Capítulo 39

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DYLAN

Habían pasado algunos días después de la fiesta, Vanessa seguía en mi cama desnuda, como esta vez no venía por trabajo, decidió quedarse conmigo, a Mark no le gustó mucho porque dijo que ella también era su premio, pero al final de la fiesta se había ido a casa muy feliz con dos chicas, el equipo de limpieza ya había dejado todo como estaba, desde el día siguiente, cuando desperté ya estaban trabajando

- Hola – saludo levantándose y poniéndose su bata que estaba en el suelo

- Hola, ¿Pudiste dormir? – pregunte

- Un poco, ¿Hay? – dijo cansada

- Sobre la mesita de mi lado – respondí, se volvió a subir a la cama, se inclinó e inhalo algo de cocaína, ahora era parte de nuestra rutina, bebíamos juntos, teníamos mucho sexo y en la mañana al despertar inhalábamos para recuperarnos.

Estaba empezando a aburrirme de esto, llevábamos cinco días juntos, diario era lo mismo, despertar, inhalar, desayunar, coger, hacer ejercicio, ducharnos, coger mientras nos duchábamos, salir a cenar o a beber algo, regresar, beber, inhalar más, coger, tratar de dormir y al día siguiente lo mismo.

Cuando me estaba alistando para salir a cenar, ella me interrumpió en el closet y dijo

- Hoy no saldremos, tendremos una visita – y me beso en los labios

- ¿A quién invitaste? – pregunte perplejo

- Ya lo veras – dijo y salió de ahí dejándome más confundido

No tenía idea de a quien había llamado, pero quien quiera que fuera, era obvio que tendríamos sexo los tres, porque se había arreglado demasiado bien, la había visto cuando se había puesto la lencería negra con listones rojos, y llevaba un muy ajustado vestido dorado, que hacía que su piel morena resaltara más.

En cuanto llamaron de abajo, ella contesto, y pidió que subiera, era obvio que era alguien nuevo, porque el portero conocía bien a todos mis amigos, en cuanto abrió la puerta vi que solo se trataba de un repartidor de comida, pensé que quizá lo invitaría a entrar, y tendríamos un aventura con un extraño, pero no fue así, pago, le dio una propina, le lanzo un beso y cerró la puerta.

- Así que cenaremos – dije confundido

- Si, cenaremos los tres – respondió

- Bueno, al menos ahora sé que seremos tres y no una multitud – conteste divertido

- Ven vamos a la cocina – dijo y me tomo de la mano

Dejo la comida cerca de la estufa, saco un pedazo de pan y después de sentarse a la barra se lo empezó a comer y luego dijo

- Lo siento, tengo hambre y nuestro invitado está retrasado –

- Bien, pero dame, también tengo hambre – dije poniéndome entre sus piernas y abriendo la boca para que me diera un poco de pan

Puso el pan sobre mi boca, le di una mordida, lo mastique y me lo pase, inmediatamente ella me abrazo con sus piernas y me jalo hacia ella, me pegue a su cuerpo y baje mi mano hasta sus piernas, sentí como ella llevo sus manos hasta mi cinturón y comenzó a desatarlo, cuando libero mi erección, pase mi mano de sus piernas hasta su lencería, hice su tanga a un lado y jale su cadera para que estuviera lo más afuera posible, inmediatamente me clave en ella, soltó un gemido fuerte, no hubo juegos antes, simplemente el deseo de penetrarla, sentí como mi pene tocaba su interior húmedo y caliente.

Me sujeto con firmeza de los hombros y puso solo una de sus piernas a mi alrededor, y la otra estaba colgando de la barra, le embestí varias veces, ambos jadeábamos y gemíamos con fuerza, seguí penetrándola de esa manera, hasta que la baje, y la recargue contra la barra, le levante el vestido, hice nuevamente a un lado la tanga, y le penetre desde atrás, tenía sus manos sobre el filo de la barra, pero con un movimiento rápido doble sus brazos y quedo de cara a la barra, la sujete del cabello con fuerza y seguí penetrándola con fuerza renovada, ella jadeaba y gemía más que yo, estábamos muy calientes, como había dicho que la otra persona estaba retrasada yo quise aprovechar la oportunidad.

Oscura ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora