Sax estaba cada vez más fuera de sí; la desesperación por hallar a Miden era un tipo de infierno.
¡Y los lobos más inútiles de la historia, todavía se tomaron su tiempo preparando el viaje!
Era la primera vez en años que el Alfa Mayor abandonaba su manada.
John Nicker gobernaría a la manada durante su ausencia, lo que fue determinado por el resultado de su rito de iniciación.
Pero John jamás pensó que llegaría el día en que tendría que estar a cargo porque, en el improbable caso que Evan no pudiera liderar la manada, Konrad estaba más que preparado y asumido para ese puesto. Todos los sabían.
Pero Konrad también se iba.
Y John Nicker se quedaba con un compañero convaleciente y otro sano y dispuesto, pero de menor jerarquía que él.Eso fue lo que Hadrien trató de explicar a Sax, con la esperanza de hacerle entender porque discutían sobre multitud de asuntos, irrelevantes para Sax, al que le importaba un pepino la administración de Lennander.
Sax quería dejarlo todo y que salieran pitando a buscar a Miden, antes de que el rastro se enfriara más.O por lo menos, dejar que él comenzara a buscar. Quería ir directo con Jaak y suplicarle, de rodillas si era necesario, que le ayudará.
Hadrien por su parte, no sabía cómo podría ayudar en un asunto de lobos el cabrón proxeneta. Pero Sax tenía plena confianza en su "amigo", que no era malo, según Sax. Era peor. Eso hacía las cosas posibles, solo era cuestión de llegar a su precio.
Pero por eso no había ningún problema; vendería su culo para Jaak, gratis, por el resto de su vida, si encontraba a Miden. Le daría un riñón. Su hígado. Su vida si se la pedía. Sax estaba dispuesto a todo.
A Sax le llevó una mañana entera discutir con Hadrien para hacer valer su derecho de ir a buscar a su novio.
Ningún argumento por parte del Alfa tenía efecto, Sax se mantuvo firme; O lo tomaban en cuenta, ya que Miden era su novio y maldita fuera su vida si no hacía hasta lo imposible por rescatarlo a cualquier precio, o apenas se fueran, robaría una camioneta o un caballo o lo que pudiera, para ir por su cuenta.
Ante la velada amenaza de encerrarlo e incluso encadenarlo para impedirle que hiciera tonterías que pusieran su vida y la de sus cachorros en riesgo, el tono de la discusión cambió.
Sax dejó de gritar. Y en voz baja, con la seriedad con la que un juez dicta una sentencia, dijo:
—Hadrien, las cosas van bien entre nosotros.
—¿Solo bien?
El Alfa arriesgó la pregunta que lo hacía ver tan vulnerable como un erizo panza arriba. Pero no podía, ni quería evitarlo. El tiempo de ocultar sus sentimientos había quedado atrás. Confiaba en que Sax no le haría daño nada más porque sí. Podía mostrarse tal cual era, sin reservas.
A Sax le daba un poco de ternura que el grande y malo lobo negro lo mirara de esa forma; con los ojos negros tan abiertos, brillantes y sinceros y esa expresión seria, en la que se podía ver miedo y esperanza a la vez.
Nada más por verse tan adorable, por eso le pegó un puñetazo en el pecho que no hizo mella en el duro grupo de músculos, pero que sacó una sonrisa a ambos.
—Te amo, Alfa estúpido. Pero tú vas a entender ahora mismo que no me voy a quedar atrás.
—¡No vas a hacer nada en tu estado!
Sax adoptó esa expresión de superioridad que Hadrien conocía bien. Una sonrisa de lado y las manos en la espalda para apoyarse.
—Estos niños no tardan en salir. Y podrán ocuparse de sus propios asuntos fuera de mi cuerpo —. Su inflexión se hizo dura-. Soy muy capaz de dejarlos aquí con las niñeras y huir apenas pueda tenerme en pie, en medio de la noche, conseguir un arma y hacerle otro ombligo a quien se me ponga enfrente.
ESTÁS LEYENDO
Lobo Perdido Libro I
WerewolfHadrien Stengel fue, alguna vez, el candidato más prometedor para tomar el puesto del Alfa Mayor de la próspera Manada Lennox. En cambio ahora es solo un hombre sin esperanzas. Su vida transcurre, sometido a una soledad cruel, ajena a su naturaleza...