(Asakar)(AU) Omegaverse.

13.1

-Asano-kun.- Escucho que me llaman, una voz que creí que por fin iba a dejar de perseguirme.

-¿Que quieres, Yukimura?- Conteste secamente. Si va a seguir con lo del matrimonio, no voy aceptarlo.

-Al fin te encuentro.

-Esta en una cita conmigo, pierdete.- Le escucho, sonriendo ante lo que dice, observándole traer una bebida consigo.

-A- Akabane.

-Nos vamos, Gakushuu.- Me dice, tomando mi mano entrelazando sus dedos con los míos.

Hasta Karma puede ser mas celoso que antes. Ni siquiera puedo imaginar que me estuviera buscando hasta aquí, el pequeño centro en la isla es muy grande, y muy pocos vendrían aquí. Cuando la perdimos de vista entre las personas, nos detuvimos, observando su rostro con una mueca.

-Deberías dejar de usar esa mano por un tiempo.

-Incluso si lo intento, la escuela no me dejará.

-Solo deja las peleas por unas semanas.

-Pero-

-Si no lo haces, voy a tener que llevarte conmigo. Esperame en la hora de la salida.

-Pero estas en el consejo.

-Me eh asegurado de avanzar mas rápido los proyectos. Y prefiero ver que haces.

-Posesivo.

-Solo no quiero que te pase nada.- Declaro, observando como mira a otro lado, sonrojándose antes de que le tome y bese sus labios.- Vamos, aun quiero enseñarte unas cuantas cosas.

-Entonces no hagas que me sonroje.- Susurra. Y sonrió ante ello.

-Esta bien.- Pronuncio, comenzando a caminar con el a mi lado. Los puestos eran tranquilos, y las casas aun si eran pequeños hoteles o casas, mostraba tanta tranquilidad.

No contenía atracciones como en el hotel, pero era una forma de pasar el día sin que nadie nos moleste, o al menos eso creí hasta que llego Yukimura. Y hablando de ella.

-Ven, vamos a perderla.- Le dije, observando como sonríe, mientras le jalo, pasando entre una pequeña multitud de personas bailando, aprovechándose cuando estas se giran separándose antes de volver a cerrarse. Obstruyendo la vista de lo que sucediera adentro.

Saliendo cuando comenzaron a bailar alrededor de todos.

-A pesar de que no es fecha de festivales, venden demasiado.

-Es porque siempre llegan nuevas personas. Y aquí se dan mejores recuerdos que en el hotel.

-Hm, no esperaba que te gustaran tanto estos lugares.

-Solo es el toque que tiene, no muchas veces se ve un lugar calmado. Además que ya tuve suficientes recuerdos de Tokio contigo.

-El calamar y caracol sabia muy bien.

-Y es mi turno de darte un paseo por aquí.- Menciono, saliendo del pequeño pueblo, en las afueras se encuentra mucha variedad de ríos y uno que otro animal en estos, me gusta tomar fotos solo por el hecho de que es tranquilo, no tiene nada de especial, no es un manantial que haya descubrido, ni contenga muchos animales tan cerca de un pueblo. Lo único que puedo encontrar son unas aves tropicales y pocas veces oír sus cantos. Aun así es un tiempo que disfruto, y a Karma le vendría bien un lugar tranquilo.

-Los ríos son constantes en este lugar.

-No me sorprende por la humedad de la tierra.- Me dice, a lo que sonrió, antes de acercarme.

-Te bajaré para que no te sigas lastimando.

-No soy una damisela en apuros.

-No, pero te duele.- Menciono, observando como se queda en silencio unos segundos antes de aceptar.

-No se lo digas a nadie.

-Soy el único que sabrá esta actitud tuya, no dejare que nadie mas que yo la vea.

-Que siga siendo así.- Me responde antes de que lo baje, llegando de una vez a las pequeñas piedras y algunas grandes cerca de este río.

Tomando unas cuantas fotos antes de verle meterse al agua, sonriendo antes de hacer lo mismo, dejando la cámara a un lado. Acercándome a el abrazándole por detrás, observando la marca antes de besar en esta.

-N- no la toques, aun así duele demasiado.- Se queja, y sonrió antes de que le deje voltear se a mirarme, correspondiendo mi abrazo, sintiendo como tiembla.- Incluso para abrazarte duele.

-Al menos aquí podemos estar como novios.- Le digo, besando sus labios para distraerlo un poco. Observando como lo logro.

Creó que no debo decir que necesitábamos hablarnos con cariño para pasarla bien, muchas veces nos estuvimos molestando, y algunas veces a Karma se le ocurría la gran idea de aventar me algunas piedras por el simple hecho de apretar demasiado la marca. Creó que debo admitir que también me sobre pase un poco, si eso le dolía no imaginó cuando intente defenderse en Japón, necesitaba estar con el en ese momento, y para eso él tenía que estar conmigo en la hora de la salida.

Cuando estaba por entrar la noche, comenzamos a regresar al pequeño pueblo, comprando un par de cosas como una mascara de serpiente, aunque sólo le gusto por su textura, Karma puede ser un poco infantil, pero es parte de su encanto.

-Gakushuu.- Escucho que me llama, volteando a verle mientras nos detenemos.- ¿Que tal si jugamos al Kingyo sukui?.- Me pregunta.- Apuesto a que puedo atrapar mas peces que tu.- Sonrió irónico ante lo que dice.

-Sueñas, esta bien, pero si se te rompe el papel no me culpes a mi.- Le dije, acercándonos ambos a jugar.

Y creo que Karma eligió este puesto entre los demás por estar alto, aunque Karma se encargaba de juntar los peces negros con rojos, mientras yo juntaba variables.

-Gane.- Dije tras contar los peces de la bolsa.

-Estoy en desventaja, no vale.

-Bueno, tu me retaste.- Dije, mirándole, observando ese sonrojo.- Ten.- Le extiendo mi bolsa.- Estoy seguro de que no tendré el tiempo suficiente para cuidarlos.

-Oye, tampoco yo.- Me responde tomándolos.

-¡Eh! ¡No puedo atrapar nada!- Escuchamos que se quejan, observando, a lo que creo, dos hermanos jugar en el puesto de al lado.

-Hermano, quiero uno negro.

-No te preocupes, intentare conseguirlo.

-Oye, eso me recuerda a cuando nuestras madres jugaron.

-Tienes razón.

-¿No te importa si se los doy?

-Probablemente se mueran con nosotros.- Mencionó, asintiendo.

-¡Una más!

-Hey, niños.- Observo como les habla, sonriendo al ver como les sonrie y se los da. Mientras los niños agradecen, haciendo una pequeña inclinación, antes de salir corriendo felices. Riendo antes de que Karma regresara.- ¿De que te ríes?

-Parecias una madre omega.

-¿Q- Que?

-Nada.

-Te escuche.- Tomo su mano antes de besar sus labios.

-Vamos, tenemos una telecabina que abordar.- Mencione. Dirigiéndonos a esta.

Podría desear que los demas días solo fueramos el y yo, lejos de quienes nos conocen y de estar engañando a los demás. Aun así, sé que tendremos tiempo en Tokio y en su casa para estar juntos.

Y no puedo esperar para tenerlo así conmigo como hoy.

Pense, volteando a verlo descansar en mi hombro.

El cielo esta estrellado esta noche.

Capítulo bonito ♥.