para mí todos esos años, el que secó mis lágrimas mientras que sufría por lo que él sufre ahora. Fui indiferente, fui una mierda. Era una mierda...

Él causante de sus problemas era yo, pero eso no me impediría ayudarlo tal como él me ayudó a mí, no podía ser tan injusto con quien estuvo siempre ahí para mí todo el tiempo sin esperar algo a cambio. Pero... aveces cuando quieres ayudar, es mejor no ayudar.

Era lo mejor, eso pensé. Clyde desearía cualquier cosa menos que yo me metiera una vez más en su vida, o almenos por ahora.

Pensaba en pasar el receso junto a Craig, ya habiamos empezado a llevarnos bien, seguro me ayudaría a escapar de esa horrible realidad que estaba viviendo. Terminé mi prueba, se la entregué a Mackey y dejé que las horas pasaran. Esperé a que la campana sonara, el ambiente en el salón era pesado con Bebe a mi lado. Apenas se acabó la clase fui tras él sin darme limitantes.

–H-hola Craig —dije timidamente, tomandolo de su abrigo cuando salía del salón— ¿P-puedo estar c-contigo?

–Oh, Tweek. Verás tenía pensado hacer algo... —tomó una pausa mientras me veía a los ojos— Pero... pensandolo bien, podría estar contigo.

–¡S-si! Gracias —respondí alegre.

Me puse a su derecha y salimos del aula. Empezamos a hablar un poco, él me preguntó acerca de mi día, de lo que hice despues del trabajo y eso, una conversación normal. Indudablemente no pude evitar mirar atras. Bebe y Clyde se habían quedado allí. Él volvió a llorar, esta vez sobre los hombros de la rubia, buscando consuelo en ella. La rubia volteó a mirarme, atravesandome con una mirada de desprecio tremenda.

–Oye Tweek, traje mi currículo, dijiste que tendría que entregarlo hoy —me dijo, deteniéndose a sacar algo de su mochila.

–¡A-ah, si! —exclamé, recordandolo— L-lo había o-olvidado.

Craig me pasó dos carpetas, ambas eran sustancialmente lo mismo, en sí eran copias del mismo curriculo. En ambas tenía una preciosa foto de él, sin su gorro azul, con esa profunda mirada de color azul que tanto me gustaba. ¿Espera, qué? Basta, no puedo pensar en Craig de esa manera —¿o sí?— apenas lo conozco, además tengo que serle fiel a Kyle si en verdad volveremos a ser algo, pero... Craig es tan atractivo, es totalmente mi tipo, podría decir que era mi cru- ¡NO!

–¿Pasa algo? ¿lo hice mal? —Preguntó ante mi silencio— ¿Que pasó?

–N-n-nada, je, s-solo yo y-y mis tontos p-pensamientos —reí nerviosamente evitando el tema— ¿Que mierda me está pasando? —me dije mentalmente.

Tomé mi mochila y guardé los dos folders. Indudablemente separaría esa fotografía de Craig para mi bille... ¡DIOS NO! Se supone que era una persona seria, pero... ¡Demonios!, realmente quería esa fotografía suya.

Guardé esas cosas, la cerré la cremallera de mi mochila y me la puse a mis espaldas.

Quería relajar un poco mi cabeza, en primer lugar, la migraña me mataba, y en segundo, la culpa. Para eso estaría con Craig ese receso, sería una relajación y un escape a la mierda de día que estaba teniendo. Nos encontrabamos bajando las escaleras cuando de repente alguien llamó su nombre. Los dos volteamos de inmediato, era alguien que no había visto antes. Un chico rubio, bajito, de short escoces, gorro y ropa elegante de color rojo.

–¿Eres Craig Tucker?  —preguntó el pequeño chico— Ven por favor.

–Soy yo. ¿Qué quieres? puedes decirmelo desde allí arriba —respondió Craig en un tono algo arisco.

–Sólo será un momento, prometo no quitarte tu tiempo —Replicó seguidamente— ¿No te lo voy a demorar mucho, chico —dijo para mí, mirandome a los ojos con una linda sonrisa.

–V-ve —le dije en voz baja— T-te espero abajo.

–Bien, no demoraré mucho, te lo prometo —me respondió el azabache algo despreocupado— Cuidate.

Le pedí a Craig que me diera su mochila, así estaría más ligero. Él aceptó. Me la entregó en mis manos y me sonrió, me dí la vuelta nuevamente y bajé las escaleras hasta el primer piso, no sin antes voltear y ver a Craig mientras se alejaba. Había algo que no me daba buenas sensaciones. De alguna manera sentía que algo no estaba bien. Por primer vez desde que lo conocía vi algo extra a traves de los ojos de Craig, era odio. No sólo se trataba de eso, su tono de voz fue algo amenzanate, se puso a la defensiva una vez vió a ese chico. ¡No! sólo estaba exagerando las cosas, quizás Craig se molestó por que lo hicieron regresar arriba cuando ya venía conmigo a descansar. Debía haber una explicación logica y no tan descabellada. Aún así, esa mirada que Craig le dió al rubio ese no era normal jamás lo ví así antes.

Clyde Donovan PoV

–¿Piensas seguir llorando? —preguntó ella, acariciando mi cabello— Creo que ya ha sido suficiente.

–N-no es porque quiera —respondí timidamente, ocultando mi cara entre mis manos y mi mochila.

–No lo puedes manejar, es cierto, pero si vas a llorar... —pausó repentinamente para secar mis ojos— que sea por tí mismo.

Bebe me dió un abrazo, pero no uno que cualquiera pudiera darme, era algo distinto, algo más de sentimiento. Por un momento sentí algo que detuvo mis lagrimas, algo que no había comprendido jamás. ¿Significaba que al fín alguien me quería?. No dudé. Levanté mi cabeza, miré por unos segundos los ojos color miel de Bebe, aprecié su rostro cubierto por algunas pecas, y sutilmente extendí mis brazos para abrazarla.

–Bebe... G-gracias —intenté decir con dificultad.

–¿Gracias de qué, tonto? —preguntó en su tono habitual.

–P-por... Por haber estado ahí, para mí... —dije susurrando— Siempre.

A mi cabeza llegaron miles de recuerdos, en los que Bebe había demostrado que le importaba. Las veces que me lastimé y ella me curó, su compañía en mis mejores y peores momentos, las veces que reimos juntos, y las veces que lloramos juntos. Cuando estuvo conmigo tras la muerte de mi mamá, cuando me dió apoyo y me hizo saber que el mundo era un sitio bello si lo compartes con aquellos que quieres. Sentí paz nuevamente, sentí que estaría bien.


Azabache de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora