Segunda parte: Felicitas

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CAPITULO 33

Llegó mi cumpleaños.

Diecisiete.

No los cumplo feliz y pedí que nadie me cantara esa estúpida canción.

Pero Pablo me preguntó por qué, ¿por qué rechazar el deseo de los que me quieren ver feliz?

Y luego esa pregunta: "¿O te pensás que Zoe no quiere que seas feliz?".

Su lógica me mató.

Yo sé que sí. Sé que vos querés que yo sea la persona más feliz del mundo.

Así que cambie de parecer y dejé que mamá, Pablo, Pilu y Gabriela me organizaran una fiesta en casa. Solo pedí que fuéramos los de siempre. Ni tíos, ni primos, ni abuelos. Mamá, papá y los chicos.

La pasé bien... me cuesta decirlo...

Pilu y Carla me regalaron un cuaderno y un CD. Las chicas, ropa de mi nuevo talle: un pantalón y una camisita que te encantarían. Mamá y papá me sorprendieron con un viaje de una semana a las Cataratas para dos personas. Pablo se ofreció a acompañarme pero papá lo miró con una cara que lo dijo todo. Creo que voy a invitar a Gabriela. Y Pablo, un libro y una carta que no te voy a contar que dice porque me hizo jurar que lo que escribió quedara entre él y yo, pero que me hizo reír y emocionar.

Me parece que me estoy enamorando... ¡Y de Pablo! ¿Quién lo hubiera dicho?

También vino Lila, se quedó un ratito. Me trajo tu caja de bombones de Bariloche llena de cachivaches y tu diario. No te preocupes. No lo voy a leer. Solo lo custodio para que nadie lo haga. Eras tan bruta escribiendo que, seguro, pusiste barbaridades de toda tu familia. Lila sabe que conmigo estará protegido.

Lo que hay adentro de la caja de bombones reconstruye nuestra amistad. Acabo de revisarla, ahora que ya se fueron todos. No quise hacerlo antes porque no quería llorar.

Tampoco lloré ahora. Se me cayeron las lágrimas, sí, obvio. Pero también sonreí mucho mirando las cositas que estaban guardadas. Y el nudo que vive en mi garganta me pareció un poco más flojo...

Y lo que estoy pensando es que los accidentes existen, así como existen los nacimientos y las muertes. Que nos haya tocado a nosotras... ¿y por qué pensar que no podía tocarnos vivir un accidente?

Cuando vino Gaby me dijo algo que me quedó resonando y que ahora entiendo un poco mejor. Me dijo que a todos se nos mueren seres queridos, porque la vida se trata de eso: de vivir y de morir.

Acaricio tu pulserita de hilos de colores. Te la hice yo, ¿te acordás? No te hice demasiados regalos, debería haberte regalado más cosas, deberíamos haber pasado más tiempo juntas, sí, todavía más tiempo juntas... pero ¡cómo imaginar esto! ¿Deberíamos haberlo imaginado?

Zoe: no saber me desespera tanto a veces.

Otra vez la imagen clara de tu rostro en el auto, tu mirada.

Hubieras estado hoy en mi cumple. Hubieras estado conmigo desde la mañana, como siempre. Hubiéramos hecho una torta, tal vez. O hubiéramos salido a hacer las compras al súper con mamá.

Pero en lugar de estar ahora con vos comentando el cumple, acaricio tu pulserita de hilos de colores y te pienso. Te extraño.

Solo tres segundos [Paula Bombara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora