Capítulo 16: Humana.

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Evan se cruzó de brazos al ver como Victoria abrazaba con cariño a su pequeña y le llenaba de besos las mejillas mientras la pequeña reía alegremente.

-Ay mami, me estás pegando todo tu labial.

-Pues no me importa, yo quiero darte mucho, mucho amor -dijo la mujer tomándola con suavidad de la cabeza y dandole un beso en la frente -¿Cómo estuvo tu día?

-¡Muy bien! -la pequeña dió un salto de la emoción -Miku jugó muchísimo conmigo, me cantó una canción ¡Y jugamos a captura la bandera!

-Wooh ¿Enserio? -la ternura que sentía por su pequeña niña no tenía límites. Mientras tanto Rory daba saltos por todo el lugar, era hiperactiva y risueña.

-Sí, además ahora mismo está cocinando ¡Ven a verla! -Rory corrió hacia la cocina y su madre se rió mientras colgaba su abrigo en un perchero.

-¿Y cómo estuvo tu día, hermanita? -preguntó Evan mirándola con gracia y una sonrisa traviesa en su semblante.

Victoria se encogió de hombros.

-Nada fuera de lo común, ya sabes, papeleo, discusiones -se volteó hacia un lado para quitarse los zapatos de tacón y ponerse algo más cómodo -Y había un tipo que realmente fue desesperante toda la tarde.

Evan estuvo a punto de decir algo cuando su corazón dió salto y sintió como si alguien le diera un golpe seco al pecho dejándolo sin aire. De pronto la angustia y desesperación lo invadió pero no era suya, sino de su enlace.

Por alguna razón el muro había caído, él podía sentir un dolor profundo y que cada vez hacia una agonía más aguda en su ser.

-Y no lo creerás, pero cuando salí de la oficina yo... -Victoria volteó a verlo, calló de repente al ver la mirada de su hermano, había pánico en él -¿Qué sucede?

Evan no podía hablar, el dolor era atroz, lo había sentido antes y su mente simplemente no podía procesar lo que sucedía. De inmediato sus fuerzas cedieron y cayó de bruces al suelo llevándose una mano al corazón.

-¡Evan! -Victoria corrió a socorrerlo antes de que fuese a caer del todo al piso -¡¿Evan qué tienes?!

Sus preguntas desesperadas no conseguían respuesta, solo veía dolor en los ojos celestes grisáceos de su hermano menor; un dolor terrible.

-¡Evan!

-¿Qué diablos está pasando? -la puerta principal no había sido cerrada y Thomás Ingresó.

Había música fuerte en el ambiente así que las demás personas desde la cocina no pudieron oír lo que sucedía en el recibidor mientras Evan era socorrido por su hermana y su cuñado.

El híbrido no pudo evitar soltar un gruñido gutural que dejó a su hermana sin aliento y sus ojos centellaron en dorado con violeta, algo que ni siquiera él pudo controlar como si alguien más lo estuviese forzando a sacar su poder y sufrir por ello.

Entonces pensó en ella, en que todo dolor realmente fuerte él podría sentirlo y fue entonces cuando supo que su bruja estaba en verdadero peligro.

-A, Amy -llegó a balbucear entre el dolor que presionaba su pecho y aún cuando trató de evitarlo soltó un grito de agonía.

****

El gran poder de Amy estaba siendo arrebatado, ella estaba sometida contra el suelo como un animal a punto de ser decapitado por cazadores furtivos, sus manos y pies permanecían esposados por magia y muchos látigos de poder les sujetaban las uniones de cada extremidad para inmovilizar su cuerpo. Su rostro estaba contra la tierra, respiraba con dificultad por el dolor sin embargo nada de ello era peor que la humillación que sentía, era doblegada por Clary y su equipo, era vencida por ella, y ni siquiera podía luchar, el solo intento le quitaría a su segundo hijo, no se podía arriesgar, no lo haría, sin importar que Liam la despreciara, ella amaba a su hijo y no lo perdería.

Aiden.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora