Mente frágil

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Tweek Tweak PoV

Craig se fue de ahí, sin embargo no sentí que estaba sólo, al igual que días anteriores había alguien más ahí, pero no sabía de quien se trataba. Deseaba poder estar denuevo junto a Craig, así no tendría este horrible sentimiento de acoso. Sólo con él esto era soportable, pero ahora, denuevo en la soledad, su voz ganaba fuerzas e influía en mí.

Algo había cambiado desde que salí del hospital aquel día, pero, ¿que era exactamente? Parecía algo que se aferraba a mi mente como un tumor, me generaba un sin fin de imágenes y pensamientos oscuros que no quería tener. Quizás estaba loco, sería paranoia, sólo necesitaba volver a dormir. Pero no, ni siquiera podía dormir, porque sabía que esa voz que retumbaba en mi cabeza por las noches me llenaba de pesadillas y palabras que no podía comprender. Necesitaba una respuesta, pero no hallaba como conseguirla. Estaba sólo en esto, nuevamente, tal como al principio.

De repente me invadía la impotencia y el miedo, no quería estar sólo denuevo, no podía tan siquiera soportar esa sensación. Quería buscar a Craig denuevo, pero a la vez sabía que no debería hacerlo, pues no sabía cuánto más podría sostener esta lucha interna, no sabía si soportaría al momento de volverlo a ver, porque esa voz en mi cabeza había sido muy clara en pesadillas pasadas: "mata a Craig Tucker". Y era esa orden la que se repetía día tras día, una directriz que no pensaba aceptar. ¿Porqué él? ¿porqué matarlo? peor aún, ¿porqué poco a poco sucumbía ante esa orden? ¿no había salida a este maldito infierno mental?

Me miraba al espejo, y veía cualquier cosa, excepto a mí mismo. Ese no era yo. En el reflejo había un chico rubio, con unas ojeras notorias, con la piel pálida, y ojos perdidos, apenas vivos. Todos reconocerían dichos rasgos como míos, pero no era ese mi caso, el chico del reflejo no era Tweek Tweak, mucho menos cuando me veía por largos segundos y veía en el reflejo un rostro agresivo e intimidante, unos ojos carmesí, y manchas de sangre sobre mi rostro.

No soportaba más ese extraño sentimiento que no podía describir. Ni siquiera compartir mi intimidad con Craig logró despejar mi mente, la cosa no iba por buen camino. Sólo me quedaba ir a mi cama, y cerrar mis ojos aparentando que dormía, cuando ni siquiera era capaz de ello.

Craig Tucker PoV

No lo entiendo, no debería ser así, no es como deseaba que pasara, lo había arruinado.

Se supone que debería sentirme bien, debería estar feliz por lo que acababa de suceder, pero no era así. ¡Maldición! no debí haber hecho eso, nuevamente arruiné todo.

No podía sacar de mi cabeza esa imagen, las lágrimas de Tweek cayendo sobre sus mejillas mientras lo hacíamos. Me sentí sucio, dañé a alguien que nunca quise lastimar, y todo por dejarme llevar del momento. Él no habrá dicho nada por pena, o miedo quizás. Y yo, como un imbécil, no le presté atención a su incomodidad, pasé de largo ante ella, como si no existiera, maldito idiota.

Supe desde un primer momento que aquel que había allí no era el mismo Tweek con el que empecé una relación, no tuvimos la misma afinidad, fue como estar con un total desconocido. Sin embargo eso no me justificaba, fui un idiota con él, lo lastimé, no supe darle el trato que merecía, y ahora tenía que asumir mi error.

Tal vez era mi destino, tras toda la desgracia que pasamos debía haber un motivo, quizás no debíamos estar juntos, en especial por el bien de él. Quizás, a pesar de sus errores, Kyle era el único que podría darle a Tweek el amor que realmente se merecía.

Miraba al cielo buscando una respuesta, solo llegaba a mí el recuerdo de esas palabras: "tienes que ver más allá..." Jamás pude entender que mierda significaba eso, ¿más allá de qué? ¿que es lo que tengo que ver? Si ni siquiera con estos malditos ojos puedo ver lo que tengo frente a mi, ¿cómo ver más allá de lo que no veo?

No quería saber más, siempre que quise hacerlo terminé dañando todo, y en especial la vida de Tweek.

El no lo sabía, nadie lo sabía, sólo yo. Por mi culpa había sucedido todo esto, siendo resultado de mi maldita ambición. Acabé una vida, y arruiné otra, la de la persona que juré amar.

Amar... A veces es más fácil decir que hacer. Dije amar a Tweek, pero no pude materializar esa palabra para su bien. Que mierda soy.

Azabache de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora