Reinicio amoroso

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Craig Tucker PoV

Me arreglé como no lo hacía desde meses atrás. Me peiné, me puse la ropa más limpia que encontré y me apliqué un poco de perfume. Lavé mis dientes con cepillo, seda y enjuage. Tenía un deber que cumplir.

No fui a clases, sólo por él, tenía en mente volver a verlo después de tanto tiempo.

Así fue. Tomé unas cosas y seguí el camino a la casa de Kyle. Era ahora o nunca. Caminaba con algo de prisa, realmente quería correr, deseaba estar allí cuanto antes.

Mi corazón latía con fuerza, me sentía como un renacido, había una motivación que me empujaba hacia él, este tenía que ser el día.

Corrí, puse todas mis fuerzas en esa carrera hacia donde estaba el amor de mi vida.

–Tweek, voy por tí.

Llegué unos minutos después a esa casa, la de los Broflovski. La duda me invadió, ¿golpeo la puerta? ¿llamo a Tweek? ¿miro si están los padres de Kyle? no sabía qué opción sería la más adecuada.  Sabía que no podía perder tiempo dudando, sólo estaba a una puerta de volver a ver al chico que impulsaba mi vida, no debía ganarme la cobardía.

Había tomado una desición. Tocar la puerta, daba igual si era incluso Kyle quien me abriera.

Dos toques suaves y tímidos en la madera, era obvio que nadie los escucharía, pero aún así esperé. Segundos después me decidí a golpear la puerta con más fuerza, pero me detuve al notar que alguien había escuchado los primeros.

Oí unos pasos en la alfombra de la escalera. Estos eran cada vez más cercanos, hasta detenerse del otro lado de la puerta. Escuché como quitaban los seguros de la puerta, no preguntaron quién estaba ahí fuera, ¿sabían que era yo?

La puerta empezó a abrirse despacio, dejando ver quién había abierto. Un chico de estatura media, descalzo, con un pantalón holgado, una camiseta oliva mal abotonada y cabello rubio desordenado. Un rostro nuevamente vivo, aunque aún con su palidez característica.

–Craig, ¿eres tú? —Preguntó él.

Me quedé estático, sorprendido, con un pequeño shock. No lo creía, no lograba dimensionar lo que estaba pasando. Ahí, frente a mí, ante la mirada de mis ojos, estaba ese chico que amaba, el que tanto deseaba ver, tal y como lo recordaba antes de la catástrofe. No podía creer lo que mis ojos veían, él estaba bien denuevo.

No podía hablar, o tan siquiera formar una oración, estaba invadido por los nervios y la inseguridad, mi único reflejo a modo de respuesta fue soltar unas cuantas lágrimas de felicidad mientras lo apreciaba frente a mí.

–Craig... Sí eres tú.

¿Qué estaba pasando? ¿era todo un sueño? ¿era esto posible? Lo que veía era demasiado perfecto para ser real. Pero no sucedía aún lo mejor.

Tweek se acercó con delicadeza hacia mí, extendiendo sus brazos, y rodeando mi cintura con ellos. Apoyó su cabeza sobre mi pecho, y antes de que pudiera decirle algo él fue quien tomó la iniciativa.

–Te extrañaba mucho... Cariño.

No, era demasiado para ser real... No podía ser cierto, era sólo un sueño.

–Craig, dime algo, por favor. Extrañaba tu voz.

–T-tweek... ¿que está pasando? —Pregunté nervioso.

–Que extrañaba a mi novio —Dijo él, llorando a montones.

–¡No! Tweek, lo siento —Exclamé, separándolo de mí— tu novio es Kyle, tú mismo lo dijiste —Argumenté desanimado— no quiero interferir en eso.

–Si, ya sé que dije eso, dije muchas estupideces, pero no sabía lo que hacía.

–¿Porqué dices eso?

–Porque te recuerdo Craig.

–Genial... Aún así, no pode- espera, ¿t-tú m-me recuerdas?

–¿Que acabo de decirte tontito? —Dijo, abrazándome de nuevo— No me sueltes denuevo, realmente extrañaba tenerte a mi lado.

–¿Como recordaste todo? —Pregunté.

–Tenía una corazonada, así que entré a mi perfil y busqué conversaciones, tenía una contigo en la que supe todo.

–Sigo sin creer esto.

–Quizá esto te ayude.

Tweek se puso de puntitas y se apoyó sobre mis hombros. Cerró sus ojos, y tal como la primer vez yo hice lo mismo. Esperé el contacto que se dió segundos después, el de sus labios con los míos. Tras largos meses finalmente lo habíamos hecho, volví a sentir el dulzor de su boca.

–¿Eso está mejor? —Preguntó tras separarnos del beso.

–Sigo sin creer esto, Tweek... Es demasiado bueno para ser real, pensé que perdería todo lo que amaba —Dije, acelerando mis respiración, poniéndome alterado, casi al borde del llanto.

–Eso mismo pensé yo amor, pero, mira, aún me queda algo, el chico que amo —Dijo él, tratando de calmarme. Me tomó de la mano y me hizo seguir a la casa— Hace frío, ven.

Entré a la casa, Tweek cerró la puerta lentamente, haciendo el mayor silencio posible, una vez adentro nos dejamos llevar.

El rubio me sujetó del cuello, yo hice lo propio con su cintura. Caímos en la alfombra de la entrada, abrazados, juntos, nos revolcamos a cada lado mientras nos besabamos con intensidad. No conocía esa faceta de Tweek, pero me encantaba, yo también deseaba estar así con él.

–T-tweek, ¿y si nos escuchan?

–Solo está el papá de Kyle, además está ocupado, sigamos —Reapondió susurrando.

Seguimos con la oleada de besos y caricias, nos despojamos de aquellas ganas que nos invadían, en especial a mí, que desee a Kyle desde hacía meses. Él fue intenso, yo sutil. Me besó de tal manera que concentró mis 5 sentidos en él. Nos estabamos dejando llevar, y en una casa ajena, pero mierda, se sentía demasido bien, sólo era una travesura.

Metí mis manos bajo su camiseta, acariciando su pecho con delicadeza, recorriendo cada parte de su cuerpo, en especial su espalda. El hizo lo propio, recorriendo mi pecho, entre mis pecho y mi estomago, se sentía demasido bien.

–Craig, te amo.

–¡T-tweek! Te amo

–¿Te digo algo?

–¿Sí?

–Incluso cuando no recordaba nada, me sentía mejor a tu lado que junto a Kyle. Nací para estar contigo —Susurró, besando mi cuello— Estas van a ser mis disculpas por lo que dije

Tweek me quitó mi gorro, acarició mi cabello con su mano derecha, mientras con su izquierda me tomaba el mentón. Poco a poco me encendía más y más, no sabía en qué ibamos a terminar, pero al carajo, era mi novio, era el chico que amaba, todo estaría bien junto a él.

Parecía que sí tendría un buen final, aunque parecía haberlo perdido todo. Logré recuperar lo que más amaba, con eso ya podía volver a sonreir y ver la vida con otros ojos.

Kyle Broflovski, lo siento, pero no te mereces tener a alguien como Tweek, es demasiado para tí.

Azabache de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora