CAPITULO 16
Si su hermana no hubiera estado en esa fiesta, nada de lo que pasó luego habría ocurrido. Nada. Ni lo de Zoe, ni lo de Felicitas, tal vez ni siquiera hubiera ido a la fiesta de María Martha con sus amigos. Tal vez, solo tal vez, hubiera disfrutado la noche saliendo con Julieta.
Nicolás no puede pensar en qué pasará luego porque, ahora, en el único tiempo que existe, todo su cerebro está ocupado por la imagen de un desconocido que acosa a su hermana.
Él no hubiera saltado así, si la chica era otra. Pero ver que Sol no sabe cómo hacer para salir de esa situación, lo pone furioso.
Codea a Leopoldo y con un gesto le indica la escena.
- Nico, vas a tener que aguantarte los buitres sobre tu hermana. Sol está buena, qué querés que te diga...
- Mirá cómo la mira, Pilu. Y mirá la cara de ella. Es obvio que quiere sacárselo de encima.
- Sí... pero tengo que decirte algo.
- ¿Qué?
- Ese flaco es el hermano de Julieta.
- ¿En serio?... – Nicolás busca a Julieta con la mirada y responde -. ¡Y que me importa! Sol es mi hermana y ese se está equivocando.
Leopoldo hace un gesto que indica que lo seguirá. Nicolás va primero, esquivando a los que aparecen a su paso, con la intención de apartar bruscamente al buitre. Pero no llega ni a tocarle el hombro. Su amigo ya está delante de él, saludando al desconocido, protegiéndolo del desconocido.
- ¡Nacho! ¿Sos vos? ¡Tanto tiempo!
- Hola, Pilu, qué pasa, no ves que estoy con esta princesa. Disculpalo, linda, ¿en qué estábamos?
Sol aprovecha para escurrirse por un costado. Ve a su hermano y lo agarra del brazo.
- No, no, todo bien – le responde. Y luego -: te presento a mi hermano.
- ¿Quién es tu hermano?
Cuando los ojos enrojecidos de Ignacio se encuentran con la mirada de Nicolás, la música suena más grave para ambos. Las hermanas no son un asunto menor. Menos, las hermanitas.
- ¿Vos no sos el gil que anda con Juli?
- Sí. Soy yo.
No hay piñas ni empujones ni trompadas. Sí, un acuerdo muy claro. Ignacio no se acercará más a Sol, pero al día siguiente, Nicolás y Julieta tendrán que dejar de salir. Nicolás no protesta, decide en ese mismo instante que no le hará caso: sin embargo, asiente. Sellan el acuerdo con un apretón de manos que a Leopoldo le da risa.
- ¡Tampoco es para tanto! ¡Ni que las chicas fueran de vidrio! ¿Qué opina Julieta de todo esto? ¿O no te importa lo que ella pueda decir?
- Callate, Pilu. Esto es entre este gil y yo – dice Ignacio -. En mi casa, mi hermana y mi vieja hacen lo que yo digo.
Y resulta que es verdad. A la mañana siguiente, domingo, Julieta llama por teléfono a Nicolás y le dice que no pueden seguir saliendo. Que la perdone, que su hermano es así. Que mejor hacerle caso.
Además de lágrimas, hay miedo en esa voz.
Él se resiste, le dice que pueden seguir sin que él se entere, que no puede vivir haciendo lo que su hermano quiere, que algo se les va a ocurrir.
Pero Julieta se niega.
- Yo también estoy muy mal por terminar así, Nico. Lo siento muchísimo porque la paso muy bien con vos... pero es así, viste. Es así: lo nuestro fue, Nico. Fue.
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Solo tres segundos [Paula Bombara]
Teen FictionSolo tres segundos en el espacio azul iluminado. Tres, para buscarse. Dos, para encontrarse. Uno, para apretar los párpados y, aún así, verse. Solo tres segundos antes del impacto. Luego, blanco y ruido, ruido ruido ruido en el espacio azul iluminad...