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Después de otro agotador día de estudios, Hoseok se despidió de sus dos mejores amigos para así poder dirigirse a su auto para llegar a su casa. Se tomó su tiempo en conducir, como siempre hacía cuando le tocaba llegar a su hogar. Gracias a Taehyung, que frecuentaba la casa como si fuese propia, Hoseok y su omega corrían peligro. Lo cual le hace un poco de gracia a Hoseok porque ni en su propia casa podía descansar de ese alfa.

Desde que Hoseok supo que Taehyung era su alfa, el omega nunca pudo estar en paz consigo. Cuando su omega salió a notarse cuando Hoseok tenía 15 años, su madre le obligó, literalmente, a usar supresores para que así ningún alfa pudiera notar su olor y por ende, acercarse a él. Hoseok tenía un olor muy particular; lavanda, flores y mezclado con un poco de olor a frutas. Un olor, que definitivamente sería del agrado de cualquier alfa, pero estos no podían apreciar del todo su olor ya que usaba los supresores.

Hoseok se enteró que Taehyung era su alfa cuando apenas cumplia sus 18 años, en su propia fiesta de cumpleaños. Taehyung lo estaba molestando como de costumbre, cuando sin querer, entre tanta gente que había, empujaron a Hoseok a los brazos del mayor. El alfa hizo su típica broma de que el omega estaba a sus pies pero en lo único que Hoseok se podía concentrar, era en el olor de Taehyung. Café mezclado con un poco de miel. Sin duda alguna, ese se convirtió en el olor favorito de Hoseok desde que lo descubrió.

Sacudiendo la cabeza para alejar todos esos pensamientos, se dio cuenta que llegó a su destino. Dejó su auto en la cochera y agradeciendo a los dioses por llegar vivo a su casa, ingreso por la cocina hasta llegar hasta la sala. Había un olor que no pertenece a su familia, pero aun así le era familiar. Kim Taehyung. El condenado alfa estaba allí y lo más probable era que estuviera en la sala de juegos con Suga. Hoseok lo siguió de largo para su habitación sin mirar para la sala por si había alguien allí. Siempre que Taehyung estuviera allí, trataba de pasar desapercibido.

Llegó a su habitación e hizo su rutina de todos los días, eso lo ayudaba a mantenerse y sentirse organizado. Asi le enseño su madre y asi el le enseñaría a sus cachorros, si es que alguna vez tuviera algunos. Soltó sus cosas en el mueble, se dio una refrescante ducha, se puso ropa digna para pasar un dia dentro de su habitación haciendo tareas y comiendo mientras veía televisión y tomó sus supresores. Después de eso, se sentó enfrente de su computadora y empezó a buscar una canción para la nueva coreografía que tenía que realizar para la clase de danza.

Luego de 15 minutos, en los cuales todavía no encontraba una canción digna para hacer el trabajo, escuchó que alguien entraba a su habitación.

- Hola, mi niño. - le dijo esa voz que le pertenecía a su adorada nana, Eunji.

- Hola, nana. -Hoseok le sonrió mientras dejaba su computador a un lado - ¿Pasó algo? - le preguntó al ver su cara, se mostraba como afligida.

- Nada que no se pueda solucionar, mi niño. Sus padres la esperan en el despacho, están junto a los papás de Taehyung. - Eunji le sonrio y se retiró.

Hoseok se quedó confundido, no tenía idea de que estaba pensando ni mucho menos para que su papá lo quería ver junto a los padres de Taehyung.

Bajó al primer piso y se dirigió al despacho de su papá, entrando después de haber tocado. El señor Min estaba sentado detrás de su escritorio, mientras que la señora Min estaba parada a su lado y los tres Kim estaban sentados en el sofá al lado del escritorio. Todos su tenian su mirada puesta en Hoseok, hasta Taehyung, por lo que el omega se sintió intimidado.

- ¿Me mandaste a llamar, papá? - le preguntó Hoseok a su padre mientras se paraba al frente de su escritorio y alisaba un poco su ropa con un poco de vergüenza teniendo en cuenta la vestimenta que tenía cada una de las personas en el despacho de su papá.

#1| 𝓽𝓱𝓮 𝓽𝓻𝓾𝓽𝓱 𝓾𝓷𝓽𝓸𝓵𝓭  ➷ 𝐯𝐡𝐨𝐩𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora