Despertares

303 45 34
                                    

Craig Tucker PoV

Viernes, tenía 3 días para hacer las tareas del lunes, pero ese tiempo ya tenía dueño, se llamaba Tweek Tweak. Para algo había llevado los cuadernos, y era para hacer esas tareas junto a él.

Le hacía preguntas, y esperaba que las escuchara y su cerebro las procesara. Así hice todo, esperando una respuesta.

Hacía unos días atrás Tweek había movido levemente un dedo en su mano, necesitaba que reaccionara.

Leí bastante acerca del coma de Tweek, principalmente necesitaba estimularlo, música, sensaciones físicas, voces. Lo del movimiento en su dedo significaba que me había escuchado, y quizás aún me estaba escuchando pero no encontraba como reaccionar.

Empecé a acariciar su mano, le decía cosas a su oído, le preguntaba todo aquello que se me dificultaba en el trabajo, esperando una respuesta.

–Tweek, el capuchino, ¿cuanto de leche y cuanto de expreso?

–Tweek, mi café favorito, ¿cuanto de café?

–Tweek, esta siempre me dificultó todo, latte, ¿no es lo mismo que un café con leche?

Me quedé esperando una respuesta, pues esta pregunta había generado una situación que recordaba con ternura.

Llevaba unas semanas trabajando con Tweek, él me iba enseñando las cosas que tenía y debía hacer. En una de sus clases el me enseñó como preparar un Latte Macchiato.

–E-el latte macchiato, e-es un poco más d-dificil que lo que t-te he enseñado.

–¿Que lleva?

–Leche y-y café.

–¿Y eso supone dificultad? Digo, es sólo un café con leche.

–¡¿Q-que carajo estás d-diciendo Craig!? ¡Por Dios! ¡N-no es lo mismo!

–Tweek, cálmate, sólo mencionaba un-

–¡N-no! ¡¿C-como voy a c-calmarme?

–¡Tweek!

–¡A-aghhh!

Fue una pequeña discusión, Tweek se había ofendido cuando dije que un Latte no era más que un café con leche. Fue como haber provocado las tercer guerra mundial. ¿Porqué era tan lindo recuerdo? Tweek se encendió muy fácil, fue la primer vez que me gritó y se vio ofendido, sin embargo, cuando le dije que se calmara y le hice ver como estaba, él se sonrojó y se tapó con sus manos, pidiendo perdón por su actitud.

–Aun no entiendo Tweek —Le dije— ¿no es lo mismo que un café con leche?

–C-ca...

–¡¿Tweek?! —Grité, saltando alejado de su camilla.

–N-no... —Dijo muy suavemente, apenas audible.

–¡Tweek! ¡¿Es lo mismo?! —Le grité, esperando volver a oir su voz.

–C-calla...

–¡Tweek Tweak!

Esto no lo esperaba, después de tantas semanas, por fin estaba escuchando su voz, era él, era su voz aguda y algo chillona. ¡Era la voz de Tweek, estaba escuchando!

Azabache de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora