CAPITULO 26
Realmente se notaba que la familia de María Martha había gastado mucho dinero en la fiesta. Bebidas, comida, DJ, pantallas de vídeo gigantes.
Nicolás mira todo eso y se siente en otro mundo. Aclara sus pensamientos: ese nuevo mundo también es el suyo y el de sus amigos. Un mundo más complicado, con más relaciones, con más planes. Se le vienen encima pensamientos sobre cómo será el futuro luego de este último año de colegio. Los despeja con un trago de cerveza. No es momento de pensar en esas cosas. Busca a Leopoldo y a Pablo con la mirada, no los encuentra. Se sienta.
Sin pedir permiso, Zoe se sienta a su lado y le habla.
- Ya sé que no querés salir conmigo – le dice -, y voy a dejar de insistir.
Nicolás la mira, agradece con una bajada de cabeza; no está allí, está lejos. Está lejos y se ve desde afuera. Ve que Zoe le habla y él la mira sin escucharla y también ve cómo mira los restos de espuma en su vaso vacío. Pasados unos minutos, finalmente la oye decir que quiere un beso, nada más que un beso, y ve los ojos miel brillando lágrimas. Un beso es nada más que un beso, ¿por qué no darle un beso? Sigue lejos cuando se ve besando brevemente a Zoe. No siente nada pues está lejos de sí mismo.
Zoe dice que es una hermosa despedida, y sonríe.
Mientras se va, Nicolás la sigue con la vista hasta que en su mirada aparece Felicitas.
Felicitas hace temblar su pulso. Deja de mirarla, entra en sí mismo y se va en busca de sus amigos. Nicolás piensa mientras camina que si algo tiene que pasar con esa sorpresa de ojos verdes y de voz algo ronca, debe ser esta noche.
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Solo tres segundos [Paula Bombara]
Ficção AdolescenteSolo tres segundos en el espacio azul iluminado. Tres, para buscarse. Dos, para encontrarse. Uno, para apretar los párpados y, aún así, verse. Solo tres segundos antes del impacto. Luego, blanco y ruido, ruido ruido ruido en el espacio azul iluminad...