#1| 𝓽𝓱𝓮 𝓽𝓻𝓾𝓽𝓱 𝓾𝓷𝓽𝓸𝓵𝓭 ➷ 𝐯𝐡𝐨𝐩𝐞

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Eunji suspiró antes de tocar con delicadeza la puerta del mayor de los hijos Min. Ella no sabía qué esperar de Yoongi, nunca lo sabía. Desde que su papá se casó por segunda vez, Eunji pensaba que le habían cambiado a su niño.

- Adelante. - escuchó a Yoongi decir.

Abrió la puerta y lo que vio, la hizo sonreír tiernamente. Cuando chiquito, Yoongi tenía la costumbre de sentarse al lado de su ventana para poder ver la luna y las estrellas. Pegaba su cabecita al cristal de esta porque decía que así podía ver el cielo más de cerca, adoptó la costumbre de su mamá. La señora Hye se sentaba al lado de su ventana, con Yoongi sentado en su falda mientras ella le contaba historias.

Eunji sonrió de nuevo pero esta vez con melancolía, Yoongi había sufrido demasiado desde la muerte de su mamá. Pasando de ser un niño risueño a ser un niño lleno de rencor tan chiquito.

- Hola, corazón. - le dijo haciendo que él conectara la mirada con la de la señora. Lo que vio Eunji, no le gustó. Yoongi tenía una mirada triste.

- Hola, nana. - el pelinegro trató de sonreírle, pero no pudo. Lo único que hicieron sus labios, fueron una mueca.

- ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? - le preguntó ella mientras tomaba asiento a su lado, haciendo que Yoongi encogiera sus hombros con una expresión de que no sabía. - ¿No estás feliz? Mañana es el gran dia de Hoseok.

Eunji, como nana de los Min que era, siempre trató de que Yoongi y Hoseok se llevarán bien, cosa que jamás logró. La alfa sentía como si Yoongi odiara a Hoseok, pero en el fondo sabía que no era así.

- Me alegro por ٞél, nana. --dijo Yoongi sin ganas.

- ¿Por Taehyung también?

- ¿Qué quieres saber, nana? - Yoongi sonrió un poco y esta vez, de verdad. Su nana era una alfa chismosa. Eunji soltó una carcajada.

- Me conoces bien mocoso, pero solo quiero saber como estás. - le dijo Eunji mientras le daba una mirada a la noche a través de la ventana.

"¿Cómo estoy? Buena pregunta."

- No sé cómo me siento, nana. - dijo Yoongi y era verdad. Hacía años que el alfa no sabía como sentirse, es como si se hubiese sometido a su lobo a un estado de coma, del cual despertó cuando supo que Jimin era su pareja predestinada. El alfa tenía su corazón entumecido desde que su mamá murió, pero el insolente omega mejor amigo de su hermano logró que el músculo que pensaba que tenia de adorno en su cuerpo, cogiera vida.

"Jimin, mi lindo Jiminie."

- A ver. ¿Cómo es eso? - Eunji le preguntó con curiosidad. Yoongi la miró detenidamente por algunos segundos hasta que se animó a contestar.

- ¿Te puedo contar una cosa, Nana? - le preguntó el alfa.

- Puedes contarme todo lo que deseas. - la señora le guiñó uno de sus ojos, que ya contaban con algunas arrugas que los adornaban. - Pero antes, vamos a la cocina. He hecho las galletas de coco que tanto te gustan. Vamos a que te comas algunas y te tomes un vaso de leche. - Eunji le sonrió con cariño y Yoongi sintió algo cálido alojarse en su pecho.

"Coco." Ese era su olor favorito desde que se enteró que ese era el aroma de Jimin. Un aroma, que, por idiota, no iba a volver a sentir.

Junto a Eunji, bajó hacia la cocina en donde se sentó al lado de la encimera. La alfa estaba emocionada, desde hace mucho tiempo quería que Yoongi se desahogara con ella y le contara como se sentía.