Capítulo 65

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DYLAN

Habia pasado exactamente un mes desde el funeral de mi madre, yo habia adoptado la costumbre de salir todos los días, incluso sin mis amigos, en los bares o los clubes a los que iba siempre conocía nuevos chicos, mi relación con Molly se habia vuelto tensa desde que me habia golpeado y ahora solo se limitaba a limpiar mi casa a hacer mis compras y a prepararme la comida, extrañaba nuestras platicas y todo lo demás, pero siendo sincero no me creía capaz de confiar en ella.

Últimamente dormía con cuánta gente me daba la gana, hombres, mujeres, ambos, por separado, al mismo tiempo, me daba lo mismo, solo disfrutaba y me dejaba hacer, dejaba que el placer se apoderara de mi de donde viniera, además generalmente casi todo el tiempo estaba o muy borracho o bastante drogado como para decidir que era mejor.

- Hola Dyl - saludo Julio un hermoso modelo español con el que ya me habia enredado un par de veces en el baño, pero jamás habíamos logrado sacarnos la ropa

- Hola Julio, porque no te sientas y te invito algo - dije coqueteándole

- Claro - dijo y se sentó en el banco de junto rozando su mano por mi pierna al hacerlo

Pasamos la siguiente hora bebiendo y hablando de estupideces, ninguno de los dos sabia como pedirle al otro que nos fuéramos un rato a coger a algún lugar

- Oye tengo que irme, mañana tengo algunos compromisos - dije como si nada

- Claro entiendo - dijo sonriendo con esos labios carnudos que tanto me gustaban

- Quieres que te lleve, traigo mi auto - ofrecí

- Claro, podrías dejarme en mi hotel, o no se - dijo coqueteándome

- Vamos - dije, pague la cuenta y nos fuimos de ahí, en cuanto llegamos al estacionamiento me arrojo contra mi auto, se puso sobre mí y comenzó a besarme con deseo, con fuerza y con pasión, pasaba sus manos por todo mi cuerpo, pero sobre todo por encima de mi pantalón, sentía sus dedos rozar mí ya hinchada entrepierna

- Veo que te gusta - dijo mordiendo mi labio

- ¿Y a ti? - dije poniendo mi mano sobre su paquete

- Vamos a un lugar más privado - dijo mientras sus manos seguían tocándome

- Sube, vamos a mi casa, está cerca de aquí - ofrecí y lo empuje para abrir el auto

Subimos y conduje lo más rápido posible de vuelta a mi casa, habia llegado el momento que tanto estaba esperando, cogerme a este español que tanto me ponía

Me estacione en mi lugar y subimos hasta el lobby, eran cerca de las doce de la noche y no habia nadie ahí, ni siquiera el portero estaba ahí, estaría en su oficina detrás del mostrador, me acerque a él, lo pegue a la fría pared de mármol y lo bese, metí mi lengua hasta su garganta, mientras mis labios jugaban con los suyos, puse mis manos sobre su cadera y jale su pelvis contra la mía, sentía cada uno de sus músculos contra los míos, sentía como ambos paquetes crecían y se hinchaban dentro de nuestros pantalones y eso me excitaba aún más.

- Pero que descaro - grito una persona

Me gire y vi que era la arpía de mi vecina que miraba con asco como seducía a mi amante de esa noche

- Hola - dije como si nada

- No tiene vergüenza señor Bearsley, no tiene absolutamente nada de vergüenza o decencia - me gritoneo

- Si, bueno, cuando uno es rico y tiene tres pisos del edificio es difícil regresar a esos sentimientos tan sobrevalorados - dije riendo mientras mis manos aún seguían sobre el cuerpo de Julio

Oscura ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora