Capítulo 9: De vuelta a casa.

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A que pensaban que no habría nuevo cap xD

Espero que les guste ¡Nos vemos el Domingo! (Ahora me pondré a editar) 💕

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Cuándo un timbre sonó en la entrada Naomi abrió los ojos, estaba desorientada y bastante adolorida, no reconocía si quiera un rincón de aquel lugar y lentamente comenzó a sentir como el pánico se apoderaba de ella ¿Dónde diablos estaba?

De repente oyó que alguien intentaba meter una llave a la cerradura y se puso de pie tan rápido que tropezó con las sábanas, cayó al suelo dándose un golpe contra la mesilla junto a ella y gruñendo por lo bajo. Apenas se paró nuevamente buscó a su alrededor una salida, se encontraba parada en medio de una gran habitación con paredes pintadas de azul oscuro, un suelo de madera lustrada y pocos muebles de color caoba, todo estaba perfectamente organizado como si quien durmiera aquí fuese un perfeccionista y tenía cierto aire a oficina, un lugar perfecto para algún empresario o cosa así.

Apenas divisó las dos ventanas del lado izquierdo y corrió hacia allí, quitó las grandes cortinas grises y se subió al alféizar para poder asomarse llevándose la sorpresa de que afuera había unas rejas que le impedían su escape.

–Veo que ya estás mejor –le dijeron y ella pego un gritó del susto, se giró de inmediato aún sentada sobre el alféizar y con las manos aferradas al marco de la ventana como en estado de alerta cual gato.

Gastón se encontraba parado bajo el marco de la puerta con una sonrisa sarcástica y una mirada risueña en sus ojos azules ¿Quién podría decir que un ser como él, un sujeto que solo detona seguridad, amistad y diversión fuese a tener un lado tan peligroso y aterrador como el de la noche pasada?

El pelinegro se pasó una mano por su mejilla, tenía la piel blanca y tersa como si nunca hubiese sufrido de acné y la única marca que traía era la de un tatuaje de pica sobre su pómulo.

–Compré algo de comer para ti –le dijo a la rubia que no había movido siquiera un músculo y lo veía con grandes ojos de pánico, obviamente recordando lo que él le hizo –¿Te gusta los exprimidos de naranja? Soy muy bueno haciendo tragos.

–Me mordiste –susurró la muchacha debatiéndose entre el miedo y el enfado –Tú me mordiste.

–Fui tu primera vez ¿Eh? –su sonrisa atractiva se engrandeció y meneó una ceja queriendo poner algo de humor a la situación, quizás para que ella deje de temerle pero a contrario de ello solo logró que Naomi se enojara aún más.

–¡¿Por qué demonios me hiciste esto?! –le gritó tocando con delicadeza la herida en su cuello –¡¿Quién demonios te crees que eres?!

Gastón levantó las manos a la altura de sus hombros y suspiró hastiado, como si no tuviese mucha paciencia con ella.

–Bien, primero cálmate ¿Quieres? No se puede hablar si te pones a gritar y segundo lo hice por tu seguridad.

–¿Seguridad?

Gastón asintió y metió las manos en los bolsillos de sus vaqueros para después apoyarse contra el marco de la puerta.

–Sí, estabas como loca queriendo atacar a esos Destructores, ni siquiera te has enfrentado una vez a uno de ellos, no conoces su poder y querías pelear solo para demostrar que eres fuerte, eso fue patético ¿Sabes? Y yo no podía permitir que te arriesgues, no me mal intérpretes, no es como si me importarás pero la verdad es que no me gustaría enfrentarme a Evan y decirle "Sí, deje que tu hija se enfrentara a esos Destructores y la mataron, sorry".

–Ellos no iban a matarme.

–¿Estás segura de eso? Porque yo pude dominarte con una sola mordida, niña –su tono arrogante y la forma en la que sonrió mostrando sus dientes hizo que Naomi sintiera su sangre hervir de odio.

Aiden.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora