Maxwell Bearsley
El lunes después de acción de gracias, toda la ciudad parecía estar en un caos total, las tiendas ya estaban llenas de decoraciones navideñas, la gente solía andar con más prisa, pero aun así parecía más alegre que antes. Tome un helicóptero y me llevo directo al JFK para regresar a casa, había encontrado en el desfile al señor Takeda, quien cada año traía a sus pequeños al desfile de acción de gracias y había accedido a firmar el trato en cuanto el volviera a Tokio, por eso era tan necesario volver a Londres, ya que él había volado el domingo en la noche.
Al final había cenado en el hotel, ya que era más que obvio que estaba des invitado de la fiesta de acción de gracias de ColCorp subí al avión y me prepare para dormir, los días anteriores no había podido dormir mucho, me perseguían mis sueños y mi pasado, cada que cerraba los ojos, la veía a ella, sentía su mirada reprochándome todo, el como la engañe, y porque había decidido casarme con Jessica, nunca la había amado, nunca había sentido nada por mi esposa, pero aun así me había quedado por mi familia, por mis hijos, por los tres.
Supongo que en algún punto del Atlántico me quede dormido al fin, porque cuando desperté me dijeron que llegaríamos en un par de horas a Londres, tome un whisky y saque mi iPad, busque su nombre en google y ahí estaba, fotos de ella saliendo con millonarios americanos, en fiestas y galas neoyorquinas, nunca se había casado y tampoco nunca tuvo hijos, pero si fundo una empresa pequeña que ahora era una conglomerado internacional.
Aterrizamos y me dirigí a casa, ya era tarde y pensé que mi familia ya estaría acostada o al menos preparándose, pero cuando llegue vi un auto en la entrada, me sorprendió un poco, pero pensé que quizá era Hopkins con el trato de Takeda ya firmado.
Cuando entre a la casa y el chofer dejo las maletas en el recibidor escuche dos voces de mujer peleando y gritándose entre sí.
- Es tu hijo, maldita sea - grito una, pero aunque conocía esa voz no la ubique al instante
- Tú lo has dicho, es mío, y no tuyo - respondió mi esposa furiosa
Decidí no entrar y me quede entre las sombras escuchando
- Yo te di una salida hace años, no tenía que pasar nada de esto, nadie sabe dónde está, ni tú, ni Max, ni sus amigos, nadie, ¿Qué clase de madre eres, hermana? - pregunto la otra mujer a la que reconocí en cuanto dijo la palabra hermana
Era la hermana de Jessica, era mi ex prometida, ahí estaba en Londres, estaba peleando a gritos con mi esposa
- Tu, no eres nadie para juzgarme, y mucho menos que clase de madre soy o fui, dime, ¿Acaso tu eres madre? - replico Jessica con suficiencia
- No, pero tú y dios saben que pude haberlo sido, y definitivamente hubiera sido una muy buena madre - replico molesta mi ex, no entendía a lo que se refería, ¿ella hubiera sido madre?
- Pero no lo eres - grito Jessica
- Por tu culpa, tu maldita envidia y tu odio hacia mí, me arrebataron a mi bebe - respondió con la voz algo rota
- ¿Y por eso pensaste que podías llevarte a mi niño contigo? - dijo Jessica con desdén
- Tu nunca lo quisiste, tu no lo amas, ni siquiera te importa, si me hubieras dejado llevármelo, esto no estaría pasando, el estaría bien, sano y salvo - replico con la voz quebrada
- ¿Crees que te dejaría llevarte a mi hijo?, pues estabas muy equivocada hermanita, tu jamás me quitarías nada, yo me case con él y los niños son míos, jamás te daría a uno de mis niños - dijo
- ¿Tú crees que yo soy igual que tú?, tú me lo quitaste, yo estaba enamorada de él, yo lo amaba, y él me amaba, fue a mí a quien le propuso matrimonio, fue de mi de quien se enamoró, él quería una vida y una familia conmigo, el jamás te quiso a ti y nunca te amo, el siguió enamorado de mí, el aún me ama después de tantos años, el aún me ama - grito ella
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Oscura Obsesión
RandomDylan Bearsley heredero de la fortuna de su familia tiene que vivir con sus adicciones, escándalos, arrestos, la nueva definición de su sexualidad, y a un pasado lleno de maltrato por su padre para poder sobrevivir mas allá de los dieciocho y poder...