La verdad

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Craig Tucker PoV

–No dejamos que el miedo nos venciera, decidimos investigar. Pudimos presenciar el terrible final que tuvieron los que quizás fueron los ultimos azabaches con vida.

Dentro de algunas cabañas habían varios esqueletos, todos con una peculiaridad, un daño bastante grave en la orbita de sus craneos. ¿Podría atribuirse a la caza de sus peculiares ojos? todo parecía indicar eso, pero no habían certezas de ello, pues facilmente se pudo tratar de otro resultado del conflicto interno.

La colonización que visitamos parecía ser pacifica, así que posiblemente sólo desarrollaron habilidades curativas, profeticas y de aura, más no habilidades ofensivas.

Por primer vez leí algo acerca de las habilidades ofensivas, lo cual resultaba curioso, pues era la primer vez que se mencionaban, y sólo se atribuían 3 habilidades, 4 contando la de 'ver más allá'. Lamentablemente cuando quise leer más el texto se fue haciendo poco a poco más borroso, al final era imposible de leer. Ya que el tercer libro era imposible de leer, y el primero iba por el mísmo camino, ¿tendría el segundo libro el mísmo destino?

Entendí el significado del segundo libro al leer su título. "Desarrollo de hablidades azabaches"

Me disponía a leer el contenido de dicho libro, hasta que alguien me detuvo. Las luces se apagaron, las manecillas del reloj se detuvieron, y una mano frente a mí cerró dicho libro.

–Te emocionaste bastante, Craig Tucker —dijo él, en un tono de ironía.

–Vaya, Damien, necesitaba que vinieras —dije friamente, sabiendo que era él.

–Puede que sea muy fascinante, ¿pero realmente es lo que quieres? Te enseñé tus origenes, era eso lo que querías. —cuestionó él, con la misma calma y frialdad de siempre.

–Tú querías que aprenidera esto, eres muy evidente. Dime algo —me levanté y le dirigí la mirada. Tomé una pausa y le pregunté— Si no querías que aprendiera eso, ¿por qué dejar los tres libros?, con el primero hubiera bastado. Tampoco hubiera servido traer el primero y el tercero, me preguntaría de qué sirve uno que se lee hasta la mitad y otro que de lleno es incomprensible. Tú pusiste el segundo libro a proposito, ¿no es así?

–Interesante —soltó una carcajada perversa— Eres más inteligente de lo que creía, bastante analitico. Sí, quería que aprendas esas habilidades, tienes unos buenos ojos que puedes pulir.

–¿Cual es tu interés en mí? —pregunté con agresividad— No estás haciendo esto gratis, y sé que no es sólo por la información.

–Me has descubierto, te felicito. ¿Que es lo que quiero?, es sencillo responder a esa pregunta. Kenneth McCormick, deseo saber la verdad acerca de él. y tú, con esos ojos totalmente desarrollados me darás esa respuesta.

–¿Si es así, por qué los otros dos que me pediste observar? —cuestioné nuevamente al demonio— Si voy a a
seguir con esto necesito saber la verdad.

–Eres más dificil de lo que pensé. Te lo diré todo, no tengo qué perder —Damien hizo que todo se tornara negro. Se puso de pie a mi lado y empezó a hablar— Pip Pirrup, al igual que yo, no es un humano. Es un angel, y necesito sacarlo del camino antes de que me genere más problemas.

–¿Generarte problemas? —pregunté— ¿Qué piensas hacer?

–No tienes de que preocuparte.

Tweek Tweak PoV

Llegué a casa tras una jornada asfixiante. Kevin no ayudó mucho en el día, y tuve las palabras de Bebe en la cabeza todo el tiempo, ¿enserio le gustaba a Clyde? Era posible, al final los sentimientos surgen sin que nos demos cuenta. Aún así, no sentía lo mismo por él.

Al entrar a casa noté que mis padres no estaban, las luces estaban apagadas, el silencio era predominante, algo extraño, eran las 9:00 de la noche. Mi celular sólo tenía una llamada perdida y un mensaje, este era de mi padre. Me dieron a entender que no vendrían a casa, estaban cerrando un negocio, así que les tomaria la noche.

No le dí muchas vueltas al asunto, subí de inmediato a hacer mis tareas para poder dormir temprano. Tenía que hacer un par de definiciones, unos mapas conceptuales y hacer un resumen, me tomaría al menos dos horas en el peor de los casos. Encendí mi laptop, me quité mi camiseta y me puse un abrigo que tenía a mano. Al mirar la pantalla noté que tenía varias notificaciones de mi navegador. Unas cuantas eran de las paginas que seguia, otras de las habituales actualizaciones, y las ultimas de mis redes sociales. Unas solicitudes de amistad, unas reacciones a mis fotos y un par de mensajes. La solicitud la rechazé de inmediato, no me gusta agregar gente que no conozco. Despues abrí las notificaciones sólo para que desapareciera ese molesto numero. Por ultimo habían dos conversaciones con mensajes nuevos: una era la que sostenía con Clyde, me pedía, en sus palabras "copia de la tarea de sociales". No la había realizado aún, pero de hacerla se la daría, le dije que espere. La otra conversación parecía ser de alguien a quien no tenía agregado entre mis amigos, se había movido al buzón de solicitudes.

–Veamos de quien se trata —dije mentalmente.

En ese momento hubiera preferido jamás haber leido dicho mensaje, pues sabía que por más que intentara ser fuerte, terminaría sucumbiendo. Como era de esperar, el mensaje era de Kyle. Breve, diecto, y algo a lo que indudablemente no me negaría. "Estaré fuera, ¿podemos hablar?". Me quedé como una piedra, miré a traves de mi ventana, y allí estaba él, acercandose por la esquina de la manzana. Volví a ser victima de mis emociones, mi corazón se aceleró de inmediato, empecé a temblar denuevo, en el fondo quería ver su cara otra vez.

Quien lo diría, esas simples palabras me ponían en una cuerda floja, hacían que mis emociones me dominaran con intensidad, terminé llorando, indeciso. Él estaba afuera, me podía escuchar llorar. Tocó la puerta varias veces, quería a entrar a verme. Pero yo estaba indeciso, mi cabeza me decía que no, ese tema debía morir, y este era el momento. No pensaba igual mi corazón, él me exigía verlo de nuevo, ver su sonrisa, sus ojos, el hermoso cabello rojo que me cautivó algún día.

–Tweek, sé que estás ahí, abre.

–¡N-no quiero verte, entiendelo! —grité desde mi habitación.

–¡Necesito arreglar las cosas contigo, por favor, abre la puerta! —exclamó él, nuevamente, golpeando la puerta con fuerza.

–¡No hay q-que arreglar nada, t-tú dejaste todo claro! —respondí mientras bajaba las escaleras.

Estaba a punto de tomar la peor desición de todas, realmente quería sentir su calor denuevo, no importaba nada, sólo... Quería sentirme amado denuevo. Perdón Bebe, perdón Clyde.

Me hice al lado de la puerta. Dudando aún si abrirle o no al pelirrojo. Mi cabeza me dijo no, mi corazón, sí. No hubo que mediar, me dejé llevar una vez más por lo que sentía.

Abrí la puerta, y di pie a que el judío entrara a mi casa tras varios meses de haber terminado.

–¡Tweek! —gritó, corriendo a abrazarme— No sabes cuanto lamento todo lo que pasó, en verdad.

–N-no eres el único... T-te extrañaba.

Nuevamente perdí la batalla. Perdió la razón, ganaron los sentimientos.







Azabache de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora