“Sepan los nacidos que nacimos para vencer y no para ser vencidos.”
Bob Marley
Horas más tarde, un lobo negro permanecía tendido sobre el suelo de tierra, apoyaba el hocico sobre sus patas delanteras y respiraba con cuidado.
Parecía dormido.
Era Hadrien en su forma animal todavía, para apresurar su recuperación.
Tenía herido el costado; había sangre seca y pelo apelmazado, tejido abierto aque cicatrizaba lentamente.
Durante la pelea, los lobos lucharon con valor y ganaron, cada uno, el respeto de su adversario, así como de los testigos.
El lugar que cada uno ocuparía en la jerarquía de la manada, quedó consolidado con honor y justicia.
Pero Bruno no fue rival para el lobo más grande de Lennander.
Yacía tendido a unos metros de distancia, en su forma de lobo.
Aún sangraba.Tenía heridas abiertas en el cuello, mordidas, una pata posiblemente rota por una mordida y laceraciones en el lomo, hechas por las garras de Hadrien.
Estaba tendido, respirando con dificultad. Con los ojos cerrados.
A su lado estaban sentados Henry y John.Konrad caminaba; daba pasos como si quisiera alejarse de todos y después regresaba. Ya tenía algún tiempo repitiendo ese patrón, cuando por fin habló.
—Ya debería despertar.
John asintió. Era un hecho.
—No está mejorando. Henry, toma la camioneta y llévalo a casa.
—Perdió mucha sangre.
Era una aclaración innecesaria, que puso más rabioso a Konrad.
—¡Es un necio, terco, bruto y estúpido!
Henry y John se miraron. Konrad se notaba muy enojado y eso no era bueno. Dos heridos esa noche eran más que suficientes. Henry decidió que obedecer era una buena idea. Entre los tres lograron meter a Bruno en el asiento trasero. Henry se puso al volante, arrancó y desapareció pronto, sin haber intercambiado una sola palabra más.
—¿Deberíamos seguir revisando? Evan va a estar enojado cuando se entere de esto.
—Lo estará, pero tendrá que asumirlo. Descansemos. Hadrien necesita tiempo para sanar también. Mañana seguiremos.
—¿Quiéres que monte una tienda? Traje dos, por si teníamos que pasar la noche fuera.
—Estoy reventado. Usa una si lo deseas. Yo voy a dormir ahí dentro.
Señaló a la camioneta de Hadrien mientras caminaba a ella. Eligió el asiento del copiloto, que reclinó todo lo que fue posible para dormir apenas cerró los ojos.
***
Sax despertó antes del amanecer, añorando a sus compañeros como nunca pensó que podría extrañar a alguien. Le faltaba el aroma de su Alfa y entre sus brazos, la suave presencia de su Miden.
No tenía nada consigo, ni una camiseta impregnada del masculino aroma del Alfa, que le diera consuelo en las horas de ausencia.
Daría lo que fuera por tener su chamarra y cubrirse con ella.
Lo mejor que podía hacer era sacudirse ese ánimo triste. Se desperezó. Necesitaba comer.
Tomó un baño rápido y en minutos salió a buscar la cocina, con el cabello todavía húmedo.
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Lobo Perdido Libro I
WerewolfHadrien Stengel fue, alguna vez, el candidato más prometedor para tomar el puesto del Alfa Mayor de la próspera Manada Lennox. En cambio ahora es solo un hombre sin esperanzas. Su vida transcurre, sometido a una soledad cruel, ajena a su naturaleza...