No juegues con Demonios

387 51 22
                                    

Clyde Donovan PoV

–Voy a repetirlo, ¿donde está Craig Tucker?

–N-no lo sé

–Muchacho, no estamos llegando a nada —Dijo él con actitud furica. Colocó su brazo derecho sobre mi cuello y empezó a apretar— Hace poco hablaste con él. Llamalo otravez.

–N-no tengo s-su... ¡Ahh! n-numero

–Oh, ¿de verdad? que curioso —Respondió ofendido— me estoy cansando de estos juegos. Lo diré por última vez y espero una respuesta favorable, ¿donde está Craig Tucker?

–Ngh-agh —Jadeé por al ahorcamiento que Damien ejerció— N-no lo sé.

–Es una lástima viejo —Dijo con una tristeza falsa— dar tu vida por alguien como Craig. Que forma de deshonrar a tus padres.

No podía hacer nada más. No sabía donde estaba Craig, no conocía el número de Craig, no sabía que estaba pasando y porqué Damien lo buscaba. De todas formas no serviría intentar buscar una respuesta a esas incógnitas, mi hora estaba llegando.

A medida que él aumentaba la presión sobre mi cuello empecé a recordar y a pensar algunas cosas. No pude terminar la escuela, no conseguí tener una pareja estable en mis 16 años de vida. No habría sido el mejor chico del mundo, pero estaba seguro que hice un gran esfuerzo por ser un gran amigo y una buena persona. Tweek, mi mejor amigo, no pude ayudarlo como hubiera querido, ojalá esto haya servido para que no sea lastimado. Bebe, creo que hasta aquí llegué, estaré pronto junto a mi mamá.

Mis ojos se cerraron como reflejo natural, empecé a sentir un pequeño mareo. Mis brazos perdieron su fuerza, no sirvió de nada mi oposición. Una presión asfixiante se ejerció en mi cuello, el sonido de algo quebrándose, fue mi fin.

–Hmmm, que forma tan patética de morir.

Tweek... Adiós.

Craig Tucker PoV

–¡Ah! —Grité, saliendo de mi lapsus de sueño— Algo no está bien. ¿Kenny, cuanto falta?

–Estamos a 20 minutos, quizás menos si la via sigue así.

–Tengo un mal presentimiento respecto a todo esto.

–Tranquilo Craig, si es por él no tienes que preocuparte, Clyde está con él, lo protegerá si algo sucede... Eso espero —Dijo en voz baja.

Stan estaba dormido, Pip seguía en su asiento, enojado, cruzado de brazos y con sus ojos cerrados. Era apenas obvio que estaba molesto con las desiciones que habíamos tomando, pero no podíamos hacer algo distinto, sabía que algo estaba mal.

A través del panorámico de la van pude ver aquel letrero que había visto hacía un par de meses atrás "Bienvenidos a South Park" habiamos llegado a nuestro destino.

Tras pasar dicha señal pudimos avistar la entrada del pueblo, la cual estaba un poco invadida de camiones de carga. Para evitar ese tráfico Kenny fue inteligente y desvío por una vía secundaria, así llegaría a nuestro destino sin muchas demoras.

Fue un trayecto algo agresivo, el rubio tuvo que saltarse un separador y un camino peatonal para desviarse de la autopista, cosa que logró hacer a la perfección. Lo siguiente era ir al barrio, a la casa de Tweek.

A medida que nos acercábamos a ese lugar la noche se teñía más de rojo.

–¡¿Pero que mierda es eso?! —Grité aterrado al ver la luna.

Azabache de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora