Tiempo actual...
Aiden tenía una camioneta Toyota 4x4, nada sutil a pesar de su color negro y con ella vino a buscarme hasta una plaza donde me encontraba escondida junto con la pequeña niña. Apenas lo ví y salí de mi escondite, al parecer acababa de pelear cuando yo lo llamé, aún tenía marcas de sangre en los nudillos y un pequeño corte en la ceja derecha sin embargo podría jurar que él ganó.
La noche era una de las más oscuras que había vivido, la luna no alumbraba lo suficiente y las estrellas parecían haber desaparecido, podría jurar que lo más luminoso en este momento eran las farolas de las calles y la de los automóviles.
-Miku ¿Estás bien? -me preguntó apenas estuvo frente a mí y sin pensarlo puso sus manos sobre mis hombros al observarme de pies a cabeza asegurándose que no esté muy herida.
Apenas asentí sin encontrar rápidamente las palabras pues al sentir sus manos sobre mí me llevó a un extraño recuerdo de mi hogar, como si a su lado estuviese protegida.
El cabello castaño se le veía muy bien aún desordenado y algo húmedo, sus ojos verdes eran hermosos y cada facción de su rostro armonizaba perfectamente con él, como si al nacer fuese creado a base de un patrón perfecto.
-Sí, es solo que... -comencé a hablar como en susurró -Algo malo paso, hice algo malo.
-¿De qué hablas? -enarcó una de sus cejas oscuras, me era difícil concentrarme si lo tenía tan cerca y me miraba de aquel modo preocupado pero con un gran trasfondo oscuro, como si al ver sus ojos encontrará más misterios y pecados de los que yo podría haber cometido.
-Creo que lastimé de gravedad a alguien, pero fue... fue para salvarla a ella.
-¿De quién hablas?
Había escondido a la pequeña niña detrás de unos arbustos y cuando Aiden me preguntó le señalé a donde ella estaba, así fue como esa chiquilla salió de entre las sombras viéndose realmente inocente y asustada.
Aiden se paró delante de ella, parecía sorprendido y tuve que hablar justo cuando se agachó ante la niña.
-Estaba en su casa, ví que alguien la atacó y no dude en ayudarla. Aiden yo tuve que golpearlo, no podía dejar que la hirieran -expliqué con un deje de angustia -Es tan pequeña... Luego la policía apareció y no sé porqué pero también nos atacó, no es seguro llevarla a una comisaría, y tampoco puedo llevarla a mi casa, mis padres llamarían a la estación de policía.
-Entiendo -lo oí decir pues estaba de espaldas a mí, su voz era calma y segura, eso me tranquilizaba, después de todo lo ocurrido mis nervios se habían destruido y extrañamente tener junto a mí a alguien que parece traer las cosas bajo control me serenaba bastante.
La pequeña se abrazaba a sí misma, no me había puesto a pensar en que quizás tenía frío, estaba tan distraída en ocultarnos de quien sea que olvide por completo algo como eso, pero Aiden se quitó la camiseta y a pesar de que el viento soplaba un poco no parecía molestarle el exponer su piel.
-Tranquila pequeña, todo estará bien -le dijo a la niña y se acercó un poco más a ella para intentar ponerle su camiseta por encima de la ropa que ella traía -No voy a hacerte daño, solo quiero ayudar.
La niña dejo que él la cubriera y sonrió con dulzura, una dulzura que derretiría cualquier corazón frío.
-¿Cómo te llamas?
-Rory -respondió la dulce niña, su voz era adorable como se veía su ser. No sé porqué pero sin conocerla siento que la aprecio, extrañamente me recuerda a Chloe como si mi amiga fuese así cuando era niña.
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Aiden.
VampireAmy, una bruja, la más poderosa que podría existir, fuerte y valiente. Evan, un híbrido, el rey de los vampiros, despiadado, es el símbolo del misterio y la perseverancia. Elián, un vampiro, astuto, sangriento, con un pasado terrible que lo atorment...