"El auténtico amigo es el que lo sabe todo sobre ti y sigue siendo tu amigo.'
Kurt Cobain
—¿En verdad me has buscado todo este tiempo?
Konrad movió la cabeza para afirmar pero mantuvo el resto de su cuerpo relajado en su asiento.
Conducía rápido con dirección norte por la autopista casi desierta; una larga recta de asfalto del mismo color que las amenazantes nubes de tormenta frente a ellos y que daban a Hadrien un sentimiento de mal presagio.
La vida dio otro vuelco inesperado antes que tuviera tiempo de recuperarse de la anterior sacudida. Pero Hadrien era lo suficientemente humilde como para apreciar y agradecer por los pequeños dones.
En vez de trabajar hasta el agotamiento, su jornada transcurría en un agradable viaje, con un buen amigo y con el estómago lleno.El futuro inmediato era incierto, pero en esa lujosa camioneta con aire acondicionado y la radio sintonizada en una estación de country a bajo volúmen, se sentía bien por primera vez en mucho tiempo.
—Cuando desapareciste nos rompiste el corazón —dijo
Konrad, después de una larga pausa; los recuerdos le contrajeron el ceño,el dolor de la perdida fue grande y aún lo sentía.El gesto de incredulidad de Hadrien hizo que Konrad tratara de esconder una sonrisa.
—Está bien. Tal vez uno o dos se sintieron aliviados. A cualquiera le tranquiliza saber que no tendrá que enfrentarse a ti —. Por un momento dejó de mirar a la autopista, para verlo a los ojos con firmeza—. Pero cuando Evan comprendió que no volverías, quedó devastado.
—Entiendo.
—¿Y por qué... -Konrad lo golpeó con puño varias veces, el donde cayeran los golpes, hasta que Hadrien se quejó—...diablos no puedes creer que me rompiste el corazón? ¡Eras mi mejor amigo!
—Evan era tu mejor amigo — respondió Hadrien. Más pesadumbre que defensa hubo en su inflexión; simple reconocimiento de saberse solo en la vida, indigno de tener personas que le amaran—. Pasabas más tiempo con él que comigo.
—¡Cómo si no supieras que es mi primo, idiota! —
Hadrien vio el puño de Konrad descender sin destino trazado y caer sobre su muslo. No pudo apartarse a tiempo en la reducida cabina del vehículo—. Nos criaron como hermanos y lo sabes. ¡No te hagas el tonto conmigo!Hadrien rió, sobándo su
pierna. Desde niños, Konrad se tomaba muy a pecho que cuestionaran sus afectos.—Perdona si di a entender que no valoro nuestra amistad pero...
—¡Y tu padre!
—¿Qué con él?
—Se quedó esperando hasta muy tarde. El padre de Evan tuvo que llevarlo a casa. No volvió a ser el mismo; se encerró, apenas salía lo indispensable. Mi padre solía visitarlo y regresaba lleno de congoja. La tristeza por haber perdido a sus hijos jamás lo abandonó.
Hadrien prefirió mantener la vista al frente para evitar que Konrad leyera su pensamiento. El sufrimiento de su padre no le daba gusto, pero había demasiadas capas de cosas desagradables impidiendo conectar con el dolor. Era lamentable que se hubiera muerto solo, como un perro, pero se lo merecía. Y Hadrien no iba a derramar lágrimas por ello, pero decir cosas como esas, frente a su amigo solo le acarrearía más golpes. Lo juzgaría como desleal e ingrato. Hay gente que no puede entender cómo se odia a un padre de mierda.
—Una chica Alfa se quedó sola esa noche, mientras que la que te tocaba a tí...
—¿Cómo sabes cuál me tocaba a mí?
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Lobo Perdido Libro I
WerewolfHadrien Stengel fue, alguna vez, el candidato más prometedor para tomar el puesto del Alfa Mayor de la próspera Manada Lennox. En cambio ahora es solo un hombre sin esperanzas. Su vida transcurre, sometido a una soledad cruel, ajena a su naturaleza...