"No se accede a la verdad sino a través del amor"
San Agustín.
Sax lo miró con aprensión.
—Quiero que vengas conmigo —dijo el tipo mientras se levantaba. Admiraba a Sax como si fuera la perfección en la tierra.
Era un poco conmovedor, sin duda. Pero Sax no se tragaba esos amores a primera vista.—Mira guapo, gracias por tus buenos deseos pero, ¡ni siquiera te conozco! Así que voy a vestirme, si no te importa —. De hecho, ya estaba buscando el resto de sus pertenencias.
Podría ir a casa, caminando despacio y pasar el día con compresas en el trasero. Tal vez llenaría la tina con flores de manzanilla y agua caliente. Podría meterse ahí y dormir una siesta.—Perdona que te haya lastimado. Así es la primera vez siempre.
Sax resopló con una sonrisa despectiva, pero evitó mirar a los ojos del tío. Sabía mucho sobre primeras veces. Siempre había algo nuevo que experimentar.
Ya casi terminaba de vestirse y tipo seguía desnudo, así que tal vez pudiera escapar despacio y con cuidado.
—Sax, ¿sabes quién fue tu padre?
De todo lo que pudo decir el tipo rudo, eso era lo único que apartaría a Sax de sus intenciones de huída. Porque su madre no quiso decir el nombre, pero su abuelo sí lo hizo.
El anciano evitaba hablar mal del hombre, aunque desaprobó siempre lo que hizo a su hija y único nieto.
—Sax no es tu verdadero nombre —. Hadrien no lo estaba preguntando—. Ese te lo inventaste. ¿No quieres usar el de tu padre o no sabes cuál es?
—¿Y eso a ti que te importa? —chilló el chico, porque sí había un tema que dolía: ese. Supuestamente su madre fue una chica buena, como su tía, la que cuidaba al anciano.
Pero cuando conoció a su padre, la mujer cayó muy bajo; se vendió por dinero, luego por drogas y terminó en la cárcel.
Sí, sabía cómo se llamaba el hombre que lo arrojó al mundo.
Gracias por nada.Hadrien se levantó. Desnudo, cubierto de vello oscuro en las partes correctas y tal vez algo más, con la barba de un par de días y el pelo corto. Enorme, su piel parecía ébano pulido. Era elegante y poderoso.
Las rodillas de Sax se hubieran doblado al verlo, si acaso no las hubiera tenido ya vencidas. El asqueroso suelo alfombrado de aquella habitación inmunda estuvo a punto de recibirlo, pero Hadrien fue más rápido. Lo sostuvo al percatarse de que iba a dejarse caer, por la sorpresa, por el dolor, porque el maldito suelo era una gelatina de mal sabor en la que no podía confiar para mantenerle firme.
—Si tu padre es quien creó, lo conocí. Y fue un gran hombre.
—¿Quién crees que fue mi padre? —susurró Sax, descolocado. La vulnerabilidad a flor de piel. Casi nadie había visto a Sax de esa forma. Tal vez ni siquiera Miden.
—Mike Denner.
Sax se quedó en blanco.
—¿Quién eres tú?
—Me llamo Hadrien Stengel.
Sax no podía creerlo. Stengel era el sinvergüenza que casi mató a Miden. La cartera llevaba su nombre por todas partes.
Sax quiso entregarla a Jaak, quien obtendría el dinero y le daría al tipo el peor mal momento de su vida, como venganza.Pero Miden la guardó, diciendo que él no era ningún ladrón y eso no encontró cómo rebatirlo.
La vida era dura; aferrarse a la dignidad todo lo posible era una manera de no dejar que la porquería se lo llevara todo.
Y lo dejaron por la paz.
El infeliz no volvió y Sax lo olvidó cuando los moretones y las mordidas se curaron en la piel de su querido Miden, que se quedó sufriendo con el corazón un poco roto.
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Lobo Perdido Libro I
WerewolfHadrien Stengel fue, alguna vez, el candidato más prometedor para tomar el puesto del Alfa Mayor de la próspera Manada Lennox. En cambio ahora es solo un hombre sin esperanzas. Su vida transcurre, sometido a una soledad cruel, ajena a su naturaleza...