Aiden.

Capítulo 18: En una noche como esta.

Espero que usen su mejor playlist para lo que se viene 💕

El verdadero desmadre está por comenzar 👏😍

No me pregunten porqué publico un martes porque no lo sé xD quizás sea porque el 9 de mayo es mi cumpleaños y quiero yo regalarles capítulos o porque se viene el apocalipsis, no lo sé.
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Evan ingresó a la casa desesperado, apenas fue alertado por la llamada y salió corriendo de su casa seguido de Amy y Liam.
Al ver la decena de personas dentro de la mansión de su hermana supo que algo andaba mal pues ninguno de los presentes se animaba a mantenerle la mirada.
La batalla que se había desatado dentro de aquel lugar era realmente notoria pues la mayoría de las cosas en la primer plata estaban destruidas.

–Evan –Amy lo tomó del brazo para detenerlo un poco, él avanzaba como un toro embravecido y no hubo fuerza que lo retuviera.

Imparable recorrió la cocina, pero no había más que dos cadáveres desconocidos que le dieron rabia y un grandes marcas de sangre, al detenerse ante una de ellas, sin necesidad de agacharse pudo reconocer aquel aroma.

–Victoria –susurró. Amy que estaba junto a él no podía proferir palabras y solo veía atormentada la escena –¿Dónde está?

Al no recibir respuesta el híbrido se giró violento hacia los demás lobos que dieron un paso atrás cuando el dorado y violeta brilló en su mirada.

–¡¿DÓNDE ESTÁ?!

–Arriba –oyó la voz de Thomás responderle y cuando giró hacia el pasillo lo encontró parado ahí, aparentemente él había estado con Victoria hasta entonces.

–Thomás –susurró Amy, pero no pudo decir más cuando Evan se fue contra él y lo tomó con violencia por el cuello de la camiseta.

Los demás lobos se pusieron alertas pero Thomás les hizo una señal con la mano para que se quedarán quietos y no hicieran nada. El dolor se reflejaba claramente en sus ojos rojizos.

–Prometiste que tú la cuidarías –gruñó el híbrido –Si le ocurrió algo...

–Haz lo que tengas que hacer, Evan.

El híbrido soltó a Thomás, ver la forma en cómo éste se rindió sin más fue lo peor de todo, el alfa jamás bajaría los brazos a menos que todo esté perdido realmente y sin decir nada Evan corrió hacia las escaleras.

Amy al ver el semblante desolado de su compañero y amigo, se acercó a él, haciendo de lado sus diferencias actuales para abrazarlo fuerte y oírlo a éste romperse de tristeza.

Lloraba por Victoria, lloraba por Rory, no sabía dónde estaba su niña y solo lo peor venía a su mente. Amy comprendió aquello de inmediato, sabía lo terrible que podía ser el perder a un hijo y no quería que Thomás pasará por algo así.

Evan se detuvo ante la puerta café y el corazón le golpeaba con fuerza dentro del pecho.

Sabía lo que sucedía pero se negaba a creerlo como todo el mundo lo haría.
Todo quien tuviese un hermano o hermana sabía lo que era el amor que se les podía tener, un cariño único que pocos comprenderían.

Juntando agallas de quién sabe dónde, tomó el picaporte y abrió. Allí, parado bajo el marco de la puerta vio como la luz de luna ingresaba por la ventana y cubría cual manta plateada al cuerpo de la vampiresa.

El dolor que había sentido desde el momento que entró a la casa, se bloqueó, fue como si al verla todo ello desapareció y en su semblante no se reflejó ni un sentimiento. Eso fue lo peor; que el dolor llegue a ser tanto, a tal punto de ya no sentir, como si se hubiese apagado algo dentro suyo.