Media hora antes...
Jason fue rodeado por un círculo de cinco brujas que formaban parte de los Destructores, no eran muchas pero sin duda eran poderosas y quién encabezaba el ritual era Clary.
Lo habían esposado a cadenas sujetas al suelo, le quitaron la camiseta y mientras exclamaban un cántico en latín su líder se acercó a él con una cuchilla en la mano. Tomó a Jason por su cabellera café e hizo que elevará la barbilla para poder contemplar su rostro; tenía los ojos de un color violeta intenso y un odio que podía percibirse en el aire.
–Repite después de mí –le ordenó Clary mientras trazaba un corte de lado a lado por el pecho del vampiro.
La sangre de él se deslizó por su abdomen hasta que las gotas se estrellaron contra el suelo y fueron absorbidas por la sal donde estaba arrodillado.
–Te libero de este pacto...
–Te libero de este pacto –exclamó furioso.
Sus palabras estaban arrastrando un odio enorme hacia la líder de los Destructores, ella estaba obligándolo a cometer un crímen pues era sabido que Megan dañaría a alguien si perdía el control sobre ella misma.
–Esa es mi voluntad...
Jason dejo de ver a Clary para observar a Mara quien estaba siendo sujeta por otros miembros del clan más allá de la líder. Sentía pena por el vampiro en este momento, ella sabía porqué había luchado todo este tiempo, el porqué de mantenerse vivo y cuerdo a pesar de la tortura, y sin embargo hoy había renunciado a todo ello para salvarla, para cumplir su juramento.
Mara sentía culpa por haber sido elegida antes que Megan, quizás fue egoísta al suplicarle a Jason con la mirada que la salvará, pero es porque nadie quiere morir, no del modo en que Clary quería asesinarla.
Culpa, era algo que Mara y Jason compartían.
Jason recordó en aquel preciso instante a Megan acercarse a él cuando estaba dibujando un retrato suyo en el balcón; cuando esa rubia se le acercaba el vampiro sentía emociones que nunca antes había compartido y lo confundían.
¿En verdad haría esto? ¿En verdad rompería el lazo?
Si Megan pierde el control no quedan dudas de que dañará a alguien y si es así ella perderá toda conciencia de quién es.
La chica sonriente, burlona, la que besaba a escondidas en la biblioteca, aquella que se animaba a desafiarlo solo por diversión se perdería para siempre.
La amiga de todos, la compañera, la humana que decidió enfrentar a sobrenaturales por sus seres queridos sería destruida convirtiéndose en un recuerdo de lo que alguna vez fue.
Se volvería un monstruo.
Aún podía recordar su mirada de cariño cuando él juro crear un lazo con ella para que pueda vivir una vida en paz.
Mara se puso de pie rápidamente aprovechando que sus captores estaban distraídos y corrió hacia Jason, no podía soportar un minuto más viendo el dolor en la mirada de aquel vampiro. Estaba furioso pero más allá de eso dolido porque cometería un enorme error.
–¡Jason no lo hagas! –gritó y antes de llegar al círculo un fuerte poder la hizo volar por los aires quedando pegada a la pared como si cadenas invisibles la ataran a ella.
–¡Mara! –Jason tiró de sus esposas pero no pudo soltarse.
Mientras tanto Clary era quien extendía la mano hacia la muchacha y la sostenía en el aire con su magia.
–Completa la frase, Jason... o morirá.
Jason observaba el rostro rojo de Mara quien apenas podía respirar por la falta de aire. Ella había vivido todo este tiempo en la oscuridad, recluida del mundo exterior, tratada como un animal de granja sin la posibilidad de soñar con algo más. No conocía la libertad ni la alegría verdadera.
Era un alma inocente que podía ser vista por otros como egoísta al implorar piedad, pero la verdad era, que no se puede juzgar a alguien que tiene la fuerza de querer seguir viviendo a pesar de todo el sufrir que pasó desde el minuto uno en que abrió sus ojos.
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Aiden.
VampireAmy, una bruja, la más poderosa que podría existir, fuerte y valiente. Evan, un híbrido, el rey de los vampiros, despiadado, es el símbolo del misterio y la perseverancia. Elián, un vampiro, astuto, sangriento, con un pasado terrible que lo atorment...