Segunda parte: Felicitas

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CAPITULO 30

Se me acercó Gabriela y me contó que ella perdió a su prima cuando tenía trece años. Era una prima que quería muchísimo. Se habían criado juntas.

¡Y no nos enteramos, Zoe! ¡Qué mal me sentí!

Ella me dijo que no nos enteramos porque ella no quiso que nadie se enterara. Los padres hablaron con la directora y decidieron que, si preguntábamos, todos dirían que se habían ido de viaje. ¿Ahora te acordás? Ese viaje del que ella nunca nos quiso contar nada... ¡La cantidad de cosas que imaginamos de ese viaje! ¿Te acordás?

Bueno. Fue re distinto a tu muerte porque su prima murió de una enfermedad. De a poco vio cómo se fue apagando, pero pudieron despedirse. Eso estuvo bien.

Yo hubiera querido despedirme. No quedarme con esa imagen de tu cara luminosa y tu mirada de asesina. Una cara con un gesto más real, más de la Zoe que yo conocía y que querías ocultar cuando estabas en las fiestas o en el colegio...

Pero bueno, tampoco hubiera estado bueno verte sufrir tanto como Gaby vio en su prima. ¡Y a los trece años!

Me dijo que me entendía de verdad y que ella también te quería. Que después de lo de su prima le costaba mucho encariñarse en serio con la gente, que sabía que la muerte estaba en todas partes, como la vida. Me dejó pensando.

Eso explica muchas de las actitudes que siempre le reprochábamos, Zoe, ahora me cierran muchas cosas de Gaby.

Cuestión que le costó un huevo acercarse y contarme esto y decirme que me re entiende. Y yo se lo agradecí todo lo que pude, porque me sacó el fantasma de que nadie puede entenderme... 

Solo tres segundos [Paula Bombara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora