Segunda parte: Felicitas

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CAPITULO 17

Hablé con Pilu.

Cuando lo escuché me pareció que su voz venía de otro planeta. No quiso ver a nadie después del accidente. Igual que yo.

Y de pronto, suena el teléfono en casa, siento el impulso de atender y resulta que justo es él. Me puse a llorar en cuanto le dije hola.

Él también.

Llorar por teléfono es patético. Me dijo que iba a venir a verme pronto, Que me quería mucho.

Y cortó.

¡De una, cortó! Yo hubiera salido corriendo para su casa. Pero parece que tengo dos cascotes de plomo en lugar de pies.

Me acosté.

Sigo acostada.

Solo tres segundos [Paula Bombara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora